HTC Desire y la obsolescencia móvil

Tres añitos. Hoy cumplo tres añitos con mi HTC Desire, un smartphone por el que en su día pagué algo más de 500 euros y al que afortunadamente le he logrado sacar bastante partido. Era la idea, desde luego: ya que uno se gasta ese dineral en su smartphone, por lo menos que le salga a cuenta.
Cuando lo compré, el HTC Desire se encontraba entre los terminales más avanzadillos de la época. Un año después, seguía siendo un terminal aceptable. Dos años después la cosa era bastante más preocupante. Pero hoy, tres años después, el HTC Desire es un smartphone que demuestra sus achaques, y que sobre todo se queda totalmente atrás frente a una competencia que ha avanzado a pasos agigantados.
Es la maldición de la tecnología. Una maldición que hoy afecta a los móviles y que no hace mucho lo hacía en el segmento del PC. Te comprabas una gráfica y a los 3 meses aparecía una que le daba sopas con ondas. La obsolescencia programada no lo era en este caso, ya que aquellas CPUs y GPUs no se estropeaban o dejaban de funcionar tras cierto periodo de tiempo: simplemente, se veían sustituidas sobrepasadas por modelos mucho más potentes y mucho más atractivos para el usuario.
Esa obsolescencia móvil nos tiene devoraos ahora mismo. No sé la frecuencia con la que la media de usuarios cambia de móvil, pero estoy seguro de que es relativamente alta. Hay demasiados caramelos en el mercado como para no atraer nuestra atención. Incluso el precio, ese factor que condicionaba la actualización, ya no es una barrera tan importante: los móviles chinos y modelos como el Nexus 4 lo han demostrado.
Y claro está, a mi también me dan muchas ganas de renovarme. Tuve la intención con los citados Nexus 4 que pedí a los Reyes Magos (ni caso me hicieron) y ahora la tengo con un par de modelos chinawas (Xiaomi M2S, UMi X2), pero probablemente acabe sin hacer nada. Mi uso del móvil es ahora distinto, en parte por mi estilo de vida (teletrabajo al poder), y mis necesidades otras.
Y además, las ROMs siguen aliviando esa obsolescencia forzada. Puede que Chrome no se mueva con la fluidez que me gustaría, o que leer en una pantalla de 3,5 pulgadas parezca ahora ridículo ante la avalancha de smartphones con diagonal de 5 pulgadas y phablets que tenemos en el mercado, pero, como digo, mi uso del móvil es distinto. Me pregunto si el HTC Desire es la razón de que use menos el móvil. Puede que un Nexus 4 o un Xiaomi M2S lograran volver a conquistarme en esa parcela y harían que no me llevase tanto el MacBook Air a todos sitios (todos). Y sin embargo, tengo mis serias dudas. Pero veremos si el HTC Desire cumple un año más a mi lado en activo.
Dedicatoria especial para un viejo amigo que era toda una leyenda en esto. Tras años aguantando con su Nokia 1112 y resistiéndose al embate de las modas, ha acabado sucumbiendo y se ha agenciado un Nexus 4. Con una buena razón, desde luego: poder inmortalizar a sus enanos allá donde vaya. Con el legendario 1112 eso era complicado. ¡A disfrutarlo Miguel! ;)