Las puntuaciones de DXO no son una gilipollada (para mí)

Las puntuaciones de DXO no son una gilipollada (para mí)
iphone8

A John Gruber, como buen fanboy, es fácil darle réplica. Lo pide a gritos en su último post, ese titulado 'DXO ratings are horseshit', en el que habla de esa súper-comentada noticia de hoy en la que este conocido medio proclamaba a los cuatro vientos que la cámara del iPhone 8 Plus es la mejor de la historia.

Esa calificación, explicaba, no tenía sentido, porque la calidad de una cámara no se puede medir de forma más o menos científica como se mide el rendimiento de una CPU o una GPU. El tipo lanza su conclusión final hablando de la siempre delicada objetividad (traducción y énfasis mío):

En particular con esa calificación "global", DXO pretende asignar una magnitud objetiva con carácter científico a algo que es inherentemente subjetivo. Es una gilipollada, pero todo el mundo en los medios cae en ese error. Dije que era una gilipollada el año pasado cuando nombraron al Pixel 'el mejor calificado jamás', y sigo diciendo que es una estupidez ahora que lo dicen del iPhone.

Querido Sr. Gruber, le voy a contar un secreto. Shhhh: la objetividad no existe en las puntuaciones.

Hablé de ello hace tiempo haciéndole un guiño a la gran 'Beautiful Girls', y en aquel post contaba cómo algunos medios tecnológicos habían acabado descartando poner puntuaciones a productos que analizaban. La decisión, poética y muy loable, apoya una realidad aplastante: la de que el contexto lo es todo en un análisis. La nota final es solo un intento -a menudo inútil- de simplificar todo ese contexto.

Y sin embargo, las puntuaciones nos molan. Diría incluso que somos adictos a ellas. A puntuarlo todo y a todos. Lo hacemos involuntariamente, y aunque no asignemos una nota como tal a cada cosa (o persona) con la que entramos en contacto, yo diría que todas ellas acaban entrando en un involuntario ranking personal. Pruebas una hamburguesa y la comparas con las que te tomaste antes, ves una película y la sitúas por encima o debajo de otras de ese (u otro) género, y por supuesto conoces a alguien y le asignas una puntuación invisible por lo bien o mal que te cae.

Eso es parte de lo que hacemos los medios, sean del género que sean. Puntuamos. IMdB puntúa pelis, Polygon puntúa juegos, los usuarios de Amazon puntúan lo que compran, y yo puntúo en mis análisis de Xataka. Mis notas, de hecho, serían distintas si otro compañero analizara esos productos, y lo mismo a la inversa, porque aunque os parezca raro, los desacuerdos en este ámbito son constantes. El problema, claro, es esa famosa objetividad de la que hablaba Gruber: una que precisamente no existe ni en el texto de un análisis ni en esa nota final que difícilmente puede expresar todo lo bueno y malo que tiene un producto.

Lo único que hacen esas puntuaciones es establecer referencias subjetivas, de las cuales uno se puede fiar más o menos. A mí las puntuaciones de IMdB no me aportan mucho, como tampoco lo hacen las de los usuarios de Amazon o incluso las de algún compañero de profesión, que de todo hay.

Pero las puntuaciones de DXO, como las de Engadget, The Verge, o Polygon, me aportan un punto de referencia. Uno rápido, que me sitúa y me ayuda a saber qué puedo esperar de un producto y cómo debería tenerlo más o menos en mi lista de favoritos. Luego, claro, queda lo más importante: entender el contexto para confirmar que esa puntuación es válida. Esas puntuaciones me aportan en muchas ocasiones, así que bienvenidas sean. Si no lo hacen, perfecto, pero eso es ya cuestión de cada cual.

Así que Sr. Gruber, su titular es incorrecto. Quizás debería haber añadido un 'for me' al final. Quedaría mucho más coherente indicar que lo que Vd. opina de las puntuaciones de DXO,  o de cualquier otra cosa, es tan solo eso, su opinión. Que es tan subjetiva como la mía al escribir estas líneas, y que también es tan subjetiva como la que los responsables de DXO tienen con su puntuación de la cámara del iPhone 8 Plus. Que ciertamente (

esta hagiografía

este análisis de un fotógrafo profesional lo deja claro) es una señora cámara.

Al menos, insisto, para mí.