Las redes sociales son buenas para el mundo, Facebook no
Estoy de vacaciones casi toda la semana así que ando bastante desconectado, pero no quería dejar pasar la oportunidad de escribir algo sobre Facebook. La red social cumple estos días quince años desde su creación y son varios los reportajes y reflexiones -la del propio Mark Zuckerberg incluida- que han aparecido en diversos medios. En The Atlantic juntaban a 12 estudiantes de Harvard que vivieron nacer esta red social, pero a mí me resultaba más interesante el recopilatorio que hacían en Vox de opiniones que daban de Facebook algunas personalidades de la tecnología y la cultura en Estados Unidos.
Como en todo recopilatorio que se precie hay opiniones más o menos válidas y más o menos acertadas. En algunos casos veo poco o ningún esfuerzo por valorar lo que ha significado Facebook en estos quince años, pero diría que el tema de Vox vale la pena solo por leer la crítica constructiva que hace de este fenómeno Steven Pinker. Este profesor de psicología de Harvard lleva por lo visto ya tiempo siendo uno de esos faros del pensamiento moderno (no he leído nada suyo), y ciertamente su crítica de Facebook es racional y coherente.
En esa reflexión Pinker sugiere que es demasiado pronto para decidir si Facebook ha sido buena o mala por el mundo. Nos recordaba que lo que ha pasado con las redes sociales es lo que antes ocurrió con la imprenta, los periódicos, la televisión, la radio o internet: "cada nuevo medio es recibido con temor". No sería acertado valorar su impacto a estas alturas, porque como concluye finalmente, "los efectos siempre serán mixtos, y una vez que haya pasado algún tiempo, la gente y las sociedades habrán descubierto cómo hacer que los beneficios netos superen los costos", que es lo que ha ocurrido con esos otros grandes medios de comunicación.
Yo le tengo manía a Facebook. No tanta como a Instagram, pero es una red social que miro con cada vez más rechazo. Como ocurre con Instagram, su enfoque inicial se ha visto totalmente contaminado, y hoy por hoy su dimensión global y absolutamente masiva la ha convertido en algo con muchas más desventajas que ventajas. Una de mis hermanas es fan absoluta de Facebook, y cuando hablamos del tema siempre nos encontramos con posturas enfrentadas: a ella Facebook le sirve para conectar con su mundo, y aunque reconozco que eso es bueno, para mí mi mundo está a una Mahou y unas pipas de distancia. Como mucho, a una llamada. Y si no lo está tengo WhatsApp como alternativa, porque a mí no me va lo de tener 500 falsos amigos de Facebook. Esos con los que compartes el chuletón que te estás comiendo para que le den a "Me gusta" o pongan un pequeño comentario, pero que difícilmente estarán ahí cuando tengas un problema de verdad en tu vida (salvo para poner un comentario en tu muro, claro).
Facebook siempre me ha parecido una versión light de Instagram en cuanto a postureo. Es buena como forma de conectar con amigos y conocidos ocasionalmente, pero eso ha quedado empequeñecido por su dimensión como fuente de información discutible y peligrosa. Es un patio de colegio elevado a la enésima potencia. No solo eso: es un gigantesco mecanismo de monitorización y seguimiento de gente que cuenta demasiado de sí misma y que quizás se arrepienta algún día de hacerlo. No sé si nos daremos cuenta de lo peligroso que puede llegar a ser eso, pero si hay una red que apostó por eso del "compartir (en redes) es vivir, esa fue Facebook, que desde hace tiempo está mostrando los dientes con diversos casos en los que se ha comprobado cómo su protección de la privacidad es, por decirlo de forma ligera, discutible.
¿Ha sido Facebook buena para el mundo? Para mí la respuesta es clara. No. De ningún modo. Ha habido cosas buenas, desde luego, pero las malas son demasiado malas como para que a mí me quede una buena sensación de una red social que se ha convertido en una poderosa herramienta para fines perversos. Creo que las redes sociales son buenas para el mundo, pero no todo debería valer si queremos mantener conversaciones civilizadas. Sin controles y sin filtros ocurre lo que está ocurriendo por todos lados: que quienes saben usar esas redes sociales a su favor se aprovechan de toda esa inmensa mayoría que hoy en día confía en Facebook como una fuente de información fiable. Error.