Literatura de palomitas

Me ocurre muy de vez en cuando. Cojo un libro y no consigo soltarlo. Me atrapa por completo y tengo que terminarlo cuanto antes. Tengo que saber qué ocurre en la próxima página. Y en la próxima. Y en la de después.
Es una sensación fantástica.
Hacía bastante que eso no me ocurría. Me solía suceder con mi adorado Pérez-Reverte —su último libro ('Línea de fuego', en cambio, fue el primero que dejé de leer sin terminarlo), y por supuesto con joyas como 'La sombra del viento', de Carlos Ruiz Zafón.
Con la mayoría de los libros me ocurre que me lo tomo con calma porque el libro no hace que me lo tome con más prisa. Este verano, por ejemplo, me estoy releyendo las siete novelas de la saga de 'La Fundación' de Asimov, y aunque son estupendas (voy por la cuarta, primera precuela), me las estoy leyendo con cierta calma, sin urgencias. Ya contaré algo más sobre ellas cuando toque, pero el caso es que recuerdo la impresión que me causaron cuando las leí por primera vez, durante mis años universitarios. Fue algo como esto.


El caso es que de repente el otro día @manuti retuiteó este mensaje sobre 'Proyecto Hail Mary' y me picó el gusanillo (no hay destripes o spóilers en el post, tranquilos).
La novela es la tercera que publica Andy Weir. El autor es famoso por 'El marciano', que comenzó autopublicando en plan guarripeich (la historia de cómo se lo montó mola) y se convirtió en bestseller. Yo la leí hace bastante y como sabéis luego se acabó haciendo una célebre adaptación al cine. Weir quiso crear su 'magnus opus' con una saga épica de ciencia ficción que no le convencía, así que cortó aquel esfuerzo y se puso a escribir 'Artemisa', su segunda novela de ciencia ficción.
Como sus anteriores dos novelas, esta va también de aventuras espaciales, y aunque 'me salté' su segunda obra, aquí me dio por volver a ver qué tal estaba esta. Ni siquiera la tuve que comprar (más sobre esto más adelante) porque estaba disponible en eBook Pozuelo, esa biblioteca virtual a la que acudo a menudo y que me parece un prodigio, como eBiblio aunque la use bastante menos.
Eso fue el viernes por la noche.
El domingo antes de comer me la había acabado.
Me la habría acabado antes, de hecho, pero también hubo tiempo de baños piscineros —vaya con la olita de calor, queridos lectores— y de cenas y comidas con amigos. Sin embargo este fin de semana ha sido uno de esos gloriosos findes en los que sobre todo he leído. Es algo que hago poco porque como digo no hay novelas que me atrapen tanto, pero 'Proyecto Hail Mary' me ha parecido fantástica de principio a fin.
Así que ahí me teníais, sentadito en la terraza o sobre todo tumbado en la cama con mi Kobo Libra H2O y sus botones físicos que me permiten leer a una mano (por cierto, está de oferta estos días, 159 euros en Amazon), leyendo sin parar. Pasando páginas (de tinta electrónica) y disfrutando de una novela de palomitas. Que básicamente es como una peli de palomitas: sin grandes pretensiones más allá de entretener.
Weir sabe cómo hacerlo. Lo de entretener, digo. No sé en 'Artemisa', pero los protagonistas de 'El marciano' y de 'Hail Mary' son muy parecidos: simpáticos sin llegar a ser payasos, buenas personas, y sobre todo, listos a rabiar. El libro de hecho es una buena forma de aprender cosas estupendas sobre nuestro universo y la física que lo gobierna (casi) todo, y acaba siendo una especie de curso acelerado gamificado: cada problema y situación que narra el libro tiene cierta explicación lógica, y Weir sabe cómo hacer que esa explicación no solo tenga sentido real —en un momento dado tiene que calcular a qué gravedad está y lo logra tirando algo al suelo—, sino que además digas "coñe, cuando a mí me explicaron esto en BUP o en la carrera no me enteré ni del no-do".
Ese es solo un ingrediente de la novela, que sobre todo es un absoluto pasa-páginas que no te deja descansar. Es glorioso. Como decía al principio, lo único que quieres cuando termina una página es leerte la siguiente, y luego la otra. A eso ayuda esa ya conocida técnica de mezclar lo que pasa en el presente con lo que pasó en el pasado, que Weir maneja con soltura y que hace que la cosa sea aún más adictiva.
Como digo la idea no era contar de qué va la novela ni hacer una crítica demasiado concienzuda. La idea era simplemente darle las gracias a Weir y a todos esos autores que hacen novelas que quieras leer sin parar. Sin comer, sin ir al baño, sin dormir, casi sin respirar. Eso es fantástico, y algún día me encantaría poder escribir un libro que la gente se leyese así. No digo que los otros libros sean malos, ojo: es fantástico que ciertos libros te hagan descubrir, pensar y valorar cosas de una forma distinta, pero estos libros pasapáginas, esta literatura de palomitas, es extraordinaria.
Dicho lo cual, lo primero que hice cuando me terminé esta gloriosa novela es comprarla en formato e-book en la tienda Kobo. Que es en realidad lo que podría haber hecho desde el principio, pero oye, ahora sé que he pagado por algo que me ha valido (mucho) la pena.
Ele. Que vivan los libros que te atrapan.
PD: 'Hail Mary', por cierto, ya tiene adaptación cinematográfica en marcha (como 'Artemisa', vámonos). En este caso ha sido MGM la que ha comprado los derechos, y el protagonista estará encarnado por Ryan Gosling ('Blade Runner 2049').