Mapas al día con TomTom, otra tarea para frikis
Hace tiempo me regalaron (¡pipi!) un TomTom One XL, un navegador GPS para el coche que va a las mil maravillas -aunque tarda algo más de lo que esperaba en coger la señal inicial de los satélites- y con el que no he tenido ningún problema. Y no lo he tenido por una sencilla razón: no he querido volver a actualizar mapas o puntos de interés.

Pero esta tarde he decidido tratar de poner al día una cartografía y una base de datos que no tocaba desde hace un año y que lógicamente habrá cambiado sensiblemente. TomTom ofrece actualizaciones de pago -ésa es una pata importante de su negocio- pero por la red hay literalmente decenas de sitios web que ofrecen actualizaciones de cartografía, puntos de interés, y por supuesto las voces de Chiquito de la calzada o de Darth Vader para indicarte los giros y demás instrucciones de navegación. Y el tema está en que esa gestión de componentes no es transparente. Al menos no para alguien profano. No parece demasiado complicado -estoy en la fase de investigación- pero lo malo es que para tener el cacharrito perfectamente actualizado uno tiene que estar muy pendiente porque las actualizaciones son bastante frecuentes, y porque si usas el navegador como un dispositivo anti-radares (que es claramente uno de los objetivos de estos productos) será mejor que no te despistes durante mucho tiempo.

Para más INRI hace tiempo que también probé TomTom para el iPhone, y como en el caso anterior, el resultado es espectacular. De hecho, ya no tiene demasiado sentido tener el One XL, porque las prestaciones de una y otra solución son prácticamente idénticas. Estoy pensando seriamente en acceder a alguna de las tiendecitas chinas como DealExtreme que no tienen gastos de envío y que me han chivado (¡Jaimeee!). Por cuatro duros te compras un cargador para el coche, un soporte para el iPhone y listo, ya tienes navegador sin más historias. Pero claro, toca actualizarlo también. Porras.