Microsoft y el más vale tarde que nunca

Lo comentaba esta mañana Antonio en Error500 citando el post de un Marco Arment: en Microsoft parece que van a dar marcha atrás (otra vez) y van a actualizar Windows 8.1 haciendo que la interfaz de baldosas comúnmente conocida como Metro no aparezca por defecto.
Arment --esta vez me ha decepcionado-- comienza diciendo una soberana tontería: "A los clientes de Microsoft no les gustan los cambios". Vamos a ver, alma de cántaro: ni a los clientes de Microsoft, ni a los clientes de ninguna empresa, sea tecnológica o no. Venga, voy a ir a por todas: a (casi) ningún ser humano le gustan los cambios. Nos encanta nuestra rutinilla y saber que no tenemos que pensar en cómo hacer algo. No importa que alguien nos diga que se puede hacer mejor o más rápido. Mejor lo malo conocido.
Ese fantástico refrán que define (bueno, con otros muchos) a nuestra raza es en realidad el motivo de que en Redmond se hayan dado cuenta de que lo de las baldositas no cuaja de momento para el común de los mortales. Podría ponerme en plan Marco Arment y citarme a mi mismo para luego poder decirle a Microsoft "te lo dije", pero no hace falta. Lo importante es que parece que poco a poco van entendiendo que saltos como el que dieron con Windows 8 no se pueden hacer tan a lo bestia.
Hay otros que lo hacen aún más a saco, desde luego. Porque Microsoft afortunadamente no hizo que el escritorio clásico desapareciese (eso hubiese sido el funeral de W8, sin lugar a dudas). Pero mira lo que le pasó a Canonical con Ubuntu y Unity --división total de la comunidad, que hasta entonces veía a Ubuntu como la distro más cool del mundillo Linux-- o a Apple con iOS 7, un sistema operativo del que no he oído hablar bien a nadie. A nadie. Apple puede presumir de que ya lo tienen instalado un 80% de sus dispositivos, pero dada su política de actualizaciones y el hecho de que solo tienen tres tipos de móvil en los que controlar la actualización, esa presunción es, como muchas otras cosas en Apple, fachada.
Sea como fuere, bien por Microsoft, que en los últimos tiempos parece escuchar a sus usuarios más que nunca. Veremos si esa estrategia se mantiene con el nuevo CEO. En estos días apuntan a que Nadella --máximo responsable de la división empresarial y Cloud de Microsoft-- será el sucesor de Ballmer, algo que me hace pensar en un único calificativo para el futuro de Microsoft: aburrido. Tanto si es el elegido como si no, al menos en Microsoft parecen estar dando los pasos correctos en muchos apartados. Lo de rectificar es de sabios, ya sabéis.