Incognicast vs Incognitosis: ¿me escuchas o me lees?

Cuando a principios de mes inicié mi andadura en el mundo de los podcast lo hice en plan totalmente experimental. No esperaba mucho del formato, y resulta que ha habido sorpresas. Sorpresas para bien, y sorpresas para mal.
Con aquel primer Incognicast —que Soundcast ha "ocultado" por superar la cuota del plan gratuito— empezaba a picarme el gusanillo de un formato que como confesaba entonces era bastante desconocido para mí no solo como creador, sino como consumidor. Resulta que desde entonces he cambiado un poquito de hábitos, y ahora escucho de vez en cuando algún podcast cortito en algún que otro rato. Lo curioso es que aunque me gusta oírlos, me gusta más hacerlos.
Grabar podcasts me está enganchando.
El problema es que es un formato con desventajas evidentes. Como dije con los WhatsApp de voz, con los podcast la búsqueda está muy limitada. ¿Qué dije de esto o de aquello, cuándo lo dije y cómo lo dije? En texto la cosa es muy fácil, y tanto en el buscador del blog como en Google tardas un instante en encontrar eso que buscabas (si es que realmente existe). En un podcast (casi) puedes olvidarte.
Hay algunos trucos que ayudan a aliviar el problema: hacer un post de texto asociado al podcast con una lista de los temas e incluso los tiempos en los que se tratan esos temas permite que el problema se relaje, pero no desaparece del todo. Es un formato incómodo para las búsquedas. Y no solo para las búsquedas: también para enlazar. No hay una forma natural de enlazar como ocurre con el texto, así que lo único que puedes hacer es embeber el audio e indicar en qué punto está esa parte a la que haces alusión.
Hay otros dos pequeños grandes problemas en Incognicast. El primero de ellos es el del tiempo que me lleva hacerlo. No es demasiado, pero entre pitos y flautas (ir seleccionando temas, preparar un guión muy básico, preparar el post, grabar el audio, editarlo mínimamente, subirlo y editar las propiedades del podcast en SoundCloud y publicar todo) se me va una hora más o menos. No es mucho tiempo, pero es un tiempo que antes dedicaba a otras historias, como disfrutar de mis niños (y de Sally, claro), de un 'Battlefield 1', o de estar tirado en el sofá vegetando tras una jornada de intensa producción de esa prosa tecnológica que me caracteriza. Por mucho que me mole el podcast, también me mola hacer todas esas otras cosas (o no hacer nada).
El segundo de esos pequeños grandes problemas es que Incognicast me roba temas que querría tener en modo texto en Incognitosis. Y viceversa, ya puestos. En uno de los primeros Incognicast acabé hablando de algo de lo que había escrito ya en el blog, y por aquí alguien me dijo que al final no molaba demasiado que lo que escribo y lo que digo sean básicamente la misma cosa. Tenía sentido, como dije en algún momento en los comentarios, así que desde entonces intento que los temas no se pisen o si hago una referencia en el podcast a algo de Incognitosis sea breve para no saturar demasiado.
La queja es lógica, como también la que me hacía un lector esta semana indicando que me ha dejado de leer un poco porque ahora parece que aquí solo hay Incognicasts por todos lados. Mi idea aquí era no separar una cosa de otra para tenerlo todo en el blog, pero hasta me he planteado montar un blog aparte con el podcast (tengo el dominio comprado a propósito) y separar ambas partes.


Las dudas me asaltan, porque aunque querría poder dedicar más tiempo al blog y al podcast, la realidad es la que es. Y luego está el del retorno, claro: ¿qué funciona mejor? Llevo muy poquito con Incognicast así que es normal que el despegue esté siendo lento. O eso me parece a mí, porque la media se sitúa en unas 400 reproduccciones/descargas para cada capítulo según mis datos, y hace unas horas que he pasado de las 5.000 reproducciones en total. No es mucho (o eso me parece), pero como tampoco sé cómo le va a otra gente, no puedo asegurarlo.
De hecho justo ayer empecé a sufrir del problema que mencionaba al principio: me quedé sin capacidad en la cuenta gratuita de SoundCloud, así que cada vez que meta un nuevo podcast se ocultarán uno o varios antiguos para liberar espacio y hacer sitio para el nuevo. La solución, claro, es pagar, pero con todas estas dudas no tengo ninguna gana de invertir 99 euros al año por este invento. Hay alternativas (un compi me descubrió que es posible hospedarlos gratuitamente y de forma ilimitada en Internet Archive, aunque la interfaz y las opciones son mucho más limitadas), pero no acabo de verlo claro ni por un lado ni por otro. De hecho lo que tampoco quiero hacer es perder el tiempo por mucho que me guste el formato, así que como veis estoy ante un mar de dudas.
Las opciones son varias. Puedo seguir con el podcast, y si lo hago, puedo separarlo del blog y hacer otro medio/blog aparte. O puedo dejarlo como está pero que cada post tenga el podcast integrado como parte del post (por ejemplo el de ayer del HomePod) si el tema coincide. O puedo seguir como ahora y mezclar texto y audio en Incognitosis. O puedo grabar menos a menudo... o no grabar, porque lo que seguro que no quiero hacer es dejar de escribir (al menos de momento).
La pregunta que os traspaso es, claro, qué opináis. Como sé que comentar es para muchos una tarea ardua que os da repelús, pereza o vergüenza, vamos con una encuestita. Si leéis esto y os animáis, es un clic de nada. De verdad que no hace daño y a mí me ayudará a aclararme un poco. Hela aquí:
Votad sin miedo, queridos lectores. A ver si se me aclaran las ideas. Y si queréis ir más allá y comentar, hacedlo libremente. Me encantará leer que efectivamente Incognicast es el mejor podcast de la historia, lo escuchéis o no ;) ¡Gracias!