Los teclados físicos en móviles están donde deben estar: muertos y enterrados

Los teclados físicos en móviles están donde deben estar: muertos y enterrados
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Poned, si os parece, esta música de fondo. Es el 'Also sprach Zarathustra' de Richard Strauss, que yo no tenía ni idea que era de él pero que se hizo famosa por '2001: Una odisea en el espacio'. Y una vez la tengáis en marcha, recordemos un elemento tecnológico que creímos que nunca iba a morir.

Las BlackBerry como esta de la imagen (la Classic, de 2014) fueron el máximo exponente del teclado físico en dispositivos móviles. Hubo un tiempo en que la empresa dominaba este segmento junto a Nokia, pero ambas se vieron aplastadas por un fenómeno llamado iPhone. El dispositivo de Apple, criticado inicialmente por algunos, era superior en casi todo, y lo era porque miraba al futuro. Uno en el que, entre otras cosas, el teclado físico tenía que morir.

Al principio no hubo muchos que lo aceptaran. Tras el lanzamiento del iPhone, los Nokia y BlackBerry del mundo se negaron a seguir esa estela. El teclado físico es imprescindible, nos decían. Los usuarios también parecían convencidos, y de hecho hasta Google inició su andadura en ese mercado con aquel HTC Dream que tenía un simpático teclado desplegable.

Sin embargo, la gente empezó a darse cuenta de que igual lo del teclado físico no era tan buena idea. Yo hablé del tema primero en 2009, preguntándome si el teclado virtual en pantalla acabaría sustituyéndolos, y luego en 2013, confirmando la muerte casi total de ese elemento del diseño de nuestros móviles.

Desde entonces hemos sido felices con nuestros teclados en pantalla, que se han vuelto mejores porque 1) las pantallas eran más grandes y 2) aparecían mejoras software que hacían que los teclados físicos tuvieran aún menos sentido. El corrector automático y soluciones como Swiftkey o Gboard permiten escribir más rápido y con menos fallos que nunca, y hay verdaderos artistas de la mecanografía móvil.

Por eso me sorprendió ver estos días el lanzamiento de Clicks, un teclado físico para los últimos iPhone. El producto es en realidad una funda-teclado: metes el iPhone dentro encajándolo en el conector (tienen versiones con Lightning y con USB-C) y ale, a disfrutar de la experiencia del teclado físco. ¿Todo bien, no?

No. Todo mal.

En el vídeo promocional de 11 minutos los responsables de este proyecto explican bien por qué se decidieron a lanzarse a la aventura. Michael Fisher, conocido como MrMobile, hace una única consideración práctica válida para tener este teclado físico: que mientras escribes tienes toda la pantalla disponible. Los teclados virtuales, afirma, ocupan mucho espacio en pantalla, así que este tipo de teclado físico te permite "consumir y crear al mismo tiempo". ¿Es eso suficiente? No para mí.

Luego habla de los atajos a los que es posible acceder a través del teclado, algo que tiene sentido en un teclado de escritorio porque efectivamente ahorran tiempo, pero que diría que no lo tienen en absoluto en un móvil, porque los gestos táctiles ya forman parte de nuestra memoria muscular. Salvo en casos muy específicos, diría que su utilidad práctica es anecdótica.

Y luego termina comentando lo otro que para él es importante. Las "sensaciones". Con un teclado físico uno se siente mejor, dice, esa forma de interactuar es "más satisfactoria". El problema es que aunque pueda serlo, las desventajas son demasiado importantes, y él mismo reconoce que son evidentes.

La más importante es sin duda la del tamaño: los móviles actuales ya son enormes, pero es que con esto las dimensiones crecen de forma absurda. En el propio vídeo se ve en un par de ocasiones cómo los usuarios los llevan en el bolsillo de atrás como si tal cosa, pero yo nada más verlo pensé que el resultado era un poco gorki.

No solo eso: con esa funda-teclado, el iPhone ya no cabe en bolsillos laterales, y ese mismo tamaño también resulta difícil de colocar/guardar en soportes para coche, cargadores o incluso bolsos pequeños. El iPhone con la funda de Clicks se convierte en un absoluto armatoste.

El producto, eso sí, ha conseguido reactivar el debate sobre los teclados físicos y su posible vuelta a nuestros móviles. En Ars Technica el artículo ha generado más de 120 comentarios, en The Verge más de 170, y la cosa es aún más loca en Reddit (más de 470) y Hacker News (más de 530). No he leído ni un 1%, pero la sensación al navegar por esos comentarios en diagonal es bastante clara: a la gente le encanta la idea, pero también la ve poco práctica. Había quien mencionaba que quizás tendría sentido un teclado físico desplegable o uno que se usase en formato apaisado, pero ninguna de esas opciones me convence tampoco.

Es lo que hace la nostalgia, supongo. Es traicionera y terrible a veces, porque hay quien la usa como argumento para traer de vuelta cosas que fueron estupendas en el pasado, pero que ya no tienen sentido. Es bueno que las cosas evolucionen y cambien, y por mucho que el producto sea cuco, cuando yo veo este producto solo puedo sacar una conclusión grande y maravillosa:

Es otra solución buscando un problema.

Uno que además no existe: puede que escribir en teclado físico sea algo mejor tanto en velocidad como en sensación, pero las desventajas que eso impone son enormes al tratar de adaptar esa idea a nuestros móviles. Ya habíamos solucionado ese problema hace años. Lo hizo Apple con el iPhone y su teclado virtual en pantalla.

No necesitamos una funda teclado como la de Clicks. Los teclados físicos para nuestros móviles fueron estupendos mientras nos acompañaron, pero fueron reemplazados por una alternativa mejor. Murieron y fueron enterrados.

Y así deben quedarse.