iPhone 6, primeras impresiones
Como muchos ya sabréis, escribir para medios de tecnología hace que las empresas les cedan a los redactores productos para su evaluación. Es el caso de Apple, que desde hace mucho hace lo propio con todos sus dispositivos. Ya había tenido durante un tiempo tanto el iPhone 5 como el 5S, y ahora se ha vuelto a repetir esa cesión con un iPhone 6 (128 GB, y para más INRI, el modelo
chonidorado) que recogí en las oficinas de Apple en Madrid ayer y que ya lleva un día en mis manos o mi bolsillo.
Lo primero es lo primero: (por ahora) no se ha doblado. Este fallo garrafal de los nuevos iPhone es asombroso tanto por su potencial alcance como por la respuesta de Apple -por ejemplo, que te digan que “le estás dando un mal uso“-, que mi coordinadora en Xataka Móvil, María González, ya describió claramente en su post del otro día. Alucinante.
Pero como digo, de momento no parece que el mío haya sufrido, aunque ya casi tengo cierta paranoia y de cuando en cuando miro cual experto calibrador si el perfil horizontal se mantiene impoluto.
Dejando de lado ese detalle, el iPhone 6 me está pareciendo a priori un producto desorbitada y exageradamente caro. La construcción -exista bendgate o no- es correcta, seguro, pero casi da sensación de ser un juguetito. Puede que todo sea cuestión de acostumbrarse, pero el anterior diseño con líneas más rectas me parecía dar mayor sensación de valor, de justificar esos precios absurdos que tienen estos dispositivos.
Lo mismo ocurre con la apuesta hardware o software. Sin apenas modificaciones singulares en su interior -el Apple A8 es una aburrida evolución de los micros de Apple-, queda por ver cómo se comportan cosas como la cámara, que han recibido muchas alabanzas y que yo solo he probado de refilón. Ayer, en condiciones de poca luminosidad, saqué unas fotos, de las cuales incluyo una muestra retocada para no invadir privacidades.


Fijaos en el nivel de ruido de una toma que, sinceramente, esperaba que diera mucho más de sí. Pero como digo, esto son unas impresiones iniciales, y si por algo destacan los iPhone es por sus cámaras. Habrá que darle una segunda chance.
Más cosas: aún no he podido probar la integración de iOS 8 con Yosemite (en beta en mi MacBook Air), pero es uno de los apartados que más me intrigan, sobre todo en esa extensión de la sesión de trabajo que ofrece Continuity. Es lo único que podría darle un pase a un iOS 8 que por lo demás me parece más de lo mismo. Ni siquiera la apertura a APIs externas es de momento notable, aunque no sea solo culpa de Apple. He querido hacer dos cosas y una
las dosha sido un fracaso total. La primera, seleccionar una imagen y enviarla desde la aplicación Fotos a un contacto por WhatsApp. La segunda, instalar Swiftkey y utilizarlo como sustituo del teclado nativo también en el cliente de WhatsApp.
Fail. (Actualización: Solucionado).
No he notado tampoco mejora alguna en la pantalla (correcta), el botón Touch ID (que sigue funcionando, pero no con el 100% de efectividad, aunque está bien poder autenticarse en la App Store con la huella) o Siri (oportunidad perdida, se queda atrás irremisiblemente), y mis quejas y mis alabanzas (algunas aún por confirmar) más o menos coinciden con las 5 cosas que me gustaron y 5 cosas que no en el iPhone 5S. Es bueno disponer de un iPhone 6 para probar de cuando en cuando temas relevantes del ecosistema Apple, pero dudo mucho que lo utilice de forma habitual en el día a día. Estoy relativamente contento con el LG Optimus G de hace dos años, que ahora está funcionando con una CyanogenMod 11 a toda pastilla. Si no fuera por la cámara ni me plantearía adquirir nuevo móvil.
Y en ese planteamiento no entra ni de lejos el iPhone 6. Es una evolución lógicamente aburrida -‘si funciona no lo toques‘, dirán en Apple- de un dispositivo que dudo que convenza a usuarios Android tradicionales que valoren algo más que el tamaño de pantalla. Pagar los 900 euros que cuesta este teléfono me parece una absoluta frivolidad, aunque lo mismo ocurre con terminales Android de gama alta. Supongo que resulta contradictorio: vivo de escribir (en parte) sobre móviles, pero veo esas gamas altas que tanto emocionan con muchísimo escepticismo: no valen lo que cuestan.
Por supuesto, es una opinión personal. Y el iPhone 6 es otro de los dispositivos que refuerzan esa opinión. Os dejo con las primeras impresiones que ya grabamos en Xataka, y en las que quizá fui demasiado políticamente correcto, y por si queréis ller un análisis en profundidad, qué mejor que hacerlo en Xataka, donde ayer se publicó la review marca de la casa.