Historia de un Pixel 3a que vino y se fue

Historia de un Pixel 3a que vino y se fue
pixel3a

El pasado 7 de mayo Google presentaba sus Pixel 3a. No las tenía yo todas conmigo antes del anuncio y esperaba que esos terminales partieran como poco de los 500 euros, pero cuando por fin dijeron su precio de venta me quedé gratamente sorprendido: el Pixel 3a costaría 400 euros. Aquello olía a éxito. Bueno, a éxito dentro de los cánones de los Pixel, claro. No parece haber ido mal del todo.

El anuncio me dejó impactado, así que tras leerme unos cuantos análisis preliminares y consultarlo con la almohada me decidí y al día siguiente encargué un Pixel 3a en la tienda de Google. Incluso lo mencioné en Twitter brevemente para generar un poco de expectación por lo bajini. Solo un lector(bien por ti, Vicent) pareció darse cuenta :)

Elegí el modelo en color negro, y de paso me llevé un Home Mini, el pequeño altavoz inteligente que no era un reclamo más para hacer más atractiva la oferta. Yo no necesitaba ese caramelo porque soy bastante poco amigo de los altavoces inteligentes, pero oye, bien por el detalle.

Tras la compra, el inevitable periodo de espera. El móvil llegaba por fin 5 días después, el 13 de mayo. Durante esos días previos estuve leyendo un poco análisis y comentarios de usuarios en Reddit, donde - cómo no- ya se había creado un subreddit dedicado al nuevo smartphone de Google. Para cuando llegó mi propia expectación estaba al máximo, y la razón era única y potente:

La cámara de fotos.

Eso era lo único que me importaba del Pixel 3a. Bueno, su precio también, claro, pero lo único que para mí es realmente importante en un móvil hoy en día es su cámara. El Xiaomi Mi 6 me ha dado muchas alegrías, pero tras tanto oír hablar del Pixel 3 y de su cámara imbatible, poder acceder a una versión económica que sacrificada otras cosas pero no esa cámara me pareció brutal. Lo dije en aquellas primeras impresiones tras la presentación y lo he comentado algún a otra vez: puedo hacer sacrificios en otras cosas, pero la cámara debe portarse. Con eso bastaba. O eso creía yo. Pero me estoy adelantando al tema, como siempre.

Nada más llegar el Pixel 3a me puse a ponerlo todo en marcha. La utilidad de migración de apps y datos desde otro móvil antiguo funciona realmente bien y en dos patadas lo tenía todo configurado. Tuve buen cuidado de tratar con mimo el tema de la verificación en dos pasos, desactivando las cuentas de Google Authenticator que tenía en e Mi 6 y activándolas luego en el Pixel 3a. Esa parte fue algo más rollo, pero asumible. Y poco después, ya tenía mi Pixel 3a listo y funcionando. El Mi 6 se quedó en un rinconcito, mirándome de reojo, como diciendo "¿Qué va a ser de mí?".

La idea, claro, era venderlo en Wallapop y así recuperar parte de lo invertido. No lo hice de primeras porque quería darme un tiempo y sobre todo porque quería comparar ambas cámaras para ver cómo se comportaban. Lo que sí que hice fue vender el altavoz, por el que me saqué 30 euritos al día siguiente. Lo de Wallapop es un milagro, y si quieres quitarte cosas de encima rápido basta con poner precios de derribo. Este no era del todo de derribo, pero oye, teniendo en cuenta que Google lo vende por 60 euros en su tienda oficial (menudo robo), el chollete no estaba mal.

Qué felicidad con el Pixel 3a, diréis. Con un móvil con pantalla AMOLED, con un sistema operativo que siempre va a estar a la última y con una integración estupenda de los servicios de Google. Y con esa cámara portentosa. Ah, qué acierto, ¿verdad?

Pues no.

Los problemas empezaron precisamente con la cámara. No había parado de ver vídeos de los YouTubers de turno. Que si Marques Brownlee, que si la simpática comparativa delo Pixel 3a VS OnePlus 7 que hicieron en The Verge, o la de Android Police, que tenía el mejor título de los últimos tiempos con ese"It's plástic and It's fantastic". Todo lo que veía por ahí, TODO, ensalzaba al Pixel 3a en todos los apartados.

No había fisuras, y las que había no importaban porque por ese precio no se podía pedir más. Los comentarios sobre la cámara y su buen rendimiento eran constantes, y en el subrredit del Pixel 3a lo normal era encontrar solo dos tipos de mensajes: los que mostraban las virtudes de su cámara -esta, de hace poco, es realmente espectacular- y los que mostraban las virtudes de su batería, al parecer bastante sorprendente teniendo en cuenta que tampoco era para tanto en cuanto a capacidad (3.000 mAh).

El caso es que yo empecé a tirar fotos para ver cómo se portaba el Pixel 3. Fotos normales, en exteriores, sin grandes complejidades. Primero solo con el Pixel 3a y luego cogiendo también el Mi 6 y tratando de sacar la misma foto con ambos al mismo tiempo.

Aquello no era para tanto. He aquí una comparación rápida con varias fotos:


Nota sobre las pequeñas pruebas: me temo que las pruebas no son del todo exhaustivas y no incluyen el modo retrato porque los retratos me los guardo para mí :) Podía haberlos hechos de objetos y listo, pero al final en modo retrato la conclusión es que el Pixel 3a hacía el recorte mejor, con más "inteligencia", y además permitía graduar la cantidad de desenfoque a posteriori. Muy bien, salvo por el hecho de que no tengo ganas de estar retocando eso con cada foto que hago en este modo.

El del Xiaomi Mi 6 siempre me ha parecido efectivo, resultón y, con sus defectos, estupendo. Tampoco hay detalle en las fotos, pero que quede claro que al hacer zoom sobre ellas el Pixel 3a suele ser algo mejor. No de forma espectacular, pero mejor. En términos generales el Mi 6 sobreexpone y el Pixel 3a exagera en viveza, sobresatura un poco (o mucho, según la situación). El Pixel 3a se porta mejor en escenas complicadas, por ejemplo a contraluz, y también con situaciones con contrastes variados (ahí el HDR+ funciona bien), pero como digo, en la mayoría de situaciones el Mi 6 no se porta nada mal.


Esa fue mi primera sensación. La de que la diferencia no era tan grande. Sí, al hacer zoom sobre la imagen había mejora, sí, en escenas con contrastes, a contraluz o con algo de dificultad el Pixel resolvía mejor. Los cielos parecían más azules y los colores más vivos, menos pálidos que en un Mi 6 que parecía pecar de sobreexposición cuando el Pixel lo hacía de una saturación por encima de lo normal. No cantosa, no rollo HDR, pero con unos resultados algo artificiales.

Me dije a mí mismo que igual era yo, que estaba haciendo algo mal. O que oye, donde se iba a notar era en fotos nocturnas. Y aquí viene mi pequeña revelación para el mundo. ¿De verdad son tan importantes las fotos nocturnas? ¿Estáis todo el día sacando fotos con mala iluminación? ¿Por qué de un tiempo a esta parte parece que sacar buenas fotos con baja luminosidad parece lo único importante para los fabricantes?

A ver, que lo entiendo. La fotografía es luz. Sin más. Si logras que un sensor capte más luz en igualdad e condiciones la foto será mejor, o al menos tendrás más opciones para recuperar lo que querías captar.

Y sin embargo al menos en mi caso el 95% de las fotos que saco son en condiciones de luz decentes. No de estudio, claro, pero sí en exteriores o interiores iluminados aceptablemente. Y en la mayoría de esas fotos, insisto, el Pixel 3a no era tan distinto del Mi 6. Al menos, no con las que yo hacía. Ni siquiera en el modo retrato, que es algo más burdo en el Mi 6 sin que la cosa sea tampoco tan distinta.

Y entonces saqué unas fotos nocturnas. El resultado es ciertamente espectacular. Tarda unos segundos, pero el resultado es flipante. Bueno, flipante y artificial, porque de nuevo ese quizás exagerado toque HDR que yo aprecio en esas fotos les resta esa "honestidad" que yo había visto en las fotos de los primeros Pixel. Esto era otra cosa. Sorprendente, pero no suficientemente convincente para mí.

La cámara, decidí, no era para tanto. Molaba, era mejor, pero no era para tanto. Las expectativas eran muy altas, pero tras sentirme un poco perro verde con mis apreciaciones vino un respiro a mi conciencia. Marqués Brownlee tuiteaba una serie de fotos y todas ellas eran realmente chulas. El comentario del tuit terminaba con un "Solo un recordatorio: 399 dólares".

https://twitter.com/MKBHD/status/1131316463946600448?s=19

Lo que me dejó un poco más tranquilo es que aunque esas fotos eran chulas, en las respuestas al tuit había otras tantas bastante aparentes. De hecho por otros sitios veía lo mismo. Foto del Pixel 3a, y respuesta de gente que con otros móviles -el iPhone, por supuesto, algún Samsung, algún Huawei- había sacado fotos decentes también.

Mi conclusión, aunque totalmente personal, era que la célebre cámara del Pixel 3 no estaba a años luz de la del Mi 6, que era básicamente lo que yo esperaba a estas alturas. Además hay otra pega especialmente molesta: en las fotos en modo retrato el Pixel 3a crea una carpeta para cada foto dentro de la carpeta general de imágenes del móvil.

Es decir, que están todas las imágenes normales, como en la carpeta DCIM/Camera de cualquier Android, pero es que aquí cuando sacas fotos de retrato, como digo, genera una subcarpeta para meter las dos imágenes: la normal, sin aplicar desenfoque de fondo (bokeh), y la que guardas con el efecto aplicado. Eso no se nota si ves las fotos desde el móvil, pero cuando las quieres pasar al escritorio esa nueva jerarquía -criticada en Reddit y en otros muchos sitios- es un verdadero infierno, creedme. Eso sí, una vez copiadas las carpetas al escritorio, hay truquitos como este para sacarlas de las subcarpetas y meterlas todas juntas en otra carpeta.

Pero oye, el móvil no es solo la cámara. El Pixel tiene interesantes ventajas. La más importante, estar a la última en cuanto a la versión de Android. Me planteé instalar la beta de Android Q pero desistí. Ya me olía que aquello no iba por buen camino. De hecho me costó acostumbrarme a esa mezcla rara de gestos y botón software (solo el de ir hacia atrás, y está en el lado contrario que en los Xiaomi). A eso hay que unirle que lo de ir a la pantalla de inicio era también menos intuitivo para mí que en el Mi 6, cuyo lector de huella es además botón de Inicio.

Es un Pixel, pero no el 3a. Es igual, la idea es la misma. ¿Lector en la trasera? FAIL.

Uy, he hablado del botón de inicio y el lector de huellas. Maldición. No sé si seréis como yo, pero para mí tener el lector de huellas en el frontal es hoy por hoy esencial en un móvil. Llevo así más de dos años con el Mi 6 y cada vez que veía un modelo con el sensor atrás se me ponían los pelos de punta. La culpa es de mi día a día: teletrabajo y tengo el móvil siempre sobre la mesa. Si necesito ver algo en él puedo hacerlo directamente poniendo el dedo en el lector, sin cogerlo y (tratar de) adivinar dónde está en la parte trasera.

Eso es algo que me revienta de los móviles que relegaron ese sensor a la parte trasera, así que el Pixel 3a tenía difícil ganarme por ahí. Nunca lo hizo, de hecho, y aquello se convirtió en otra pega más del dispositivo. Quizás más que el hecho de que la cámara no me dejase flipado con su calidad.

Luego estaban otras cosas, claro. Pequeñas tonterías que van sumando —o, en este caso, restando— puntos. Por ejemplo, la posición de sus botones, inversa a la del Xiaomi Mi 6, que tiene el botón de encendido más cerca del medio, por debajo del volumen. En el Pixel 3a está encima, cerca de la esquina superior derecha, así que cuesta más llegar a él si quieres usarlo: acostumbrado al Mi 6 —qué difícil cambiar a otra cosa cuando estás acostumbrado a lo tuyo— esa fue otra de las pequeñas losas que fueron condenando mi opinión sobre el terminal.

El Pixel 3a es además un teléfono que hace un uso curioso de sus materiales. La trasera es de plástico, algo que a mí me importaría un pimiento si no fuera porque han hecho que su textura sea demasiado pulida. Tanto que el telefonito se me escapó varias veces de las manos -resistió todas las caídas como si estuviera hecho de titanio- o se resbaló en cuanto la superficie sobre la que lo apoyaba estaba mínimamente inclinada. Pensé en comprar alguna carcasa, pero como desde el principio no quedé del todo convencido por la adquisición acabé aplazando esa opción. El tamaño, eso sí, me encanta, e incluso no me importaba lo de sus marcos (al menos me libro del notch) porque venía de un móvil con marcos bastante más grandes.

https://i.imgur.com/hRAryij.png
Mentira. Los de Reddit son unos insinceros.

Luego está lo de la batería. Como decía antes, en Reddit la gente presumía mucho de la batería y sacaba capturas de sus estadísticas aquí, pero no entiendo cómo lo hacían para lograr cifras de 8 y hasta 9 horas de batería: desactivando algunas características como la pantalla activa o el célebre bienestar digital parecía que la cosa mejoraba un poco, pero yo casi nunca logré más de 7 horas —y no soy usuario intensivo de móviles— y eso rascando aquí y allá.

Hay una prueba fácil que sirve para ver si el móvil se comporta bien ahí: lo dejas en modo avión antes de ir a dormir, miras cuánta batería le queda y contrastas ese dato con el que se muestra cuando te levantas unas horas después. No recuerdo cuánto bajaba en el Pixel 3a, pero sé que me pareció demasiado para un teléfono teóricamente tan pulido en su combinación hardware y software. Mejoró cuando toqueteé (creo que desactivando la pantalla ambiente), pero tampoco de forma que me dejara tranquilo. De hecho el hardware es menos potente que los gama alta actuales, así que su consumo debería consumir también menos incluso en periodos de inactividad, pero no parecía así.

Me fui dando cuenta también de que para mi lo de tener Android puro o lo de poder actualizar inmediatamente a Android Q y alguna que otra versión posterior cuando salga tampoco era tan importante. No al menos cuando la mayoría de opciones que necesito las tengo —echo en falta los gestos, querría probarlos— y cuando el Xiaomi Mi 6 recibió hace poco la actualización de MIUI 10.4.1 basada (por fin) en Android Pie.

Y luego estaba lo que no tenía. No solo lo digo por el lector en el frontal —la tendencia de los lectores bajo pantalla salva ese problema, pero aún están un pelín verdes— sino por cosas como la resistencia al agua (por tranquilidad, no por bucear con él) o la carga inalámbrica, que sí me apetece poder tener también. Evidentemente a este precio era casi imposible aspirar a algo así porque, ya sabéis, este es un móvil guarripeich. Me moló recuperar el puerto de auriculares, pero la verdad es que con los auriculares Bluetooth y el adaptador del Mi 6 como que uno se va haciendo a la idea de esa extraña obsesión por erradicar del planeta al pobre minijack.

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Me daba un poco igual que el Pixel 3a fuese algo corto de motor: el Snapdragon 670 está lejos de ser bestial, y eso se notaba al hacer fotos, con tiempos decentes pero no especialmente mejores que un ya algo anticuado Mi 6 con el Snapdragon 835. En AnTuTu es peor, desde luego (126.000 del 670 por 175.000 del 835), así que en general pierdo potencia en casi todo. Eso en la vida real se traduce en pequeños retrasos en algunas cosas, nada importante, nada realmente sensible, pero está ahí.

Sí me molestaba algo más que una vez más tuviese que prescindir de la ranura MicroSD, sobre todo porque los 64 GB comienzan a quedarse cortos como punto de partida para los smartphones si uno los quiere mantener más de uno o dos años: al ritmo que sacamos (saco) fotos y vídeos, esa capacidad se queda corta medio rápidamente.

"Demasiadas pegas, ¿no, JaviPas?", diréis. Pues sí. Tantas que al mes de tenerlo conmigo decidí que mejor lo vendía y me olvidaba. No podía devolverlo ya en Amazon, así que acudí de nuevo a Wallapop, y tras ponerlo a 330 euros lo vendí muy rápido también. Considerando que el altavoz también lo había vendido, al final tener un Pixel 3a ese mes me había salido por 40 euros. Un poco carete el periodo de prueba, pero oye, me quedé tranquilo.

De hecho volver al Xiaomi Mi 6 como que me reconcilió una vez más con un terminal que sigue cumpliendo de forma más que decente y que simplemente va quedándose atrás porque tiene que hacerlo. La cámara podría ser mejor, podría tener reconocimiento facial, menos marcos, carga inalámbrica, resistencia al agua o lector de huella bajo la pantalla, pero aún así no sé si estaría tan tranquilo con esa experiencia que me sigue ofreciendo el Mi 6. Aquí hay una ventaja clara para este smartphone, claro: que me he acostumbrado a él, y cuando te acostumbras a algo hacer el cambio es harto difícil.

Y si no que se lo digan al Pixel 3a, que será todo lo plastic-fantastic que queráis, que tendrá una cámara del copón (no tanto) y que estará muy bien para miles de analistas y usuarios. En mi caso, sinceramente, no era para tanto. Tal como vino se fue, y no pasa nada. Si no cuaja, no cuaja.