Las Islas Afortunadas no lo son tanto (tecnológicamente)

Las Islas Afortunadas no lo son tanto (tecnológicamente)
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Creo que no he comentado nunca que soy medio chicharrero. Mi madre es de Santa Cruz de Tenerife, así que mi sangre es en realidad sangre mezclada con gofio canario. Las Islas Afortunadas tienen muchas razones para llamarse así, pero hay una que seguro que no lo es.

La tecnología. O más concretamente, las trabas para que llegue allí.

No lo había experimentado nunca, pero desde luego siempre he visto esa letra pequeña de "No se realizan envíos a Baleares o Canarias, Ceuta o Melilla". Quizás no tanto con Baleares, Ceuta o Melilla, pero desde luego sí con las Islas Canarias. Esa infernal excepción afecta a todos los que deberían tener los mismos derechos y privilegios que los godos de mierda , así que entiendo que estén hasta las narices de ese mensaje en muchas tiendas online.

No vivo allí así que no había sufrido ese tipo de discriminación, pero hoy ha pasado algo que ha hecho que me dé cuenta de esta maldición. Había puesto una cosa a la venta en eBay -sí, eBay, el Wallapop de los millenials- hace unos días y hoy terminaba la puja. Lo hizo satisfactoriamente, y el chico que me compró el producto realizó el pago de forma inmediata vía PayPal.

Todo bien hasta ahí, pero cuando voy a empezar a gestionar el envío me encuentro con que vive en Las Palmas de Gran Canaria. Que no pasa nada, yo soy solo medio chicharrero así que solo tengo rivalidad a media con los canariones ;) pero ya eso me puso en pequeña alerta: el envío igual iba a salir más caro de lo que pensaba.

Lo hacía en efecto, pero no tanto como para empezar a regatear con el pobre tipo por 3 o 4 euros. Total, que me pongo a gestionar el envío, en este caso desde una plataforma que uso siempre para estas cosas llamada Genei. Es como un Rastreator pero para envíos: te busca opciones y precios, y no tienes que desplazarte a una oficina de correos o de mensajería porque entre esas opciones siempre está la de recogida a domicilio.

Total, que encuentro la opción para enviar y empiezo a rellenar los campos. Y de repente me empiezo a encontrar con algo que no había visto nunca: tenía que especificar qué iba a enviar (en inglés, a saber por qué), su valor y además un código TARIC. Que probablemente no tengáis ni idea de qué es porque es lo que me pasaba a mí. Es un código ancelario que permite agrupar tipos de mercancías y que se usa en control de aduanas.

¿Cómo saber el código TARIC? Pues buscando. Pero no pones tu producto en un buscador y te sugiere resultados, no. Te dirigen a este sitio de la Unión Europea y vas intentando averiguar en qué epígrafe va tu producto, y aquí viene lo divertido: es imposible encontrarlo. El lenguaje es totalmente absurdo en el ámbito de la tecnología, y para que os hagáis una idea mi producto estaba englobado en la Sección XVI y el capítulo 84. O lo que es lo mismo, a (y cito):

REACTORES NUCLEARES, CALDERAS, MÁQUINAS, APARATOS Y ARTEFACTOS MECÁNICOS; PARTES DE ESTAS MÁQUINAS O APARATOS

Mi pequeño reactor nuclear igual no pasaba la aduana. No sé. O sí, porque afortunadamente no era un reactor nuclear. El caso es que tras encontrar el código (o más bien, encontrar "un" código que podía ser el correcto) lo relleno todo en la página de Genei y completo los datos de pago.

Normalmente eso me lleva a una página web en la que puedo imprimir la etiqueta de envío, pegarla al paquete y olvidarme hasta que llega el mensajero a recogerlo, pero aquí no. Aquí de repente tenía que imprimir la etiqueta y además cinco copias (cinco) de una factura proforma.

En realidad tenía que imprimir cuatro. La quinta hay que enviarla firmada a Genei. De las otras cuatro tres van en un sobre pegado al paquete para que luego se las queden en aduanas, y otra más es para el transportista.

¿Qué he hecho?

Cancelarlo todo. Me he disculpado con el chico, le he devuelto la pasta y he cancelado el envío. Que podía haberme acercado a una oficina de Correos y gestionarlo, pero eso ya me hubiera costado más tiempo y más dinero del que estaba dispuesto a invertir por un reactor nuclear producto que me quiero quitar de encima y en el que ya había perdido bastante dinero como para perder más.

La moraleja es evidente: no sé qué pasa con las Canarias o las Baleares o Ceuta o Melilla pero parecen tratarlas como si fueran países extranjeros. (Actualización: el comentario de Canarión Aislado lo explica todo perfectamente, así que no os lo perdáis). Entiendo que haya que tener cierto control aduanero, pero esto me parece absurdo y exagerado. Y los perjudicados, como siempre, son los usuarios. Y en concreto los usuarios de las Islas Desafortunadas en este caso.

Os prometo que no lo he hecho porque fuera un canarión. De verdad que no. Pobre chico, él no tiene culpa de haber nacido en la isla mala. :D

Actualización 2 (04/01/2019): Me escribe un usuario —ya no se puede comentar en el post— para avisarme de que las afirmaciones de Canarión Aislado no son del todo precisas. Según él, "en Canarias no hay ni existe ninguna aduana, por mucho que lo "diga"  todo el mundo y se repita hasta la saciedad, eso no es  así.............Es una gran mentira de las empresas de transporte, que  tienen su negocio montado aquí y se aprovechan de la ignorancia de una  gran parte de la población. Es triste decirlo pero es la realidad". Me apunta a este grupo de Facebook o este de Telegram en el que la gente resuelve dudas en este tipo de situaciones, así que si queréis consultarlo, ahí queda.

Si me leéis desde allí, que sepáis que os acompaño en el sentimiento. Menuda gaita, queridos y queridas. Y ahora perdonadme, que voy a merendar un Nesquik con gofio. Dios mío, qué delicia.