Los tres pecados de Netflix
4 de noviembre de 2015. Fue entonces cuando me suscribí por primera vez a Netflix, un servicio que parecía como un regalo de los dioses y que planteaba una alternativa realmente curiosa para disfrutar de todo tipo de series y películas. La imagen:


Mi (largo) análisis inicial dejaba claro que de primeras el servicio me encantó. Durante los últimos siete años he usado el servicio de forma intermitente. No tanto al principio, claro: no había alternativas. Luego llegaron Prime Video, HBO Max o Disney+ —y en alguna época, Apple TV+— para que fuera saltando de contenido en contenido. Muchos más de los que necesitaba y de los que podría ver en toda mi vida.
El problema de Netflix ha sido que no es solo ese, claro. Diría que la plataforma ha cometido al menos tres pecados gordos.
- Catálogo. La plataforma ha ido tratando de defender su reinado con contenidos originales que empezaron siendo llamativos —'House of cards', las primeras series marvelianas, como 'Daredevil' o 'Jessica Jones'— pero que luego inevitablemente fueron dando una de cal y una de arena. Había cosas potables y otras insufribles, y en general siempre he tenido la sensación de mucha otra gente. Si querías cantidad, te ibas a Netflix. Si querías calidad, a HBO Max.
- Compartir cuenta. Durante años compartir cuenta había sido la única fórmula en la que el servicio salía rentable. Las progresivas subidas de precio hicieron que la cosa se pusiera cada vez más cruda, pero como podías compartir cuenta con otras tres personas, al final la cosa salía a cuenta. Total, eran menos de cinco euros al mes, que no era para tanto. Con el fin de las cuentas compartidas (las de siempre) que se acaba de activar, el chollo se acaba. Puedes seguir compartiendo, pero el precio a pagar es casi absurdo: lo que antes usábamos cuatro personas por 18 euros al mes ahora podríamos usarlo tres personas por 30. El coste sería más del doble, y ya digo que yo invierto en aquello que uso. Y no uso tanto Netflix.
- Estamos en 2023 y 720p. Quizás me reenganche para alguna serie de forma puntual, pero dudo que opte por el plan con anuncios. Aquí Netflix tiene otro problema, y es seguir pensando que los contenidos en resolución 720p son una opción en 2023. Hasta limitarlos a 1080p me parece bastante triste, sobre todo cuando la competencia ofrece contenidos 4K (no todos, como Netflix, pero sí un catálogo creciente) a precios inferiores. No hay ninguna opción para que un solo usuario pueda contar con una suscripción para él solo con calidad 4K, y me da miedo pensar el precio que tendría esa opción si existiera.
A todo esto se le suma el hecho de que sus competidoras lo están haciendo igual de bien o mejor. Prime Video, por ejemplo, está mejorando en catálogo —aunque la interfaz de la app sea un poco cutre aún—, y hay demasiadas opciones en todas partes. Y cuando hay tantas opciones y uno tiene que elegir, normalmente queda fuera aquella que compensa menos.
Resulta irónico, como muchos han señalado, descubrir que en 2017 Netflix declaraba aquello de que "el amor es compartir una contraseña", invitando a todos los usuarios a seguir compartiendo sus cuentas. En 2022, con descenso de suscriptores y resultados a la baja, ya no había amor.
En Amazon LATAM han tenido bastante mala baba y han lanzado un sarcástico mensaje riéndose de aquel antiguo tuit. En los comentarios de ese mensaje de Prime Video LATAM, por cierto, la gente ya está diciendo que guardarán también este último para recordárselo a la firma en dos años cuando haga lo mismo que Netflix. La reacción del community manager de la plataforma es como poco simpática, pero claro, ahora puede reírse. Veremos efectivamente qué pasa dentro de un par de años.
De hecho diría que todas las plataformas acabarán yendo a un modelo similar en el que lo de las cuentas compartidas sea insostenible y acabe siendo una opción solo si pagas (bastante) más.
Pero es el momento de Netflix, y para mí la decisión está clara. Es de hecho la misma que por lo que he visto en bastantes mensajes de otros usuarios. Esto no es un adiós, pero desde luego es un hasta luego. Si la cosa cambia, veremos.
Hoy por hoy, Netflix ya no compensa, y por si fuera poco, está claro que volveremos a torrent (y a eMule).