La revolución de las Steam Machines tendrá que esperar

SteamOS

Puede que conozcáis la expresión "Valve Time", que el Urban Dictionary define como "El tiempo expandido que Valve utiliza cuando habla sobre cualquier cosa que implique que tienen que ponerse a currar. Es como un minuto neoyorquino, peor a la inversa". Esa definición además nos explica que "el factor de conversión es aproximadamente de 2 a 6 veces lo que indique el intervalo indicado".

Aunque exagerado, la idea no es falsa. Con todas sus buenas intenciones y todo lo que han logrado (Steam es un prodigio), en Valve no son serios en el tema plazos. Sobre todo cuando se trata de proyectos tan ambiciosos como este, y al que desde el comienzo se le han ido acumulando los problemas. Han tenido que rediseñar el mando de juego, el soporte de hardware oficial es muy limitado, las imágenes de instalación son escasas y el seguimiento del proyecto y sus novedades es más bien parco.

Hasta esos fabricantes que habían apoyado la iniciativa han mostrado sus dudas respecto al futuro del proyecto, y la verdad es que todo está demasiado en el aire. La idea original era en mi opinión sencillamente genial: teóricamente cualquier PC podría ofrecer una experiencia de consola en el salón -además del resto de posibilidades- algo que para el segmento gamer parecía una apuesta fantástica.

Pero ese ambicioso proyecto inicial parece estar perdiendo fuerza por varios frentes. Veremos si ese "tiempo Valve" sirve al menos para que al final contemos con una alternativa real a unas consolas que, la verdad, no plantean una competencia especialmente arrolladora por el momento. Un tostón que Valve haya dicho ahora que no esperemos Steam Machines hasta 2015.

Lástima. La consola que podía cambiarlo todo tendrá que esperar.