El iMac Retina 5K no me convence

El iMac Retina 5K no me convence
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Hoy he tenido la oportunidad de toquetar durante un rato el iMac Retina 5K en la Apple Store de Sol. Primera vez que entraba en este templo del culto a la firma de Cupertino que, desde luego, se lo monta muy bien. Espacio, espacio, y más espacio. Dan ganas de quedarse a vivir allí, con esos dispositivos tan bien colocaditos en las mesas y con esos empleados tan majos y dispuestos. Qué cool.

Y allí estaba yo, luchando entre ese chirrido por ese escenario tan huxleyano y ese inevitable impulso de querer unirme al redil y tatuarme la manzanita en el talón o, por qué no, en el orto. Salí del pequeño trance y de repente me di cuenta de que estaba allí de paso aprovechando una cita posterior (¡pipi!) por una razón: ver el iMac Retina 5K en persona, algo que no había podido hacer hasta ahora.

Y la verdad, no me pareció para tanto. La pantalla se ve muy bien, desde luego, pero mi percepción es que la diferencia entre las pantallas de los iMacs de 27 pulgadas 'normales' y este iMac Retina 5K no es para tanto. Al menos al compararla con ese salto que se dio de los iPhone no Retina al primer iPhone 4 y sucesores.

Y claro está, ese es el único argumento real del equipo, porque su configuración es más bien discreta, y como siempre he dicho, el iMac es un portátil -potentillo, sí- con vocación de sobremesa. El equipo cumple en muchas facetas, pero parece confirmado que se calienta bastante más de la cuenta -al menos si uno coge la configuración más alta de gama, con el i7 y la Radeon 295x- y eso no es buena señal con apenas unos días de uso: imaginad cómo puede ser tras la inevitable acumulación de polvo en el interior meses y meses después.

Así pues, y aun con una señora pantalla como la que ofrece este equipo, parece complicado justificar una inversión de casi 2.700 euros por el modelo básico. Con ese dinero podría comprar (por ejemplo) un monitor 4K muy majo -tengo que renovar mi posts de monitores 4K- y un PC que iría como un cañón y que permitiría por ejemplo jugar a juegos en esa resolución de forma solvente, algo de lo que el iMac, desde luego, no puede presumir. Ya dije que el iMac no me parecía excesivamente caro para lo que ofrecía si eres usuario de Mac, pero eso no es lo mismo que decir que os tiréis a por él.

En mi opinión, el concepto está aún verde, y hay mucho que puede mejorar (como los estándares Thunderbolt y DisplayPort o la gráfica integrada, entre otras cosas). De hecho este iMac Retina 5K me recuerda a aquel MacBook Air de 2008 que sorprendió por el concepto pero que decepcionó por el rendimiento. Creo que el iMac Retina 5K del año que viene (o quizás de dentro de dos) será un producto mucho más redondo y con mucho más sentido.

Pero claro, dos años son un mundo en esto. Y aún así, a mi el iMac Retina 5K no me convence.