La mejor contraseña es la que puedes recordar

La mejor contraseña es la que puedes recordar
password

En 2003 un tipo llamado Bill Burr trabajaba en el NIST, un organismo muy americano y muy chulis desde el cual lanzó una serie de recomendaciones sobre cómo crear y utilizar contraseñas —malditas contraseñas— para tus cuentas online.

Burr es responsable de un documento (aquí tenéis la versión 1.0.2 de 2006) que se convirtió en referencia absoluta y que recomendaba combinar letras mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales para complicarle la vida a quienes trataban de descifrarlos. 'password' seguía siendo una contraseña lamentable, pero 'Pa$$w0r!d' tenía su aquel.

O eso parecía querer decir Burr, que ahora se arrepiente de todo aquello en una entrevista con The Wall Street Journal (suscripción necesaria si quieres leer el original) en la que explicaba que aquellos consejos fueron malentendidos y que se han corregido todos esos conceptos en la última revisión del documento del NIST, reescrita por otros miembros de esa entidad.

Un vistazo a ese documento permite comprobar que efectivamente no dan consejos sobre la creación y elección de contraseñas (no que yo haya visto), pero sí hablan de gestores de contraseñas y de cómo los servicios online deberían trabajar con esas aplicaciones y también con los autenticadores en dos pasos o la biometría.

¿Qué pasa entonces con la contraseña? Pues que cada uno tendrá que guisársela y comérsela. Personalmente cometo los mismos fallos que comete mucha gente: reutilizo contraseñas y tengo básicamente tres o cuatro que reutilizo según lo sensibles que son los servicios en los que las utilizo.

Para las cosas realmente sensibles e importantes, no obstante, voy acostumbrándome gradualmente al uso de un gestor de contraseñas. Llevo tiempo usando KeePass —ya me he acostumbrado a él más o menos—, y como muchos sabréis lo importante aquí es usar una buena contraseña maestra. ¿Cómo tener una de estas? Fácil: una buena contraseña es, como decía en el título, una que recuerdes. En realidad la frase se queda corta porque ahí entrarían cosas como 'password'. Así que además de recordarla debe ser un poco rara y larga. ¿Cómo lograrlo? Fácil de nuevo:

Ese webcómic magistral de xkcd vuelve a dar en el clavo. En mi caso he seguido ese sistema (combinar cuatro o cinco palabras convencionales pero no relacionadas entre sí) con ciertas variaciones, pero con esa base, y lo cierto es que estoy relativamente tranquilo con el tema.

De hecho hace tiempo llevo también tratando de animar a todo el mundo a hacer uso de sistemas de autenticación en  dos pasos en todo tipo de servicios. Lo normal es hacerlo a través de mensajes SMS, pero este método es menos seguro y si podéis os recomiendo usar Google Authenticator o aplicaciones similares en el móvil porque cada vez más servicios trabajan con ellas. Combino esas dos partes para quedarme tranquilo, pero aún así el problema no es mío, sino de muchos servicios y sobre todo entidades (cough, bancos, cough) que tienen unos sistemas de seguridad que yo creo que deberían actualizarse un poco.

Si a eso le añadimos la tercera pata tecnológica más en boga en este ámbito (la biometría, pero cuidado, no confundir seguridad con comodidad), tenemos bastantes papeletas para que nadie pueda fisgar en nuestros asuntos fácilmente. No todas, claro, porque la seguridad al 100% no existe y el que lo crea es un ingenuo, pero yo aquí me aplico el principio del ladrón de coches. Entre un coche con un candado en el volante y otro sin él, el tipo seguramente se vaya a por el que no tiene candado. Hasta los malos son comodones por naturaleza, así que yo que vosotros haría lo posible por hacerles la cosa algo incómoda.

¿Me dejo algún consejo en el tintero? Si es así y tenéis comentarios al respecto, por favor, comentad, seguro que todos nos beneficiamos ;)

Imagen | Shutterstock