He intentado evitar el coche para ir a Gijón. Es imposible

El mundo te grita que dejes de coger el coche. Que intentes evitarlo y optes por alternativas más sostenibles. Que aproveches el transporte público, por ejemplo. Que está muy bien en muchos casos, pero no en otros.

Lo ha demostrado mi pequeña búsqueda de hoy. Mi objetivo, buscar alternativas porque se me ha ocurrido que oye, igual podríamos hacernos un viajecito este fin de semana a Gijón, que hace tiempo que no vamos y nos encanta. Siempre hemos ido en coche, pero esta vez, me dije, igual sería más barato y cómodo dejarlo en casa y aprovechar alguna alternativa.

Y aquí es donde al menos según mis búsquedas iniciales, la realidad es patente: para según qué destinos, el coche es impepinable si quieres llegar normalmente más rápido y de forma más asequible. Este es mi impresionanteanálisis detallado de los costes, pros y contras de cada opción:

  • En coche: es posible calcular el coste del viaje de forma bastante exacta con calculadoras como la de DieselOGasolina, que te pregunta origen, destino, y luego aplica precios actualizados de los combustibles, consumo de tu coche (en nuestro caso, 7 l a los 100 km, quizá algo menos en carretera), y uso de aire acondicionado y equipaje. Con esos datos obteníamos un coste de 127,66 euros entre ida y vuelta y un tiempo de trayecto de 9 horas y 27 minutos (4 h y 43 min por cada aprox).
  • En tren: el objetivo es aprovechar el fin de semana, así que toca salir pronto el sábado y volver después de comer el domingo. Tras mirar un poco en Renfe (no veo alternativas) la opción era clara: coger un tren a las 7:06 AM el sábado y la vuelta de las 16.13. Se tarda al final lo mismo que en coche y es cierto que no conduces tú y puedes disfrutar del trayecto, pero el coste de los billetes para una pareja es absolutamente ridículo: 253,90 euros.
  • En BlaBlaCar: decían que la economía colaborativa sería una revolución que nos salvaría a todos, pero como en el resto de los casos, aquí cada uno intenta hacer su particular agosto. Al buscar viajes para dos personas saliendo el sábado por la mañana me salen opciones que solo llegan a Oviedo y cuestan 56 euros. La que había para Gijón estaba a 64, así que con la vuelta el coste sería el doble. Jamás he cogido un BlaBlaCar —supongo que no te recogen en casa ni te dejan en casa, así que una molestia adicional— y tengo curiosidad por probar, pero esto es ridículo. Para eso prefiero ir en mi coche.
  • En autobús: tenía ciertas esperanzas con la opción del autobús. A ver: es un medio de transporte bastante colaborativo, y solo por relación combustible por pasajero debería salir más barato. No parece que haya muchas más empresas que Alsa que realicen el trayecto, así que mirando allí, había un viaje que salía a las 8 de Moncloa y tras siete horas de viaje (¡siete!, con 19 paradas) llegaba a Gijón a las 15. La vuelta, a las 15:00, llega algo más rápido, en seis horas y cuarto. Para dos personas, la idea y vuelta cuesta 155,84 euros. Tremendo.
  • En avión: miré por mirar porque sé que precisamente este es un destino poco accesible y un poco absurdo para ir en avión. Uno puede irse al aeropuerto de Asturias y luego en autobús (o sea, más dinero y más tiempo).  En el momento de mirar la disponibilidad era absurda y el único vuelo de vuelta salía a las 13:30 de la tarde, todo por el módico precio de 831 euros. Vámonos.

Quizás a mí se me escape algo, pero mientras el mundo te grita que dejes de usar el coche, hay escenarios en que eso, simplemente, no es viable. La triste realidad es que salvo que viajes a sitios con muchísima afluencia —un Madrid-Barcelona, por ejemplo— es probable que las opciones alternativas al coche no compensen.

Esta es una de ellas, me temo.