Los tablets no son para mí
Ya he comentado en varias ocasiones que no soy muy amigo de los tablets, un tipo de dispositivo que pensé que tendría menos tirón hasta que me di cuenta de que la gente no es como yo.
Hasta la fecha no había entrado una de esas diabólicas máquinas en casa, pero este verano ha cambiado el panorama: mi mujer, desarrolladora y maquetadora front-end (autobombo), tiene un Nexus 7 (2013) desde hace unas semanas. La idea es la de usarlo como una herramienta más para verificar que sus desarrollos se ven bien en tablets (al menos, en algunos), y también la de evitar llevarse el portátil durante uno de los recientes viajes de la semana pasada.
El caso es que sin otra opción decente, intenté programar las Incognitosis de fin de semana vía el Nexus 7. Craso error. Ese tipo de post en particular es especialmente pesado de publicar, porque voy revisando lo que he ido compartiendo vía Twitter y sobre todo vía Flipcognitosis para luego incluir esos enlaces en la lista.
Esa tarea de producción resultó ser un verdadero infierno. Abrir unas cuantas pestañas, copiar y pegar textos y enlaces, y saltar de la página enlazada al post en edición en WordPress no es una tarea recomendable para simples mortales. Puede que el fallo sea mío: lo intenté “a pelo”, con el editor nativo del CMS de WordPress en lugar de, por ejemplo, la aplicación de WordPress para Android.
No sé si eso hubiera aliviado el tema, pero lo cierto es que ya solo la acción de seleccionar texto para copiarlo y pegarlo (hacerlo sin formato -algo que en Windows o Mac se hace con Ctrl+Shift+V o Cmd+Shift+V- parece imposible) en el editor era un suplicio. Estuve unos 10 minutos para lograr completar el proceso para 3 ó 4 enlaces. Después de eso, me rendí.
Puede que algunos logréis trabajar mínimamente con un tablet, sobre todo si le acopláis un teclado físico (o lo conectáis vía Bluetooth), pero para alguien que necesita trabajar constantemente en un ámbito como el mío, la cosa parece todo menos cómoda. El Nexus 7 no es mal cacharro -como cualquier tablet- si uno quiere consumir contenidos o recorrer sus actualizaciones de Twitter o Facebook, pero lo que está claro es que no es ni de lejos un producto destinado a producir.
Y eso, desde luego, los elimina automáticamente de mi lista de dispositivos útiles. A Apple, Samsung y demás no creo que les preocupe demasiado, porque yo, precisamente, soy minoría. Lo que sí debería preocuparles, y mucho, es el hecho de que los phablets se les están comiendo el mercado. Sea como fuere, esta pequeña y lamentable experiencia me ha hecho confirmar aquello de ‘cada oveja con su pareja‘. Si quieres producir (decentemente), nada de tablets.