Reddit y el refugio de la mediocridad
era el paradigma de la libertad de expresión en Internet. El ejemplo perfecto de que todo
valevalía, y de que dejar que todo el mundo dijese lo que quisese
merecemerecía la pena. En muchos sentidos sus creadores acertaron: Reddit es una comunidad en la que a pesar de que el ruido existe, como en todos lados, éste está autocontenido por los mecanismos de karma del servicio. Incluso en subreddits demasiado bestias para mí la meritocracia es un ingrediente clave que hace que el debate sea nutrido. Hasta interesante.
En Re/code aparecía hace unas horas una buena reflexión sobre las comunidades online y el caso Reddit. La autora de ese artículo, que cofundó y fue CEO de la red social Ning, destacaba su experiencia y varias cosas de las que se había dado cuenta. Yo destacaría dos: la primera, que las plataformas de comunidades online atraen a lo mejor y lo peor de la humanidad. Y la segunda, que el control no es una opción.
Lo que ha ocurrido en los últimos días (y horas) con Reddit ha sido, supongo, consecuencia lógica de esas dos premisas. Ellen Pao, que es desde hace unos meses bastante famosilla por el caso Kleiner Perkings (ella alegaba que hubo discriminación sexual, la sentencia fue favorable a la empresa) ha logrado calentar aún más el debate sobre la libertad de expresión en su papel de CEO de Reddit.
La chica no ha sabido gestionar muy bien el tema y cientos de miles de usuarios han pedido su cabeza, lo que entre otras cosas ha provocado una disculpa que por lo visto no muchos se han tragado. La razón: con ella llegó una censura que jamás había existido en Redit salvo por algunos temas prohibidos. Esa censura afectó inicialmente a otros subreddits, pero al final el veto se aplicó a cinco de esos foros en los que el acoso a ciertos usuarios era demasiado hasta para un sitio en el que todo parecía posible como Reddit.
Y justo hoy aparecía otra noticia curiosa: la de que en The Verge cierran comentarios durante un tiempo no determinado -de momento hablan de “un verano relajado”- cuando precisamente una de las propuestas más importantes de The Verge era la de concebir los comentarios casi como una oportunidad para cualquiera publicara en este sitio web. La meritocracia volvía a aparecer, y de hecho durante algún tiempo esa idea funcionó bien: en la portada aparecían de cuando en cuando artículos que pertenecían a alguno de los foros de discusión. La cosa ha ido flojeando -o esa es mi percepción- así que o bien la gente no se lo curra tanto como quieren en The Verge, o bien se han cansado de tratar de filtrar y promocionar esos buenos comentarios, una tarea titánica que de nuevo es casi imposible por la propia naturaleza humana. Hay mucho analfabestia suelto y aunque siempre hay honrosas excepciones me posiciono claramente del lado de quienes creen que los comentarios a menudo restan más que sumar. No en blogs de quita y pon como este en el que la cantidad de mensajes es perfectamente asumible, pero sí en medios con mucho más tráfico y repercusión.
Lo cierto es que entiendo perfectamente la decisión de Pao y también la de The Verge e insisto: el control no es posible. Si vendes una plataforma que invita a comentar por favorecer la libertad de expresión, te expones a todo tipo de peligros. Cierto que eso genera tráfico y probablemente debate, pero, ¿a qué precio? ¿Merece la pena que las métricas mejoren a cambio de añadir ruido y más ruido en tu medio? Yo digo que no. Pero un no rotundo, además.
Creo que hay difícil solución al problema. Ya hablé sobre la propia decisión de Re/code de prescindir de los comentarios y trasladar el debate y la conversación a redes sociales (idea ingeniosa) y ya entonces hubo debate nutrido con compañeros de profesión que daban su opinión al respecto. Para gustos los colores, pero yo sigo teniéndolo claro. Si presumir de libertad de expresión condena a que un sitio web sea infumable por la calidad de los comentarios -algo que difícilmente podrás controlar, ni con mecanismos de karma ni con otros sistemas-, mejor prescindir de la libertad de expresión. Cuenta lo que quieras, y que la gente te critique o te alabe donde quieran, pero no en tu medio. No si quieres convertirlo en refugio de la mediocridad. Porque controlar eso -repito, en medios grandes-, evitarlo, es prácticamente imposible. Otros lo han intentado o lo están intentando, y mirad el resultado.
Caos.