Los portátiles gaming ya no parecen de gaming (y quiero uno)

Los portátiles gaming ya no parecen de gaming (y quiero uno)
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Hasta no hace mucho, lo de tener un "portátil gaming" no era para mí. Acostumbrado a ver esos monstruos de los Alienware o los ASUS de turno, prefería pensar siempre en el binomio tradicional: ultraportátil para trabajar y viajar, y sobremesa de respaldo para cuando necesitas más potencia y unas partiditas al 'Battlefield 1'. Muchos diréis que el PC de sobremesa ya no tiene sentido, pero creedme: tener por ahí un equipo auxiliar (aunque no sea un PC, claro) que siempre esté listo cuando el otro te falla (y siempre acaba fallando) es bastante buena idea.

De un tiempo a esta parte, no obstante, el panorama ha cambiado. Sobre todo en este CES 2018 en el que se han presentado varios equipos que precisamente permiten hacer ambas cosas —trabajar y jugar— y hacerlo en el cuerpo de un ultraportátil convencional.

Es cierto que había algún modelo bastante cuco en este sentido, y aquí los Razer, que suscitan amores y odios a partes iguales, eran el perfecto ejemplo del "ultraportátil gaming". Sin embargo este CES ha sido como decía el que nos ha descubierto esos prometedores chips Intel con gráficas "integradas dedicadas" de AMD y sus Radeon RX Vega M.

Los dos primeros portátiles gaming apetecibles en aparecer en el mercado son el Dell XPS 15 2-en-1 (a partir de 1.299 dólares) y los HP Spectre x360 15 (a partir de 1.369 dólares). Es verdad que esa diagonal de 15 pulgadas no los hace precisamente "compactos", pero que con sus grosores (16 y 20 mm respectivamente) y pesos (1,95 y 2,1 kg respectivamente)  se acercan bastante a esa idea de ultraportátil que todos tenemos en mente.  Lo curioso es que en ambos casos se presuma de esa faceta convertible, lo que permitirá usarlos en modo tablet. Un modo tablet aparatoso por esa diagonal tamaño pero que oye, puede que dé juego.

Las ventajas de estos equipos son enormes frente a sus antecesores. Lo apuntaban en Engadget, donde explicaban cómo el Dell promete 15 horas de batería y en HP dicen que el suyo aguanta 13,5 horas. Los Razer Blade con una GTX 1060 no llega a las 6 horas, y además son más caros y menos eficientes energéticamente.

Estos dos modelos de Dell y HP aún tardarán unos meses en llegar (se esperan para abril o mayo), pero son los primeros de una generación realmente prometedora. Las Radeon RX Vega M GL integradas en estos equipos tienen una potencia gráfica de 2,6 TFLOPs, por encima de las GTX 1050 Ti aunque por debajo de las 1060. Sea como fuere, suficiente, creedme, para jugar unas buenas partidas al 'Battlefield 1'  en 1080p sin problemas. Y cuando hablo del BF1 hablo de otros muchos juegos que podrán disfrutarse —pero disfrutarse de verdad— directamente en estas máquinas.

Y para los que necesiten más, pues PC de sobremesa o, claro, la otra opción atractiva del momento: una caja para una gráfica externa (eGPU) que gracias a las conexiones Thunderbolt 3 de estos equipos dan esa potencia extra cuando la necesitemos.

Es una castaña que esta generación ya esté algo condenada por las vulnerabilidades Spectre y Meltdown, pero lo cierto es que aún así esos portátiles son todo un paso adelante para un segmento, el de los ultraportátiles, que siempre parecía quedarse corto si uno quería jugar un poquito. Eso, con algunos peros —no me entusiasman las 15 pulgadas— comienza a ser cada vez menos cierto.