Las carcasas son para blandengues
Hace unos años Jesús Díaz (saludos allá donde estés, que has desaparecido) publicaba en Gizmodo una reflexión absolutamente fantástica. En 'You don't need a f*cking case for your iPhone 5' este Antonio Banderas del periodismo tecnológico -triunfó primero aquí y luego al otro lado del charco- daba su particular visión de por qué lo de usar carcasas para móviles era una solemne estupidez.
I've never used a case for my iPhone 4. Not even after the back broke for the third time. I didn't do it because, unlike my grandma, I don't cover my sofas with plastic. Or unlike idiots, I don't protect my car's front with a bra.
Difícil expresarlo mejor que con ese primer párrafo. Quizás un poco sangrante, como el resto de esa reflexión (leérosla toda, merece la pena), pero no por ello es en mi opinión menos cierto.
Porque las carcasas son para blandengues.
Para empezar, las posibilidades de que una carcasa te libre de la temida rotura de la pantalla son mínimas ya que en la mayoría de los casos los usuarios hacen uso de carcasas abiertas y éstas solo te salvan si tienes bastante suerte. Están las carcasas que encierran el móvil por completo o como mucho dejan una ventanita, pero ahí está Murphy una vez más: incluso con ellas podéis tener la mala suerte de que el teléfono caiga y se golpee justo donde no debe. Además del rollazo de estar destapando y tapando el móvil para hacer cualquier minucia. Quelle horreur.


Luego está, como decía Jesús, lo de que las carcasas te permiten personalizar tu móvil. Ahí el compi se ceba un poco con esos y esas pobres que simplemente tratan de crear su propio estilo, pero aunque las formas sean un pelín toscas, vuelvo a estar con él. Sufro cada vez que veo ciertos móviles de ciertas personas -no las nombraré aquí, pero son muy cercanas- por unas carcasas que van mucho más allá de la tendencia de los móviles rositas o dorados. Mucho más allá, insisto. Si creíais que esos móviles eran chonis, estáis equivocados. Las carcasas pueden convertir una obra maestra del diseño en la pesadilla choni que todos tememos. Una digna de cualquier hombre blandengue que se precie, y de cualquier mujer que
detesteadore al hombre blandengue.
Pero luego está lo otro, y aquí está la razón de retomar el tema. Lo de proteger el móvil de arañazos y pequeños golpes. Pero vamos a ver, alma de cántaro: no pasa nada por tener el móvil con dos o tres arañazos. Ni con mil, de hecho. Si eso ocurre, que así sea, porque como decía el amigo:
The iPhone aluminum back can scratch. If you treat it like shit, it will. But so what? Things get scratched all the time. And most of the time the wear gives them character. Like the first iPhone made of aluminum, which was way more beautiful years later.
Las negritas son mías, y están colocadas ahí porque efectivamente en muchos casos mola que a un objeto se le note que lleva un poco de tralla encima. Le da carácter, personalidad. Le hace casi respetable.
De esto hablaba ayer uno de mis periodistas tecnológicos preferidos a día de hoy: Vlad Savov en The Verge avisaba de que los nuevos iPhone con el acabado 'jet black' se rayan con una facilidad pasmosa. En YouTube algún estúpido tuvo la no menos estúpida idea de comprarse uno para luego probar qué pasaba si intentaba rayarlo con distintos objetos, y allí quedaba claro que el material utilizado por Apple no era la mejor opción para los que buscan tener su iPhone como oro en paño. O rosa dorado, por poner otro ejemplo.

Savov utilizaba el mismo argumento que Díaz hace unos años, pero a los dos se les adelantó otro diseñador y bloguero que en septiembre de 2011 ya publicaba un post titulado 'Aged to Perfection'. En él éste usuario mostraba su iPhone de primera generación y cómo el uso intensivo del terminal había convertido su carcasa posterior en algo que era casi hasta molón. Comparaba el efecto con el de su cámara Canon y en ella la cosa no quedaba tan bien. En ambos casos algo quedaba claro: ciertos cacharros maduran muy bien, como los buenos vinos.
Eso es lo que en mi opinión deberían hacer vuestros cacharros. Madurar bien sin estúpidas carcasas. Normalmente los fabricantes se cuidan mucho de crear pequeños objetos de diseño con sus terminales, así que dejad de comprar fundas que simulen una cinta de cassette, o una Gameboy, o que replican el mármol de Carrara, por dios.
Usad vuestros móviles tal cual. No seáis blandengues.
Disclaimer: yo utilizo una carcasa para mi OnePlus One, pero es sustituta de la 'Sandstone' original y está hecha de bambú y mantiene las dimensiones y el formato del teléfono, además de ser oficial y llevar el logo para que pueda seguir presumiendo de telefonazo barato como buen hijo de vecino. Vamos, que no es una carcasa como tal. Y sí, el móvil se me ha caído. Y sí, la pantalla se me ha roto una vez. Y sí, la he reparado con estas manitas.