Los Intel Core M son un fiasco
Intel está un poco despistada. Los continuos retrasos de la familia Broadwell hicieron que los tradicionales ciclos tik-tok de un año no se cumplieran en este caso. Cuando por fin presentaron Broadwell, no obstante, lo hicieron con un integrante prometedor: los Intel Core M.
La primera vez que leí algo sobre ellos recuerdo que pensé que podrían convertirse en toda una revolución para el mercado de los ultraportátiles. Contar con diseños sin ventilación activa (fanless) y con baterías que prometían maravillas parecía que podría revolucionar este segmento, pero pronto llegarían las realidades.
En el pasado IFA pude ver el primero de esos equipos, un ASUS Zenbook UX305, y todo pintaba bien. Diseño ultradelgado muy decentito, buena pantalla, y esos a priori prometedores Core M que tantas ganas tenía de ver en acción. Al mostrar la información del PC, la primera en la frente: el micro trabajaba a una frecuencia de reloj de 800 MHz, algo que lógicamente parecía comprometer el rendimiento del equipo. No tuve tiempo de más, pero empezaron a surgir las dudas.
Y luego empezarían a llegar los análisis. El Lenovo Yoga 3 Pro era de lo más pintón, pero pese a su buena voluntad, el error del fabricante consistía precisamente en haber integrado un Core M. Y para más INRI, con ventilador, por si las moscas. Llegarían más equipos que trataban de defender ese concepto -como el célebre MacBook que también va a pedales- pero uno tras otro la realidad ha sido evidente. Lo volví a comprobar en mis carnes hace poco con un ASUS Transformer Book T300 Chi que en mi opinión cometía dos grandes fallos. El primero, el de su peso, enorme para un convertible que uno debería poder mover fácilmente. Y el segundo, el de ese rendimiento mediocre que condicionaba demasiados escenarios de uso. Total, que se puede decir más alto, pero no más claro.
Los Core M son un fiasco.
Cuidado, porque la idea no es mala. La ejecución, no obstante, lo es. Espero que solo estemos ante la primera iteración de unos micros que demuestren tener más sentido en futuras generaciones, pero la relación precio/prestaciones de estos equipos es indefendible. Poco rendimiento, poca autonomía, y precio normalmente alto por esos diseños ultradelgados a los que es posible acceder con estos micros.
Si estáis pensando adquirir un portátil en los próximos meses, haceos un favor y pasad de Core M. Si no podéis esperar ya sabéis que yo estoy encantado con el Dell XPS 13, pero si no es así, atentos: llegan los Skylake (sucesores de Broadwell) y la cosa promete.