Mi Tesla tendrá que esperar

Mi Tesla tendrá que esperar
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En casa llevamos un mes con el coche familiar en el taller. A nuestro Kuga de 2010 se le ha estropeado el filtro de partículas y no acaban de dar con la tecla para arreglarlo.

Con los coches parece pasar algo similar a lo que ocurre con las enfermedades: cuando te pasa algo, resulta que le ha pasado a todo el mundo. Yo no había oído jamás lo del filtro de partículas, pero después de pagar una pasta por la reparación inicial, nuestro mecánico de confianza nos dijo que lo nuestro es muy común. Que la gente hace recorridos cortos y el filtro no se activa hasta que le metes un poco de tralla al coche en recorridos más largos. Y como somos de conducción tranquila y no hacemos viajes largos a menudo, teníamos todas las papeletas, parece.

El caso es que la reparación no ha ido bien y llevamos un par de visitas extra para que traten de encontrar qué narices la pasa al coche. Mientras tanto estamos tirando con mi batmóvil, que aguanta el tirón a sus 18 años pero que no es precisamente eficiente: consume entre 9 y 10 litros a los 100.

La situación ha hecho que Sally tenga ya en mente lo de que nos toca cambiar de coche. Malditas las ganas que tengo de comprar coche en estos momentos, le digo yo. Esperaba que el Kuga aguantase 4 o 5 años más (como poco) porque quizás entonces 1) el mercado de los eléctricos 100% esté más asentado y 2) la infraestructura de carga sea mucho mejor. Bueno, y por una tercera razón derivada de esas dos primeras: 3) porque cuando sea mayor quiero comprarme un Tesla.

Ayer y hoy he echado un ratito para ver cómo estaba la cosa haciéndome la pregunta obvia: ¿si tuviera que comprar un coche ahora, cuál compraría? Me temo que el Tesla se queda fuera de la ecuación: es un coche caro para mí, un capricho al que probablemente sacaría poco partido. Quizás algún Tesla Model 3 seminuevo pudiera hacer el apaño, pero una vez más creo que no es el momento.

Naino. Al menos no de momento.

En esos ratos de investigación superficial —estoy bastante desconectado del mundo del motor— primero he leído la guía para dummies de coches híbridos, híbridos enchufables (PHEV) o coches eléctricos. La hizo hace unos meses Alberto de la Torre, compañero en Xataka que de esto sabe bastante más, y lo cierto es que el tema es estupendo: ligero y claro. Una buena introducción a ese mundo de la electrificación.

De todas las propuestas poco a poco me iba quedando claro que hoy por hoy nuestra situación hace que la opción ideal sería un híbrido enchufable. Estos modelos tienen (al menos) dos motores, uno eléctrico y uno de combustión, además de una pequeña batería y el depósito de combustible. Son, diría yo, los coches de la transición.

El futuro puede que sea de los eléctricos 100%, pero hoy por hoy en muchas situaciones lo que más sentido tiene es el híbrido enchufable: la mayoría de la gente no se hace 200 km al día: hace desplazamientos cortos y no necesita grandes autonomías en sus eléctricos. Los PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle) permiten eso, porque esas pequeñas baterías suelen ofrecer una autonomía de unos 50 km, y a partir de ahí uno ya tira del combustible normal.

¿Qué significa eso? Pues que si tus trayectos al día son de unos 50 km en total, no vas a gastar ni un duro de gasolina. Gastarás en cargar esa pequeña batería, y lo normal es que para ello tengas un punto de carga en tu plaza de parking. Ahí está el problema de cualquier coche mínimamente eléctrico: que igual no tienes acceso sencillo a un punto de carga. En el miniresort burgués tenemos plaza de garaje así que esa parte sería (creo) solucionable.

¿Cuánto cuesta cargar esa batería? Pues hay de nuevo temas bastante completos al respecto. En Motorpasión tienen un tema actualizado con los costes actuales (y desorbitados) de la luz, y en sus cuentas les sale un precio de unos 0,35 euros/kWh. Así que es multiplicar por la capacidad de las baterías, que en esos PHEV no son muy grandes (unos 15 kWh) y sale un precio de unos 5 euros por cargarla por completo. Cargarlo en cargadores externos sale más caro, claro. Hasta el doble, según ese artículo.

Las cuentas rápidas parecen apuntar a que uno ahorra con el eléctrico porque la gasolina sale más cara. Un trayecto desde Pozuelo a Arturo Soria supone según Via Michelín recorrer 25 km y un coste de unos 3,7 euros. Si hacemos ida y vuelta habremos recorrido 50 km y el coste será el doble, claro, 7,4 euros. Así que sale un 50% más caro (aprox) y además con el eléctrico estamos 1) evitando emisiones y 2) podríamos aparcar sin pagar en zonas azules/verdes. Las cuentas parecen salir, pero claro, me puedo equivocar, así que si es así me decís, que estoy escribiendo esto en plan reflexión rápida.

Esas cuentas me dejaron claro que a priori lo que nos vendría bien sería efectivamente un híbrido enchufable, y la siguiente pregunta es, claro, ¿cuál? No querría tener que gastar una millonada pero sí me gustaría tener un buen sucesor del Kuga: rollo SUV, buenas plazas traseras —los niños están creciendo— y buen maletero.

Tras ver algunos modelos en plan rápido ha habido uno que me ha hecho bastante tilín. Se trata del Hyundai Tucson Híbrido Enchufable, que en su versión 1.6 TGDI PHEV 6AT 4x4 (esto es peor que lo de los nombres de los portátiles) cuesta 35.990 euros en la web oficial de Hyundai (descuentos aplicados). Eso sí, en su versión básica (y en color rojo), que en principio me parece estupenda y suficiente.

He acabado revisando algún que otro vídeo —este de Guille García Alfonsín (@GuilleAlfonsin) me ha parecido la pera, qué crack— y lo que por ejemplo decía este chico me parecía como muy de mi palo. No es ni pretende ser un coche deportivo, sino que es un coche familiar, muy de recorridos urbanos y 5 o 6 viajes largos en los que tires del combustible fósil de toda la vida. Para correr ya puedo fliparme si eso con el Forza Horizon 5.

Seguro que hay modelos por ahí interesantes y más de un truco que yo no tengo controlado, así que si por aquí sabéis del tema y podéis comentar, a ver si podéis dar vuestras impresiones y consejos de compra. Por ejemplo:

  1. Coches kilómetro cero o seminuevos: con pocos kilómetros si hay ciertas garantías de que no van a dar problemas. La cosa supongo que puede compensar bastante.
  2. Comprar en otra ciudad o país: ni idea de si eso puede hacerlo más rentable, pero supongo que hay de todo.
  3. Subastas: he oído algo de esto y supongo que el problema aquí es que lo que hay es lo que hay (lógicamente).

Ahí queda eso. Insisto en que esto no significa ni mucho menos que vaya a comprar coche nuevo, porque no tengo ninguna intención de hacerlo. Pero si acaban llegando malas noticias con el Kuga igual no queda otra opción, así que no está de más preparar la jugada y de paso ir valorando opciones. ¿Qué os parece?