Mark Twain, la web te ha robado tu frase
Ayer aparecía en The Wall Street Journal una columna de Christopher Mims (que no suele hacerlo nada mal) que yo calificaría de algo amarillista. Mims no debía tener nada demasiado inspirador sobre lo que escribir, así que dio a la web (no confundir con Internet) por muerta. Así, por las buenas.


No es la primera vez que eso ocurre, y aún conservo el ejemplar de la revista Wired en la que portada es igual de llamativa. En el número 18.09 de septiembre de 2010 aparecía un reportaje chulísimo de Chris Anderson y Michael Wolff titulado “The Web is Dead. Long Live the Internet” en el que precisamente hablaban de lo mismo. De cómo los hábitos de uso han ido migrando a las aplicaciones en el móvil, de cómo esa interactividad y ese amor por los enlaces está condenado a pesar de los esfuerzos de algunas empresas como Facebook y Google (que apuestan por el llamado Mobile Deep Linking), y de como básicamente a la web le quedan dos telediarios.
Que son más o menos los argumentos rescatados de Mims en su artículo de ayer, y que los propios redactores de Wired ya habían rebatido hace unos meses en respuesta al texto de sus compañeros años atrás. En ese artículo el autor utiliza argumentos interesantes y otros algo más contradictorios, pero quería incidir sobre el primero y más importante del que hablan allí:
Las aplicaciones son una puerta de entrada a la web, y se usan por millones de personas
Puede que cada vez usemos menos el navegador -pobres Firefox OS o Chrome OS- y puede que las aplicaciones consuman nuestro frenético uso del móvil, pero lo que también es cierto es que muchas de esas aplicaciones acaban teniendo que recurrir a esa web a la que tratan en parte de sustituir. Nos escupen a URLs que siguen siendo en muchos escenarios la mejor forma de ofrecer cierto contenido, y nos recuerdan que la web es demasiado diversa para caber en unos cuantos cientos de miles de aplicaciones.
Ya hablé sobre este mismo tema tras leer aquel reportaje de Wired en “¿Adiós web, hola Internet?” y vuelvo a mostrarme bastante escéptico ante afirmaciones de este calibre. Tiene su lógica: vivo de escribir en medios online con sus paginitas web por todos lados, así que aquí me puede la devoción y la obligación. Ya en aquel post de agosto de 2010 acababa enlanzando a una lista de cosas chulas que nos ofrece la web, y tengo que recurrir a ello de nuevo para destacaros un fantástico primer integrante de esa lista:
1.The web is where I read about the web being dead
Aquí el amigo Mims sufre con esa misma ironía. ¿Hablas de la muerte de la web, y utilizas la web para hablar de ella? ¿No hubiera sido más lógico programar una aplicación rollo “The Web is Dead” con ese artículo como único contenido, tal cual, por aquello de mantener la coherencia?
Ays, pequeño Christopher… Lo dijo Mark Twain, y seguramente lo diría la web si tuviera conciencia propia:
Las noticias sobre mi muerte han sido exageradas.
Actualización (18/11/2014): Dos artículos más que rebaten a Mims -que eso sí, ha conseguido un buen porrón de tráfico para el WSJ-: El primero, de John Gruber, que en esto al menos coincide conmigo, y el otro de Matt Assay en ReadWrite.