Mi próximo monitor (probablemente) no será un monitor: será una Smart TV OLED

Mi próximo monitor (probablemente) no será un monitor: será una Smart TV OLED
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Algo raro está pasando con los fabricantes de monitores. En cierto sentido mi sensación es la de que nos están engañando. Los modelos más modestos cuentan con resolución Full HD, y solo cuando vamos aumentando presupuesto encontramos modelos con mayor resolución y paneles 4K. El problema, no obstante, no es ese.

El Samsung LU32J592UQRXEN (249 € en Amazon) está muy bien, pero yo quiero más. Mucho más.

El problema es que en los monitores de ordenador seguimos centrandonos en paneles IPS que en muchos ámbitos son inferiores a las tecnologías que estamos viendo en portátiles y, desde luego, en nuestras Smart TVs. Las pantallas AMOLED son ya un clásico en móviles, pero las OLED comienzan ya a verse con cierta frecuencia en portátiles —mola que te mola— y hoy en día son las grandes protagonistas (aunque sigan implicando precios más altos) en televisiones. Luego están las variantes modernas (QLED, MiniLED —también en los iPad—, NeoLED, etc).

¿Y en monitores de ordenador, qué? Nasty de plasty.

En este segmento lo que vende ahora como tema avanzado es otra cosa. Son normalmente los hercios, aun cuando la mayoría de usuarios probablemente compran esos monitores con frecuencias de 144 o 165 Hz y luego no pueden disfrutarlos porque sus gráficas no suministran 144 o 165 fotogramas por segundo en la mayoría de juegos. No desde luego en los títulos AAA más exigentes si uno quiere jugarlos al máximo nivel de detalle. Y si es así, olvidémonos de jugar en 4K, claro. Jugar en 1080p a 60 fps —que oye, no está mal— sigue siendo el mínimo aceptable para el gran público.

Demasiado ultrapanorámico.

Total, que los monitores de ordenador son un poco ful. Está muy bien que tengamos modelos ultrapanorámicos, por ejemplo. Yo probé el espectacular Odyssey G9 y aunque me alucinaba tener algo así en el escritorio, su utilidad práctica era muy reducida: era demasiado para mí. Me gustó bastante más el Dell UltraSharp 38, pero su precio era absolutamente inasumbible. Hay monitores de 34 pulgadas con resolución vertical 1440p que cuestan una cuarta parte y que están realmente bien, pero es que ni eso me convence del todo.

De hecho hace ya años hablé de cómo los monitores 4K no tenían para mí demasiado interés, y que veía mucho más recomendables los monitores 5K. Esperaba que la aparición de los iMac con esa resolución animara a otros fabricantes a lanzar monitores 5K, pero muy pocos lo hicieron, algo de lo que hablé años después en aquel prodigioso podcast llamado Incognicast que tuve que abandonar porque casi nadie lo escuchaba (argh).

Es 2021 y seguimos igual. Sin monitores 5K y con mucha morralla de monitores que están bien, pero que en mi opinión han avanzado de forma muy particular: si eres gamer esa evolución mola, pero si lo que te gusta es la productividad, la cosa no está tan clara.

Es aquí donde viene mi reflexión: igual mi próximo monitor no es un monitor, sino una Smart TV con panel OLED. Usar estos televisores como monitores no es algo nuevo, y de hecho hay quien lleva experimentando con eso desde hace tiempo.

Tenemos un ejemplo claro en Linus Tech Tips. Su fundador, Linus, probó a usar como monitor una  LG  OLED48CXPUB que ahora es algo difícil de comprar porque ha sido reemplazada por nuevos modelos. Lo contó aquí:

El vídeo es revelador, pero por si no queréis verlo las conclusiones eran estas:

  • No confundir churras con merinas. Las tecnologías son totalmente distintas cuando hablamos de monitores de PC y de Smart TVs.
  • Cuidado con el tamaño: esta tele, que no es demasiado grande para el salón, sí lo es para trabajar. La distancia entre sus ojos y el centro de la pantalla y sus ojos con las esquinas era bastante distinta. Ahí las curvas empiezan a tener sentido.
  • Viva la resolución 4K. Antes usar una tele no molaba porque la resolución Full HD limitaba todo. Ahora estas teles son 4K, y según él ve las cosas mejor que con su antiguo monitor 1440p de 27". Personalmente dudo que yo vea mucho mejor en una tele las cosas de lo que las veo en mi actual Dell UP 2715K con resolución 5K, pero claro, mi monitor es espectacular.
  • El puerto HDMI 2.1 lo cambia todo. Los monitores tenían hasta ahora ventajas como poder tener mejores tasas de refresco gracias al ancho de banda de DP 1.4 vs HDMI 2.0, pero eso cambia con HDMI 2.1. Con una gráfica RTX 3000 con ese puerto es posible disfrutar de una resolución 4K a 120 Hz, que evita el efecto decoloración del texto y los detalles del chroma subsampling.
  • Estupendos para gaming. Linus hacía también pruebas de desenfoque de movimiento con el célebre test de los ovnis y el resultado era espectacular. De hecho Linus comparaba la tele de LG con un monitor a 360 Hz y básicamente el comportamiento era el mismo. Total, que para gaming son brutales, o eso apuntaba él.
  • ¿Qué pasa con la latencia? Nada. Otro de los temores de Linus al usar una Smart TV OLED como una tele era el de luchar con la latencia o lag. Esto es, el tiempo que se tarda en recibir la señal del PC o consola y mostrarla en pantalla. Antes las teles eran un poco castaña comparadas con monitores en ese aspecto porque postprocesaban mucho para ofrecer una experiencia más cinemática, pero ahora todo es mucho mejor y hay tecnologías como Auto Low-Latency Mode (ALLM) de HDMI 2.1 —mi amigo Juanky habló de ello— que detecta cuando se necesita. Total, que el problema no es tal, y además con OLED tienes una retroiluminación que es brutal.
  • Conectividad, cómete esa. En los monitores de PC a menudo la conectividad es más bien limitada, pero las Smart TVs suelen estar mucho mejor dotadas de todo tipo de puertos (bueno, quizás no de los antiguos rollo DVI/VGA de algunos monitores), así que dan mucho juego en ese sentido. Eso sí: que yo sepa ninguna Smart TV cuenta con un puerto USB-C, y eso es una pequeña tragedia que las haría aún más versátiles.

Luego Linus hablaba del que probablemente es el mayor problema que pueden presentar estas teles al usarlas como monitores. Ese problema se llama "quemado" (burn-in) y es ese efecto que hace que aparezcan líneas y formas como sobreimpresionadas cuando tenemos imágenes estáticas demasiadas horas seguidas en pantalla. Es una especie de efecto de retención de imagen, pero permanente.

Esa imagen representa un poco lo que puede pasar, pero de forma exagerada. En mi caso, que siempre trabajo con dos ventanas enfrentadas, una a cada lado, supongo que aparecería una línea vertical en medio, y de hecho Linus experimentaba algo similar pero con una línea horizontal por cómo usaba él el monitor la tele.

El caso es que los fabricantes ofrecen algunas herramientas para tratar de minimizar ese problema. Está el Pixel Shifting, que cada poco tiempo "mueve" todos los píxeles de sitio para que luego recuperen la posición, e incluso herramientas como JScreenFix que se encargan de (intentar) reparar píxeles muertos, pero aquí hay un consejo básico: no usar nunca el brillo máximo para estas teles: cuanto más brillantes, más rápido se queman esas pantallas.

Hay más consejos aparte del de no usar brillo al máximo es conveniente usar cosas como:

  1. El citado Pixel Shifting o Screen Shifting (o como lo llame el fabricante de turno),
  2. La tecnología ABSL (Automatic Brightness Static Limiter)
  3. Logo Compensation (si existe), que evita esos efectos de retención de imagen con logos de las cadenas televisivas

Y más allá de lo que ofrece la tele en sí, otras cosas útiles para evitar problemas pero que debemos hacer desde el escritorio del ordenador son

  1. Nada de iconos del sistema
  2. Barra de tareas que se auto-oculte
  3. Fondo de pantalla cambiante
  4. Salvapantallas que se active a los cinco minutos.

Aquí es también impepinable mencionar el test que hicieron en Rtings y según el cual estuvieron pasando pruebas durante un año a varios televisores OLED usándolos como monitores de ordenador. Lo tenéis aquí:

El chaval lo explica bien —qué forma de vocalizar, pardiez— así que no está más ver el vídeo, pero la conclusión es en su caso tranquilizadora: es muy difícil que el problema del burn-in aparezca al usar estas teles como monitores, y eso que ellos le dieron caña a las teles 24/7 durante todo un año.

Por supuesto Linus, que es un tipo majo y muy profesional, no quiso dejar pasar la oportunidad de hablar específicamente de ello, y en un vídeo posterior comentaba sus impresiones sobre el problema:

Como ocurría con el vídeo de Rtings, su conclusión era que aunque el problema podía aparecer, no era tan grave como uno podría pensar. Con las soluciones que ofrecen los fabricantes para aliviarlo e incluso algunas opciones más —como la de comprar un mando especial con menús adicionales para los técnicos de estas teles— la cosa parecía solucionable.

Hay por supuesto otras experiencias que básicamente replican la de Linus. Aquí tenéis el vídeo de un chaval llamado Andy Zhang que no es tan 'dinámico' como el de Linus pero que también es buena forma de ver qué tal le ha ido con ese experimento: trabaja y juega sin usar toda la tele, lo que es curioso, y de hecho juega no a pantalla completa, sino en ventana porque para él esa experiencia es mejor.

En otro vídeo previo Zhang se centraba en contarnos cómo trabajar con una tele de 48 pulgadas. Ese tamaño, como decía Linus, era demasiado grande, así que para organizar el escritorio en zonas se organizaba con herramientas como FancyZones, Aquasnap y Groupy.

¿Hay opciones en el mercado actual? Bueno, haberlas haylas, pero me temo que aún es demasiado pronto para aceptarlas como ideales. El monitor  LG 32EP950-B (32" UltraFine Display OLED Pro) es lo más parecido ahora mismo a ese concepto del que os hablo. De hecho hasta tiene puerto USB-C, pero cuesta 3.500 euros. Por ese precio hay Smart TVs prodigiosas de hsata 75 pulgadas, así aquí LG se ha subido a la parra.

La esperanza está en el futuro. Samsung tiene su tecnología Quantum Dot (QD-Display) medio preparada para atacar diagonales "más de monitor que de tele", y a principios de este año LG prometía en el CES que tendría sus Smart TV con paneles OLED de 42 pulgadas muy pronto. Las ha acabado retrasando, pero espero que 2022 traiga buenas noticias en este sentido, porque una diagonal de 42 pulgas ya es casi hasta aceptable para colocar en el escritorio del despacho.

La cosa desde luego se pone interesante, y a no ser que pase algo raro —quizás Apple acabe sacando una versión económica del Pro Display XDR— me da a mí que mi próximo monitor será una tele OLED. Y si no, al tiempo.