Malditos talibanes

Malditos talibanes
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Estoy bastante retirado del mundo GNU/Linux. Sigo trasteando de cuando en cuando con alguna distribución (como Elementary OS, cuya nueva beta salió en agosto), pero en general mi seguimiento de novedades cesó cuando dejé de lado Osphérica,

un sitio web que justo hoy he desactivado porque creo que hay algún problema con el código del tema y las patadas que se está pegando con HHVM

. Actualización (19/10/2014): Vuelve a estar disponible, creo que ya he resuelto el problema.

Pero volvamos al tema. El problema -el principal, porque hay otros-, que sufrí en mis carnes cuando me encargaba de MuyLinux, está en los usuarios. Buena parte de los lectores participaba de una forma sana. Otra, desde luego. no. Es la enfermedad sin cura de este y otros muchos proyectos Open Source. Desde luego existe en otras muchas ramas tecnológicas, pero dudo que en el seno de estos submundillos existan divisiones tan fuertes y tan estúpidas como las que existen en el mundo de Linux y el Open Source.

Lennard Poettering, que con sus manitas se ha currado el servidor de sonido PulseAudio, el daemon de inicio systemd o el servicio Avahi escribía hace unas horas en Google+ una carta de hastío a toda la comunidad. En ella explicaba como ha recibido críticas de todo tipo, y no precisamente del tipo ‘eres muy feo‘. El chico ha sido amenazado de muerte y ciertos personajes han creado sitios web para boicotear sus proyectos o publicar vídeos en los que incitan a la violencia contra él. Y cito:

Well, it is not like that. It’s quite a sick place to be in.

I don’t usually talk about this too much, and hence I figure that people are really not aware of this, but yes, the Open Source community is full of assholes, and I probably more than most others am one of their most favourite targets. I get hate mail for hacking on Open Source. People have started multiple “petitions” on petition web sites, asking me to stop working (google for it). Recently, people started collecting Bitcoins to hire a hitman for me (this really happened!). Just the other day, some idiot posted a “song” on youtube, a creepy work, filled with expletives about me and suggestions of violence. People post websites about boycotting my projects, containing pretty personal attacks. On IRC, people /msg me sometimes, with nasty messages, and references to artwork in 4chan style. And there’s more. A lot more.


Según su opinión, en la comunidad Open Source se refuerzan ese tipo de comportamientos, y pone como ejemplo a Linus Torvalds, quien como sabemos no se muerde la lengua a la hora de criticar y puede llegar a decir burradas incoherentes por las que no pide perdón . Cierto que lo hace solo para meter tralla a aquellos que cometen errores de bulto a la hora de trabajar en el kernel, pero Poettering cree (como yo) que esa forma de criticar es innecesaria. Que yo sepa más que tú de un tema no me da derecho a ponerte a caldo por eso, pero esa es una mentalidad especialmente común en proyectos Linux en lo de que ‘lo mío es mejor‘ suele razonarse con un ‘porque lo digo yo‘. Las eternas batallitas KDE/GNOME, distro-A/distro-B, vi/emacs, systemd vs upstart, y, en definitiva, blanco-negro acaban cansando tanto que uno se distancia o, como en el caso de Poettering, cría una piel en plan coraza que hace que todo lo que le digan acabe resbalándole.

En HackerNews el post ha creado el debate que era de esperar, pero encuentro que demasiados comentarios se centran únicamente en los programadores y no en los usuarios. Y precisamente sospecho que el problema no está en los programadores, sino en todos esos usuarios que critican sin valorar lo que ha costado crear algo de la nada como han hecho todos esos desarrolladores Open Source. Por supuesto que los hay más o menos bordes, pero eso es ley de vida. Hay quien compara a Linus Torvalds con Steve Jobs: ambos son (o eran) inmisericordes con quien no alcanza los niveles de excelencia que esperan, y no se trata de una superioridad artificial: son (o eran) los mejores en lo que hacían, y el fin parece haber justificado los medios.

Casi me tienta perdonar esa forma de liderar si uno al final obtiene cosas como Linux o el iPod, pero mis ganas se aplacan cuando veo otros ejemplos de ‘líderes técnicos benevolentes’ como Woz o Matt Mullenweg que han logrado cambiar un poquito el mundo sin ser tan prepotentes. Lástima, porque en muchas otras cosas tanto Linux como la filosofía Open Source se cuentan entre las grandes revoluciones tecnológicas de las últimas décadas. Quién sabe que hubiera sido de las distribuciones Linux en el escritorio -por ejemplo- si la gente hubiera sido más educada y hubiera remado en la misma dirección en lugar de hacerlo en direcciones totalmente opuestas.

Malditos talibanes.