Linux y la comodidad: nos hacemos mayores
Ya lo he comentado en Osphérica así que no le daré muchas más vueltas aquí: se ha montado un pequeño escándalo porque Miguel de Icaza, que en su día fue protagonista en el mundo Linux y Open Source, anunció hace un par de días que se ha pasado al Mac. Deja de usar Linux en el escritorio, y argumenta que está cansado de incompatibilidades, de la fragmentación de Linux y de que las cosas simplemente no funcionen, algo que sí hacen en los Macs.
En el fondo De Icaza tiene mucha razón, y no entraré aquí en más debates sobre su carácter (lamentable, como ha demostrado en una respuesta poco afortunada a un post de mi ex-compi Metalbyte en MuyLinux) o sobre su clara filosofía de arrimarse al sol que más calentaba (primero Mono y Microsoft, ahora también Mono y Android con Xamarin) . Como sucede en muchos otros campos, hay cierto momento en los que la gente simplemente no tiene tantas ganas de complicarse la vida. A un chaval de 20 años probablemente le dé menos pereza lograr que todo funcione como debe en su equipo con Linux. Pero a De Icaza o a mi ya no nos apetece tanto.
Lo comentaba hace meses, y vuelvo a repetirme. Aunque tengo Linux siempre al lado -mi partición de Elementary OS Luna sigue actualizadita- hoy en día trabajo sobre todo con Windows 8 y con OS X en el MacBook Air. De hecho, hace unas semanas traté de utilizar ese equipo como mi equipo de trabajo principal, y el experimento me salió rana. La cosa no cuajaba. También probé a trabajar solo con Linux hace un tiempo, y más de lo mismo. No acababa de estar a gusto. Y cuando uno se acostumbra a trabajar de un modo, cambiar debe estar motivado por algo más que poder decir "qué guay soy que puedo trabajar con Linux sin problemas".
Es la condena de la comodidad. Somos más mayorcitos, y tenemos menos tiempo para según qué cosas. Así que ya no me apetece tanto recompilar kernels, no me apetece instalar las quince distribuciones que probaba no hace mucho -ni siquiera como máquinas virtuales- y no me apetece pegarme con algunas aplicaciones que solucionan muchos problemas pero crean otras. Uno se vuelve cómodo, y se centra en lo que conoce y lo que le funciona. Tanto si es un Mac, como si es Windows o Linux. Lo importante es estar lo más cómo posible con la forma de trabajar (o disfrutar) con tu maquinita.
Igual es que me estoy volviendo más sabio. Cómo mola.