Mi móvil saca mejores fotos que el tuyo
En 'Cuando Harry encontró a Sally', compendio de la sabiduría humana, hay una escena reveladora. Los amigos de Harry y Sally están amueblando su nueva casa y el amiguete de Harry, Jess, le pide a este su opinión sobre una horrible mesa de centro estilo Roy Rogers de segunda mano. Jess se defiende de las críticas de su mujer y le dice:
—Yo tengo buen gusto
Y su mujer, Marie (interpretada por Carrie Fisher), responde:
— Todo el mundo cree que tiene buen gusto y sentido del humor pero es imposible que todo el mundo tenga buen gusto.
Probablemente estés leyendo esto sin tener ni idea de fotografía. Como yo, vamos, que tengo unas nociones básicas, algún cursito hecho de cuando las DSLR se comían el mundo y, claro está, aires de fotógrafo del National Geographic fracasado. Considero que tengo ojo para las buenas fotos, para sacarlas y para reconocerlas. Que tengo buen gusto, como diría Jess. ¿Y sabéis qué?
Que todo el mundo cree que tiene buen gusto para la fotografía.
Así es. Yo soy uno de ellos. Si no lo eres, amigo mío, enhorabuena, porque admitir algo así es duro. Yo creo que mi Xiaomi Mi 6 saca fotos estupendas, pero aspiro a tener un móvil que me dé aún mejores prestaciones porque para eso soy un fotógrafo casi profesional. Vamos, que solo me falta el carné y el premio Pulitzer y listo.
Pero no es así. Casi ninguno tenemos buen gusto para la fotografía. Lo que pasa es que creemos que tenemos buen gusto y, sobre todo, a que a cada uno nos gustan las fotografías con ciertas características. Con más o menos exposición o apertura, con más o menos bokeh, con más o menos saturación o con más o menos contraste y brillo.
El problema es intentar comparar una cámara con otra y, claro está, un móvil con otro en el terreno fotográfico. Cualquiera de estas comparaciones es —como todas las comparaciones— odiosa. No solo eso: además es absurda, porque los criterios para decidir qué foto es mejor son muy personales y las cosas son especialmente difíciles entre las cámaras móviles de primer nivel de hoy en día, muy parecidas entre sí.
Es lo que ha pasado con la comparativa que publicábamos en Xataka, y en la que mi compañera Anna Martí comparaba un Pixel 3 XL con el P30 Pro, el iPhone XS Max, el LG V40, el OnePlus 6T, el Galaxy S10+, el Xperia XZ3 y el Mi 9 Pro. Se trataba de unas pruebas a ciegas: se daban a los lectores una serie de fotografías con distintos escenarios y condiciones, y cada uno elegía la que le parecía mejor. Lo importante es que elegías sin saber a qué móvil correspondía cada foto.
El Xiaomi Mi 9 Pro ganó en la clasificación final seguido muy de cerca por el S10+. Más lejos estaban el P30 Pro, el XS Max y el V40. Y los últimos, el XZ3 y sobre todo el Pixel y el 6T. ¿Sorprendente? Bueno, si hacemos caso a los análisis, un poco. Casi todos alabamos la cámara de los Pixel y nos quedamos fríos por ejemplo ante la del S10+, pero los resultados reales con público real dicen otra cosa muy distinta.
¿El qué? Pues que cada usuario tiene sus preferencias en cuanto a lo que prefiere de una foto, y esas preferencias son muy distintas a las que los análisis destacan. De hecho son cosas que en los análisis perjudican la valoración sobre las cámaras.
Marques Brownlee lo explicaba muy bien en una fantástica comparativa que él hizo en redes sociales y de la que luego hizo un vídeo de 20 minutos imperdible. En ese vídeo iba además preguntando a otros compis youtubers por su opinión y todos acababan flipados. En los teléfonos de 2018 un Blackberry superó al XS Max y al V40, por ejemplo, los Pixel 3 y los P20 Pro perdieron a las primeras de cambio y el Pocophone llegó a la final superando entre otros al iPhone X. Hacia el minuto 6 del vídeo él explica qué ha podido pasar en un resultado alucinante:
Lo que más le importaba a la gente a la vista de los resultados, explicaba, era la exposición. El brillo, en concreto. "En 9 de cada 10 casos la foto más brillante, más saturada, más enérgica y con más contraste ganó".
Daba igual lo demás: si lograba no estar quemada, la foto más clara ganaba casi siempre. Al ver ese vídeo y ver los resultados de la comparativa uno se da cuenta de que ese argumento parece cumplirse también con bastante frecuencia en la de Xataka.
La conclusión es sorprendente, porque la gente no presta atención a otras cosas como el nivel de detalle que puede alcanzar la cámara o su comportamiento en situaciones difíciles: el efectismo es ganador, y probablemente los fabricantes estén tomando buena nota de eso porque a los análisis teóricamente profesionales les tumban estas votaciones populares.
Eso a mí me deja una sensación agridulce, claro. Por un lado me tranquiliza saber que móviles económicos pueden competir con smartphones de súper gama alta en fotografía según esas valoraciones. Por otro me preocupa confirmar que da al final va a dar igual lo que te gastes en el móvil. ¿Por qué?
Pues porque sus fotos te van a parecer la pera limonera. Que para eso te has gastado los cuartos.
Así pues, chavales, confirmado. Mi móvil saca mejores fotos que los vuestros. Fijo fijísimo.