Incoformismo y el iPhone 5S

Los últimos meses han sido curiosos en mis opciones en el terreno de la movilidad. En abril comencé a usar un iPhone 5 gracias al programa de cesión de Apple a medios, y hace un mes ese mismo programa hizo que me sustituyeran ese smartphone por un iPhone 5S (space gray, nada del chonimóvil dorado). No esperaba grandes revoluciones, y no las he tenido. Ya había trasteado con iOS 7, y ya estaba preparado para las mejoras del iPhone 5S. Más potente --algo que se nota solo en ciertos momentos, como en el modo ráfaga de la cámara-- y con curiosidades como Touch ID, que reconozco que funciona bien y que es cómodo a la hora de desbloquear el terminal.
Un mes después de usarlo, el iPhone 5S --como su predecesor-- me sigue pareciendo un telefonazo con muchas pegas. La más relevante, la de siempre en Apple:
It's my way, or the highway
Todo lo demás se queda pequeño al lado de ese hándicap que hace que mire a Apple con muchas suspicacias. Casi todo en el iPhone 5S está bien pensado, pero no necesariamente bien ejecutado. La coherencia de iOS 7 es lamentable --lo comenté aquí y en una aparición fugaz en Medium-- y hay muchos sinsentidos en un sistema operativo al que le falta corregir varias cosas absurdas. ¿Por qué no puedo tener un icono para activar o desactivar el GPS en el Control Center, y por qué no puedo compartir un artículo en la web en la red social o servicio que me dé la real gana?
Esa falta de control --irónico lo del nombrecito del "Control Center"-- es algo que me hace usar el iPhone 5S más por conveniencia que por convicción. Y esa es la razón de que probablemente acabe dejando de usarlo y se lo devuelva al Sr. Apple para irme a cualquier otra alternativa en la que yo vuelva a tener el control de lo que hago. No hay un smartphone realmente ideal para mi en estos momentos --el Nexus 5 se acerca, pero la cámara es algo decepcionante-- pero lo que tengo claro es que, una vez más, Apple triunfa por la sencilla razón de que, como ya dije, la mayoría de la gente no es como yo.
Apple, que en los viejos tiempos usaba el inconformismo y el Think different como argumento --por cierto, atentos al impresionante artículo que Forbes publicó sobre esa campaña hace 2 años, y que ya he compartido también en Flipcognitosis--, se ha vuelto igual de conformista y de controladora que aquellas empresas a las que parecía tenerles tanta tirria. Probablemente le vaya bien por ese camino durante un tiempo, pero puede --solo puede-- que la gente se dé cuenta de que las opciones y el control sí son importantes. Veremos entonces qué hacen con esa prepotente actitud hacia el mercado y los usuarios.