Mi decepción no importa

Ayer tuvimos debate en vídeo intenso en Xataka. Varios de los miembros del equipo nos reunimos para comentar todo lo que sucedió en el evento de Apple de hace dos días, y en todos parecía ser bastante evidente la sensación de cierta decepción. Ni siquiera he hablado sobre los nuevos iPhone 6 e iPhone 6 Plus -aunque el post quedará bastante parecido al del año pasado-, y de hecho me reservo para el futuro tanto ese post como el dedicado a Apple Pay. En este último caso debo confesar que la falta de tiempo -que no de ganas- me ha impedido hablar del que fue probablemente el anuncio más importante de Apple en los últimos cuatro años, dejando atrás incluso a un sector en el que probablemente también arrasarán como es el de los relojes inteligentes.

Porque atención: que yo esté mosqueado -como algunos apuntábais en el post sobre el Apple Watch- o decepcionado con el evento en general es una cosa. Que Apple vaya a arrasar con sus productos -algo que es una realidad- es otra muy distinta. Mi decepción, como decía en el titular, no importa, porque el 99,99% (añadid nueves a vuestro gusto) de la gente no es como yo o mis compis xatakeros. Antonio Ortiz lo dejaba claro cuando apuntaba esa entrada de lleno de Apple en el mundo de la moda (mucho, mucho dinero por delante por ganar), o cuando pedía a una empresa líder algo tan simple como liderara. Lógicamente él se refería a liderazgo tecnológico, algo que no se vio en el evento del lunes (al menos, no de una forma destacable), y que es fruto de que los frikis critiquemos a una Apple que antes creaba tendencias y que ahora las sigue.

Para el resto del mundo eso no importará demasiado. Tener una manzanita en el bolsillo, en la muñeca o en el PC, portátil o tablet de turno seguirá siendo -ahora más que nunca- símbolo de cierto status social. Llevo Apple, ergo molo. Y eso es lo que persigue una firma que sigue centrándose en los márgenes y a quien la cuota le importa un pimiento.

Evolución de las acciones de Apple tras el anuncio del iPhone en enero de 2007...

... y la misma evolución tras la presentación del iPad. Gráficas parecidas, pardiez.

Yo os haría dos recomendaciones a continuación. La primera, que veáis el debate, del que creo que se pueden entresacar buenas conclusiones. La segunda, que os plantéeis comprar acciones de Apple. Uno mira la evolución que tuvieron desde que se anunciaron el iPhone o el iPad hasta un año después, y se echa a llorar. Cuántas oportunidades perdidas. Hasta yo, que critico a Apple sin pelitos en la lengua, también reconozco que hacen muy bien muchas cosas. Como por ejemplo, encerrarnos en un ecosistema que desde dentro es cada vez más maravilloso, o vendernos mejor que nadie la idea de que da igual que no lo necesites. Lo querrás.

Apple lo va a petar una vez más, como ya lo han hecho en el pasado. Y si no, al tiempo.