iPads: ¿renovarse y morir?

iPads: ¿renovarse y morir?
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Acabamos de publicar en Xataka mis primeras impresiones en vídeo con el iPad Air 2 y el iPad mini 3, y en realidad es que tanto en el vídeo como en el texto dejo claras esas sensaciones iniciales con unos dispositivos con los que no tengo ningún tipo de entendimiento. Los tablets han sido, son y serán unos extraños para mi.

Por supuesto, ese no es el caso para la inmensa mayoría de la gente, que ha descubierto en los tablets a los perfectos compañeros de viaje y, cómo no, a esas segundas pantallas ideales para no ver la tele mientras la estamos viendo.

Inciso en este punto: nunca he entendido lo de llamarlas segundas pantallas, porque precisamente el móvil o el tablet es la primera pantalla siempre cuando uno está delante de la televisión, que queda en el fondo, tratando de conseguir nuestra atención. Uhm.

Pero aún aceptando ese papel del tablet como buena solución para ciertos usuarios, sigo pensando que este formato está condenado al olvido. O casi. Ya es de todos conocida la desaceleración en ventas de tablets, en la cual influyen tanto el éxito de los phablets (“si tengo un teléfono grandote, ¿para qué quiero un tablet?”) como al largo ciclo de renovación de los tablets, que es prácticamente comparable al de un PC. No conozco a nadie que haya renovado su tablet, y no lo han hecho por la sencilla razón de que ya eran lo suficientemente buenos cuando los compraron. Nunca necesitaron más.

Y esa es la propuesta de Apple con el iPad Air 2. Que la gente necesita más en sus tablets. Yo sinceramente lo dudo, y por fantástico que sea este dispositivo -tecnológicamente es superior a los iPhone 6/Plus salvo en la cámara-, no creo que el iPad Air 2 pueda frenar la debacle de los tablets que lleva ya confirmándose algún tiempo.

De hecho, no le veo salida al sector, que se está viendo atacado por los dos frentes. Los teléfonos son cada vez más grandes y potentes, y los portátiles cada vez más pequeños, ligeros (y potentes). En el primer extremo tenemos móviles como el OnePlus One como referente -uno de los recomendados en mi reciente guía de compras-, mientras que en el otro la cosa se está poniendo muy interesante. De hecho tengo post pendiente al respecto, pero en Ultrabooks convertibles ya hay equipos como el Lenovo Yoga 3 Pro que son una verdadera pasada. Lo toqueteé brevemente hace unos días y me pareció prodigioso en peso y dimensiones, y no encuentro justificación alguna para defender un pack phablet+tablet+portátil. A mi el tablet se me cae de la ecuación siempre.

Iba a decir que es una pena, pero en realidad no lo es. En absoluto. Es probable que tengamos tablets para rato, porque el formato de forma puede ser muy adecuado en ciertos escenarios. Pero está claro que su relevancia ya no será la que fue en años anteriores. Puede que veamos un futuro refrito del concepto -los Ultrabooks son un refrito de los casi desaparecidos netbooks-, pero en mi opinión Apple debería comenzar a tomar decisiones claras con sus tablets. Entre ellas 1) alargar el ciclo de renovación de gamas y 2) probar suerte con ese hipotético iPad Pro con pantalla de 12,9 pulgadas. Esto último cada vez me parece más improbable, porque en 2014 los MacBook (sobre todo los Air) van a ser muy, pero que muy interesantes. Lo que a su vez hará que los iPad lo sean mucho menos.

Mal negocio para esa disrupción cortoplacista llamada tablet. Mal negocio.