Me gusta el nuevo Windows Phone de Huawei

Me gusta el nuevo Windows Phone de Huawei
p40

Qué chungo lo tiene Huawei. No en China, claro: allí este fabricante no solo es rey de reyes, sino que además puede estar tranquilo porque esos usuarios viven en un mundo literalmente paralelo en el que los servicios y las aplicaciones de Google no importan.

Llevan así años. Los chinorris pasan de Google porque tienen Baidu y pasan de WhatsApp, Facebook, Twitter, iMessage o Google/Apple Pay porque tienen WeChat, que lo engloba todo y es en sí mismo una meta-aplicacion con la que la gente instala cosas, juega, chatea y paga de forma transparente.

En eso es curioso, pero los chinos nos llevan años de ventaja, porque aquí pagar con el móvil, aunque va mejorando, es aún difícil en cosas tan chorras como pagarle los 15 euros que le debes a alguien de una cena en grupo. Están los Byzum, Twyp y demás, pero no hay una solución universal que todo el mundo use. No hay un WhatsApp de los pagos móviles —con sus luces y sus sombras— que todo el mundo usa. En China sí, y se llama WeChat.

Huawei no va a tener por tanto problemas en China, pero es muy probable que como ya adelanté hace unos meses tenga muchos en el resto del mundo. Eso es lo que he pensado al cubrir hoy el evento de este fabricante y la presentación mundial de los Huawei P40, P40 Pro y P40 Pro+. No es que haya tenido tampoco mucho tiempo de pensar en ese rato —esos temas "En desarrollo...." de los que los lectores se quejan tanto generan bastante estrés—, pero en realidad hay una idea que ya me viene rondando desde hace tiempo.

La de que estos son los nuevos Windows Phone.

Es cierto que la analogía está cogida un poco con pinzas, pero hay un elemento clave que enlaza ambas situaciones: el catálogo software. La AppGallery de Huawei solventa en parte el problema, pero es una tienda de aplicaciones que sigue muy centrada en el mercado chino. La ausencia de aplicaciones populares en occidente es notoria, y lo de instalar un Instagram o un Twitter a través de AppGallery es imposible porque, simplemente, no están. En realidad pasa con un montón de aplicaciones: un compañero de Xatakandroid hizo un buen listado con las que están y las que no y el panorama es bastante desolador.

Hay soluciones parciales y algún que otro truquito, claro. En The Verge uno de sus redactores explicaba su experiencia viviendo con un Mate 30 Pro sin esos servicios y aplicaciones de Google —algo que ya habían hecho mis compis antes—y la conclusión era clara: estos móviles no son para principiantes, porque hay que trastear para solucionar esas carencias. En The Verge apuntaban a una solución curiosa, la aplicación Phone Clone, que permite instalar apps si tienes otro móvil desde el cual copiarlas. No es ideal (nada de actualizaciones), pero no parece ser mala idea.

Y aún así, insisto, el problema es el catálogo. Tener que estar haciendo estras historias para tener un móvil tan funcional como el que tenemos normalmente puede resultar fácil y hasta interesante para alguien como yo, pero no se lo recomendaría a familiares y amigos. Como tampoco les recomendaba los Windows Phone, unos móviles con una plataforma y una interfaz valiente y original, pero con un catálogo lamentable en el que YouTube nunca estuvo disponible y tardó un par de años en ofrecer un cliente de WhatsApp.

A los Windows Phone les condenaba su catálogo. A los Huawei sin aplicaciones y servicios de Google les podría pasar lo mismo. La cosa es más grave ahora que nunca, por supuesto: la dependencia que tenemos del ecosistema Google es enorme (atentos al comentario de Sesaru en este mismo post, sabe de lo que habla). No es ya que no puedas acceder a tu Gmail o a los mapas (dios mío, mi Waze!) sino que muchas herramientas y aplicaciones de terceros hacen uso de los Google Mobile Services (GMS) para funcionar de forma correcta. En The Verge ponían el ejemplo de Uber, que usa los mapas de Googel para pirular: olvídate de pedir un coche de estos para ir a cualquier sitio con tu Huawei P40 Pro.

No sé cómo se solucionará esto, pero si Huawei no vuelve a tener acceso a esos servicios y aplicaciones lo tiene —insisto— muy complicado. Y más cuando pide 1.400 euros por un P40 Pro+ cuyo zoom óptico 10x molará mucho, pero que se queda cojo, tuerto y manco sin esos servicios y aplicaciones. Es una tragedia y lo digo de corazón: soy el feliz propietario de un Huawei P30 Pro que me maravilla, que aún sí tenía esos servicios y aplicaciones de Google y espero que me dure mucho tiempo. El problema para este fabricante es que por muy bueno que sea el hardware, un móvil que pone difícil lo de instalar WhatsApp o Instagram no tiene valor para el 99% de los usuarios.

Mal asunto.