La era del postureo profesional

La era del postureo profesional
business

Seguro que habéis visto este vídeo en estos últimos días. La magia de WhatsApp y las redes sociales ha hecho que se propague como la pólvora, y aunque no suelo compartir estas cosas (es empezar y no acabar), cuando el otro día me lo enseñaron en una reunión familiar acabé apuntándomelo para acompañarlo de pequeña reflexión. Ahí va:

https://www.youtube.com/watch?v=b9koyK8Lip4

Si una imagen vale más que mil palabras, este vídeo valdría más de 10.000. No hay mucho más que añadir, pero para alguien que como yo tiene poca confianza en LinkedIn (será que ningún

headhunter

cazatalentos busca mi perfil, digo yo) el vídeo hace una crítica ácida a ese postureo profesional al que estamos sometidos.

O más bien debería hablar de professional posturing, porque si uno quiere salir bien en la foto en el segmento profesional, mejor que lo haga con una profusa utilización de términos en inglés.

Entre las normas no escritas está el uso de un cargo que siempre, siempre, siempre, debe estar en inglés. Aquí ha ocurrido algo similar a lo de los menús de los restaurantes tipo Le Cocó: no importa el plato que te comes, importa su nombre (y para los dueños, su precio). Pues aquí lo mismo: no importa lo que hagas, importa lo que ponga en tu puesto de trabajo. La inventiva española ha superado todas las barreras y ahora parece que nos hemos inventado una verdadera cultura de las jerarquías profesionales en las que vamos más allá de los tradicionales CEO, Account Manager o Product Manager para recrearnos en esa titulitis que nos vuelve a condenar una y otra vez.

Si contáis con un poco de perspectiva seguro que os habréis dado cuenta de que el cargo, como el nombre del plato, importa más bien poco. Lo importante es lo válido que sea quien lo ostenta (o lo rico que esté el plato). Es imposible que un cargo o un nombre de plato puedan transmitir eso de forma fiable.

Lo mismo ocurre con esa sobreutilización de términos ingleses para todo y para todos. En tecnología, ya lo he comentado alguna vez, el pecado es constante. Aquí de hecho entono el mea culpa como (espero) la mayoría de redactores y editores del sector. El uso hace la norma, como decía hace poco, y al final es difícil no acudir al wearable o al overclocking (entre otros muchos ejemplos) para no tener que buscar traducciones forzadas. Total, todo el mundo ha adoptado ya esos términos, y casi resulta peor acudir a adaptaciones lamentables de los vocablos ingleses, como ocurre por ejemplo con el horroroso forwardeo de correo.

Pero como decía, el fenómeno es global y aparentemente imparable. Lo inglés

mola

es cool, así que si puedes meter una palabrita en tu conversación, mejor que mejor. Me parece particularmente curioso ver cómo mogollón de gente hace uso de descripciones en Twitter que están escritas en inglés cuando la mayor parte de sus tuits son en español. A ver, sed (qué bonito imperativo, corcho) coherentes. Si queréis ser internacionales sedlo al 100%. Y cuando os encontréis a algún

idiot

atontado, babieca, papanatas, tontaina, idiota, gaznápiro, gilí, imbécil, majadero, zoquete, bobo o tonto (para eso, como veis, tenemos unos cuantos sinónimos) de esos de los del vídeo, le dais una estupenda colleja* española de mi parte, por favor.

* A ver quién es el listo que tiene una palabra igual de maja en inglés como colleja y que signifique colleja. I dare you.