La tragedia del MacBook Air

La tragedia del MacBook Air
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Ha sido, bajo mi humilde opinión, el mejor portátil de la historia. Mis razones para venderlo y comprarme el Dell XPS 13 fueron eminentemente prácticas: quería dejarme ya del salto del MBA con OS X al sobremesa con Windows con el que trabajaba la mayor parte del tiempo. Quería hacerlo todo en un mismo equipo y no andar con distintos atajos de teclados, poder usar el teclado y ratón inalámbrico sin volverme loco con esos temas, y tenerlo todo centralizado. Simplificar mi flujo de trabajo.

Estoy contento con el cambio, pero desde luego hay cosas irremplazables del MacBook Air. La que más, su touchpad, pero eso es harina de otro costal y material para el post que tengo pendiente escribir sobre la experiencia tras todos estos meses con el XPS 13.

En cualquier caso este post era casi obligado. En primer lugar porque en algo más de dos horas tenemos nuevo evento Apple -escribir de otra cosa era difícil-, y en segundo porque ayer mi periodista tecnológico favorito actualmente en medios USA, Vlad Savov, tiró un guante con su post titulado ‘The MacBook Air is on a path to extintion‘. Savov era allí la mar de convincente, y con esa prosa que uno tanto disfruta explicaba cómo al catálogo de máquinas de Apple le sobra el MacBook Air. Las opciones según él (y no yo) son claras:

  1. Si quieres un equipo ultraligero y ultradelgado, tira del MacBook (no lo hagas aún, esta primera generación obliga a demasiados sacrificios)
  2. Si necesitas más potencia, el MacBook Pro con pantalla Retina de 13 pulgadas es una maravilla y no es ya tan diferente en tamaño ni en peso (18 x 314 x 219 mm y 1,58 kg del rMBP frente a los 3-17x325x227 mm y 1,35 kg del MBA)
  3. Si quieres pantalla táctil en tu PC móvil“, nos dice, prueba el iPad Pro (que cuando escribió el post aún no había salido, así que aquí Savov opina sin criterio válido)

De esas tres opciones yo solo validaría la segunda, pero Savov tiene su punto. De hecho, añade, “no hay nada que valide que el MacBook Air deba existir“, y afirma que el resto de máquinas del catálogo ha desplazado a un equipo que ha sido desde su lanzamiento referente absoluto de una categoría que él creó: la de los ultraportátiles, y aquí incluyo a los Ultrabooks que quiso impulsar Intel.

Me da rabia admitirlo, pero en el fondo creo que Savov tiene razón. Creo que el futuro del MacBook Air es el MacBook, y que esta máquina será todo lo que el MacBook Air no ha podido ser. Sobre todo por algo que muchos soñábamos por ver: un MacBook Air con pantalla Retina.

Es curioso, porque yo pasé de comprar un Dell XPS 13 con pantalla táctil QHD+. Y lo hice porque la diferencia (300 euros) me dejaba con un equipo con una pantalla asombrosa, sí, pero cuya segunda gran característica, ser táctil, me importaba poco o nada.

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Difícilmente me hubiera resistido a un MacBook Air con pantalla Retina, y desde luego no descarto apostar por un futuro MacBook que valga la pena. Ya os estoy oyendo: “¿Pero Javipas, no decías no eras un fanboy?. No chicos, no. Que ponga a caer de un burro a Apple cuando se lo merece no significa que no la ponga en un pedestal cuando también se lo merece. El MacBook Air es una demostración de eso, y un MacBook que no apeste podría volver a serlo.

Pero claro, para eso necesitaría un MacBook que deje atrás los patéticos Core M y que tenga conectores USB-C con interfaz USB 3.1 Gen 2 -y no con los limitados Gen 1 (5 Gbps, nada de Alternate Mode, nada de Power Delivery). Dudo mucho que ese MacBook aparezca siquiera el año que viene -esa delgadez hace que en microprocesadores la cosa esté muy achuchada-, y de hecho esto es lo único que me hace dudar de la seguridad de Savov.

Como explicaban en Ars Technica, los actuales MacBook utilizan los Core M-5Y31 con un TDP máximo de 6W, y si echáis un vistazo al catálogo (PDF) con los nuevos procesadores de la familia Skylake, parece que únicamente la serie Y con un TDP de 4,5W (Intel le prepara a Apple modelos algo forzados y con un TDP ligeramente superior, de ahí los 6W) sería aceptable para estas máquinas. En la página 4 de ese PDF aparecen los Intel Core m7-6Y75, por ejemplo, con un TDP máximo de 7W y una frecuencia de trabajo de 1,2 GHz. A falta de saber cómo rinden y de lo que Intel pueda preparar de aquí a los próximos 6 meses, parecen la opción clara para esos MacBook de segunda generación. A no ser, claro, que Apple se deje de tonterías y dé un vuelco a la industria con esos MacBooks con micros ARM de los que llevo hablando hace tiempo.

Sea como fuere, Savov tiene cierta razón: puede que el año que viene, con un MacBook de ese estilo y un rMBP con un Skylake decente el MacBook Air quede en tierra de nadie. Mientras tanto y hasta que pase (si pasa), los MacBook Air siguen siendo portátiles prodigiosos que de hecho se han renovado este año con micros bastante decentes de la familia Haswell. Pero los rMBP de 13 pulgadas son demasiado tentadores, el futuro de los MacBook es prometedor, y puede que esos iPad Pro de los que tanto se habla se conviertan precisamente en una alternativa más aburrida y conservadora al MacBook ARM (con OS X) que yo desde luego querría ver, aunque fuera por curiosidad.

Qué tragedia para el mejor portátil de la historia. Qué penita.