Los Sony WH-1000XM4 ya son míos

Febrero ha sido un mes intenso en gastos tecnológicos, pero no es (del todo) culpa mía, que conste. Para empezar, lo de la Xbox Series X, que por fin conseguí y que de momento estoy disfrutando poquito por diversas circunstancias. Era de todos modos algo más o menos esperado, así que no me preocupa, porque es una inversión a muy largo plazo.
Más sorprendente es la compra de la que os hablo hoy, sobre todo para alguien que presume de oídos de corchopan. "A ver, JaviPas, ¿en serio te has comprado unos auriculares Sony WH-1000XM4?"


Pues sí, y por si no queréis leer más, os voy a resumir la experiencia: no noto absolutamente nada especial en cuanto a calidad de sonido. Creo que sería incapaz de diferenciar cómo suenan estos auriculares, que me han costado 256 euros, de mis viejos Xiaomi Piston 3 de 18 euros. Eso me duele un poco, pero en realidad no era eso lo que buscaba en estos auriculares, así que no estoy tampoco dándome cabezazos por las paredes por ello.
¿Por qué los he comprado entonces? Pues como muchos habréis adivinado, por su sistema de cancelación activa de ruido.
¿Por qué ahora necesito algo así? Pues por la maldita pandemia, que ha provocado que las videoconferencias se conviertan en algo cada vez más frecuente en casa. No por mi lado —en Xataka nos juntamos poco porque somos una máquina bien engrasada— sino por el de mi mujercita, que de repente se ha visto envuelta en una rutina en la que día sí, día también tiene reuniones de trabajo que duran horas. Horas.
Durante unas semanas intenté llevarlo bien. Me ponía los cascos normales y música, pero cuando tienes a otra persona teletrabajando a unos 50 cm de ti y hablando en tono normal (o incluso algo alto) horas, eso no es suficiente. Tenía que ponérmela más alta de lo razonable para oír solo eso y no distraerme, pero los auriculares que usaba (aquellos Ausdom que compré el año pasado) no son cómodos para usar muchas horas seguidas: aprietan. Es un problema común de muchos fabricantes, y su ergonomía, aunque adecuada, no está pensada para gente con un gran cerebro. Total, que suelo acabar hasta las narices de llevar puesto muchos ratos los auriculares.

La solución, me dije, era comprar unos buenos auriculares con cancelación activa de ruido, y aquí hay pocos que rivalicen con los Sony WH-1000XM4. Están los Bose Noise Cancelling Headphones 700 y los nuevos AirPods Max, pero en el primer caso el precio no era tan llamativo y en el segundo... bueno, imaginad si he dicho eso de los Bose.
La opción estaba en el modelo anterior de Sony, pero este nuevo Sony WH-100XM4 gana en varios apartados curiosos. Las almohadillas son algo más grandes (bien para cubrir mejor y ser más confortables), pero sobre todo los XM4 cuentan con un nuevo procesador de audio, el DSEE Extreme (vs. el DSEE HX) que teóricamente mejora la calidad del audio y cuentan con un sistema de inteligencia artificial que ayuda en diversos escenarios.
Por ejemplo, a la hora de detectar si estás hablando y dónde escuchas la música para ajustarse a ese perfil en ese escenario. Para mí lo más relevante no era eso, sino la capacidad que tienen los XM4 de conectarse por Bluetooth a dos dispositivos al mismo tiempo.
Eso permite que nada más ponérmelos y encenderlos se conecten al PC y a mi móvil, pero lo mejor de todo (y esto no lo tienen los XM3) es que si estás oyendo música en el PC (como suele ser mi caso) y te llaman al móvil, se para la música y puedes coger la llamada a través de los cascos, que además tienen un micrófono integrado (e invisible) bastante majo. Una vez terminas de hablar, sigue la música. Magia.

Como lo de que si detectan que estás hablando porque quieres mantener una conversación con quien sea, baja el volumen de audio y se desactiva la cancelación de ruido para que escuches a esa persona sin problemas. Estas tonterías son las que notas una vez empiezas a usarlas, y yo me estoy sorprendiendo de lo curiosas y cómodas que son, como lo de que te quites los cascos y la reproducción de música también pare automáticamente. Es todo como muy "tú haz lo que quieras, que ya me encargo yo de ponerte la música cuando quieras escucharla de verdad". Mola.
Pero lo que me ha ganado es la citada cancelación activa de ruido, que hace exactamente lo que esperaba. En cuanto enciendes los auriculares se activa, de hecho, y te metes como en una pequeña cámara que sigue dejándote escuchar voces, sí, pero a un volumen mucho más bajo. Si ya pones música, olvídate: no te vas a enterar de lo que nadie dice a tu alrededor, aunque pongas el volumen muy bajo. Por cierto, la batería es extraordinaria. Llevo 10 días con ellos (llegaron el mismo día que la consola, qué casualidad) y hoy los he recargado por primera vez, aunque es cierto que he estado fuera y cuando he estado aquí los he usado solo a ratos. Aún así, brutal.
El sistema es efectivo a tope para esas largas videoconferencias que últimamente tiene mi mujer, y eso se suma al echo hecho de que los auriculares son claramente más cómodos que los que usaba. No es que me guste llevarlos durante horas (sigo disfrutando de la liberación de quitármelos), pero desde luego es mucho más llevadero hacerlo.

"Todo muy bien, JaviPas, pero, ¿de verdad que no has notado diferencia en la calidad de audio?" Pues no, queridos lectores. He puesto música MP3 que tenía en el ordenador, he puesto vídeos y música en streaming (uso YouTube Music) y nada, todo me suena básicamente igual que como lo escuchaba antes. También acabé poniéndome el 'Greatest Hits' de Texas en formato FLAC por ver si así notaba algo más, pero nada. El 'So in love with you' suena igual de fantástico en mis oídos de corchopan, y me temo que esto me mete definitivamente en el grupo de los miembros del famoso y polémico grupo de oídos de corchopan del mundo. Puede que llegue a ser su presidente, de hecho. Qué se le va a hacer, siento decepcionaros.
Sea como fuere, ya decía al principio que tampoco esperaba revoluciones en ese sentido, y aunque algún amigo me mate por ello (¡Juanky!) me temo que no aprecio mejor los instrumentos ni su posición ni los graves y los agudos y los armónicos y los melódicos y la madre que los parió a todos.
Me da un poquito igual. Soy feliz como una perdiz trabajando en mi pequeña burbuja mientras el ruido inunda el mundo exterior. Eso es lo que cuenta.
Por si a alguno le tientan, que sepáis que yo aproveché la oferta de eBay que llevo publicando en los Incognichollos desde hace semanas. Estaban a 256 euros con un código de descuento, pero ahora han desactivado ese código (maldición) y están a 284,99 euros allí. La opción hoy es Amazon Alemania, que los tiene a 306 euros, envío incluido (podéis comprar con vuestra cuenta de aquí, ya sabéis). En Amazon España están a 379 euros, por daros otra opción.