De lectores, tramposos, trolls, y el valor de los comentarios

Llevo a rajatabla el 'Don't feed the troll' del que hablé hace ya cerca de dos años. Yo diría que hasta he llegado a la perfección y al zen en este tema. Be like water, my friend, y todo eso. Pero cuidado: eso no significa que no me entristezca la forma en la que ciertos usuarios hacen uso de las posibilidades que Internet ofrece. Me ocurrió ayer mientras leía un inquietante relato en The Daily Dot sobre cómo varias empresas tratan de aprovechar la Wikipedia como una herramienta de marketing.
El artículo --ya incluido en Flipcognitosis, mi recopilatorio de lecturas recomendadas en Flipboard, que cada vez me mola más-- narra cómo de forma casi accidental los editores de alto copete de la Wikipedia descubrieron todo un complot que implicaba a cientos de editores que publicaban artículos sin relevancia y sin fuentes razonables y, sobre todo, sin la llamada "notabilidad", esa magnitud que define si un artículo debe o no formar parte de la Wikipedia.
Para los que no queráis dedicar 15 minutos a la lectura --larga pero, repito, inquietante y apasionante-- aquí van los spoilers. Una empresa llamada Wiki-PR se encargaba de que hordas de editores --probablemente mal pagados-- produjeran pequeños (o grandes) publirreportajes sobre todo tipo de marcas y empresas. Muchos de los artículos detectaros acabaron desapareciendo y los editores fueron privados de sus derechos y baneados de la Wikipedia, que simplemente trataba de defender esa filosofía en la que ningún contenido debería publicarse basado en intereses comerciales.
Por supuesto, que pasen cosas de estas es normal. Me gusta mucho la expresión inglesa que define ese tipo de actividades. Aquello del gaming the system, una frase y un verbo que en sí mismo logra dar contexto y sentido a todas esas técnicas. Yo mismo cometí algún que otro error en los primeros tiempos de The Inquirer ES --lo que eso provocó fue IMHO desproporcionado--, así que entiendo el problema tanto desde dentro como desde fuera.
Ese intento por jugársela a los sistemas de karma de algunos servicios como Menéame o la propia Wikipedia se traslada a una escala mucho mayor, y yo diría que a una escala absurda, a los medios online. Los famosos comentarios "First!" que dan su minutito de gloria (o eso cree él) a quien pone el primer comentario en una noti de The Verge o de nuestro querido Marca, por ejemplo, reflejan la triste realidad de muchos medios en los que la calidad del debate es, sencillamente, lamentable.
Para muchos medios, de hecho, los comentarios no aportan prácticamente nada. El citado Marca es una referencia para mi: los 47 millones de entrenadores profesionales de fútbol de este bendito país de pandereta se encuentran a sus anchas opinando con fundamento en todo tipo de noticias de interés nacional. No digo que el fútbol no sea importante. Lo que digo es que no lo es tanto como para que haya casi 200 comentarios en esta noticia. Que podría haberlos si el debate, insisto, aportase algo. Pero leer los comentarios del Marca es para echarse a llorar, y para muestra, ese botón.
En todos sitios cuecen habas, por supuesto. Todos los medios en los que he tenido la oportunidad de trabajar han tenido esa gama de comentaristas con mucho tiempo libre y mucha mala baba --"estáis vendidos a X o Y..., yo y solo yo tengo la razón..."--. Afortunadamente también hay comentarios que sí aportan, que dan otro punto de vista, otra perspectiva. Son esos los que enriquecen el contenido y el propio debate.
Decía Enric González en una entrevista relativamente reciente algo especialmente duro, pero con lo que cada vez estoy (tristemente) más de acuerdo:
Esto que voy a decir es una auténtica grosería, pero es verdad. Lo peor del periodismo son los lectores. Son sectarios, ignorantes y sensacionalistas. Y tú tienes que venderles las noticias a ellos y ellos quieren que les des la razón. Que les des una noticia y les hagas sentir un poquito culpables…pero no mucho. Piden muchas cosas. Si el periodismo se hiciese en serio, habría que vender unos paquetes de cojones y la gente se los tendría que estudiar. Empezando por el sesgo ideológico. El lector tiene su ideología, hay cosas que ya no admite porque no encajan con su cosmovisión.
Por supuesto, habría que matizar esa frase tan chulesca y que uno parece estar oyéndole decir a alguien tipo Mourinho. Porque como decía, aunque hay mucho lector ignorante y sensacionalista, como dice González, también los hay (gracias a todos los que sois así) coherentes, inteligentes y respetuosos. Voy a ir más allá, venga: hay medios online que son mejores gracias a los comentarios. Hacker News y Slashdot son mis dos preferidos en ese sentido. En ellos, si por alguna extraña razón no los conocéis ya, os recomendaría que vayáis más allá del enlace destacado o recomendado: lo que realmente aporta de esos sitios son los comentarios. Otros como la red de sitios de Stack Exchange o Quora en realidad dependen de la calidad de esas respuestas y comentarios, así que están en otra división. A partir de ahí, como suele decirse, hay de todo.
La solución de algunos es radical. Adiós al debate. Es curioso como la mayoría de cibergurús de los que hablaba el otro día así lo hayan decidido: Gruber en Daring Fireball, Marco Arment en marco.org o Ben Thompson en Stratechery no dan opción al debate de forma nativa en sus blogs, así que ese debate se da en otros sitios (normalmente, en Hacker News). Probablemente se hayan dado cuenta de que el ratio de comentarios de valor no era lo suficientemente alto como para lidiar con este tema. La vida ya es suficientemente complicada y todo eso.
Personalmente creo que los comentarios siguen dando (en algunos casos) más alegrías que penas, y es por lo que por ejemplo sean parte fundamental de Incognitosis desde que empecé este blog. La tendencia en este sentido es a la baja --cada vez comentáis menos por aquí, no sé si por miedo, timidez o simple pereza-- pero aprovechando estas líneas sí que quería destacar que al menos en este pequeño reductito al que tanto cariño le tengo espero que si queréis aportar, lo hagáis sin tapujos. Demostrad(me) que los comentarios sí tienen sentido, por favor.