Mi PC ha muerto. Viva mi PC.

Mi PC ha muerto. Viva mi PC.

Bueno, al fin lo he hecho. Llevaba meses con la mosca detrás de la oreja, pensando en si debía o no actualizar mi equipo. Llevo ya un par de años con los mismos componentes, y teniendo en cuenta que actualmente me paso unas 16 horas al día con el ordenador encendido trabajando - y disfrutando, que es lo importante - tener una máquina preparada para los tiempos actuales era importante para mí. Antes no tardaba tanto en actualizar, y prácticamente cada año renovaba componentes, pero esta vez he aguantado más, aunque la espera creo que ha valido la pena.

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Hasta ayer mi equipo de casa no era nada del otro jueves: una placa ASUS A8R32-MVP Deluxe, con chipset RD580 y que en su época no estaba nada mal. En ella tenía montados un Athlon 64 X2 4800+, 2 Gbytes de memoria DDR muy normalita, y una GeForce 6600 GT que también me dio muchas alegrías hace un par de años.  Pero de un tiempo a esta parte ya no podía jugar prácticamente a nada que no fuese de aquella época, y también estaba limitado en algunas áreas a las que siempre les estoy dando caña: virtualización, edición de vídeo, instalar Mac OS X en el PC, y por supuesto, los citados videojuegos.

La puntilla llegó cuando le eché un primer vistazo a Crysis, un juego del que ya hablé hace tiempo en el post "Crysis y la industria de lo exagerado". Aquello, simplemente, no se movía. El Call of Duty 4 tampoco es que fuera muy jugable, así que entre eso y mis otras 'aficiones' decidí dar el paso y renovar mi equipo. No hace mucho escribí un post titulado "¿Dual-core o Quad-core?" en el que expresaba mis opiniones sobre la actual situación del mercado de los procesadores. Las ofertas quad-core actuales son fantásticas, pero hay pocas aplicaciones en las que se puedan aprovechar sus prestaciones. Estuve barajando la compra de un Q6600 o incluso esperar a los nuevos quad-core de 45 nanos, basados en Penryn, pero pronto me di cuenta de que no les iba a sacar mucho partido por el precio que cuestan: tampoco soy un gamer extremo, y pagar millonadas por hardware demasiado nuevo de alta gama es algo que no me va.

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Así que opté por una solución media. El consumo y el ruido son dos de los factores clave en cualquier equipo con el que vaya a trabajar, así que el procesador elegido fue un Intel Core 2 Duo E8400 (3 GHz por core), la nueva joya de la corona de Intel que en mi opinión - por triste que me parezca - deja mordiendo el polvo a cualquier micro de AMD. Incluso los Phenoms tendrían que plegarse ante la relación precio/prestaciones de un micro que no sólo destaca por su consumo y calor disipado - ventajas de los 45 nanos - sino también por la posibilidad de hacer overclocking por aire hasta límites insospechados. Muchos han logrado subir a 4 Ghz con una buena solución de refrigeración por aire sin despeinarse, así que los overclockers lo tienen como un prodigio en este campo. No le doy demasiado al tema, pero me encanta tener la posibilidad de hacer overclocking cuando me apetezca.

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El tema de la gráfica era más delicado, porque aunque de nuevo el consumo y ruidos son importantes, también lo era jugar con solvencia a los juegos de ahora y a los que vendrán en los próximos meses. Así que me tiré por una NVIDIA GeForce 9600GT de XFX (PVT94PYDF4 GeForce 9600GT 512MB GDDR3 650MHz PCI Express 2.0, para más señas). ¿Por qué no una ATI Radeon HD 3850/3870? Simple: por Linux. A pesar de los esfuerzos de AMD por liberar controladores, la situación de los drivers de ATI en Linux sigue siendo más bien confusa, y como tiempo tendré en el futuro para volver a apostar por AMD/ATI, por el momento aprovecharé las fantásticas prestaciones de esta gráfica a tope. El consumo es peor que el de las ATI 3850/3870, pero el rendimiento está a la par con las 3870, y el precio también así que la decisión dependía un poco de preferencias personales.

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Para completar la renovación había que elegir también placa base. Los chipsets P35 eran la primera opción - más baratos, y con buenas prestaciones - pero como tengo ganas de poder sacar partido del overcloking si me apetece en el futuro preferí optar por una placa con chipset X38, más versátil y con más extras, así que tras mirar en unos cuantos sitios me guié por precio y por algunas comparativas y me compré una Gigabyte GA-EX38-DS4 Socket 775  - GA-EX38-DS4. A eso le añadí los 4 Gbytes de memoria DDR2 en dos módulos OCZ PC2-6400 de 2 Gbytes cada uno (CL 5-6-6-18, nada espectaculares, pero muy, muy baratos), y ya tenía todo hecho, porque el resto de componentes - almacenamiento, fuente de alimentación, sonido, monitor, teclado y ratón - sí que los he reaprovechado.

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Así que ayer lo monté todo y tras algunas pruebas previas - mis particiones de sistema no se llevaban bien con esta configuración inicialmente - instalé un XP limpito para ir tirando de ahí e ir haciendo las primeras pruebas. A ver si puedo actualizar más adelante con un informe más detallado, pero para que os hagáis una idea, en 3DMark06 mi antiguo equipo daba 1.520 puntos, y el nuevo da 10.417. Eso se ve aún más claro cuando uno instala Crysis y, alucina vecina, puedes jugar. Qué pasada de juego, claro. Acostumbrado a los framerates y niveles de detalle que ofrecía la 6600GT - que fue buena mientras duró, eso sí - esto de poder disfrutar de un juego como Crysis a plena potencia es una maravilla. Con deciros que hacía meses que no jugaba en el PC, y que ya estoy viciado con este título... Más datos próximamente.

Lo que no se me olvida es hablar de los precios. Como tengo la suerte de tener hermanitas viviendo en los EE.UU. y aprovechando que una de ellas venía a España estos días, le encargué un par de cosas: la memoria ha salido por 135 dólares, y la gráfica por 180 dólares. Eso, al cambio actual (que es una pasada), son apenas 200 euros. El micro y la placa los compré aquí: el E8400 costó 154,31 y la placa 138,79, que con el IVA y el transporte se quedaron en 346 euros. O sea, que por 550 euros tengo una máquina actualizada, muy respetable y que espero que me aguante otro par de añitos. Para entonces ya tendremos con nosotros Nehalem, probablemente micros de 32 nanos, y las arquitecturas híbridas (AMD Fusion de nuevo promete), además de la entrada de Intel en las gráficas dedicadas con Larrabee. Pero eso será otro cantar. De momento, a disfrutar con lo puesto. Es lo de siempre, si esperas demasiado, nunca actualizas. Estoy súper contento con la compra, y más que lo estaré en cuanto empiece a meterle mano de verdad a todas las posibilidades de esta nueva maquinita.