Genius no tiene nada de genial
Hace un par de días que Apple presentó a bombo y platillo sus nuevos iPods en un evento llamado "Let's Rock". Lo primero que hizo Steve Jobs fue bromear sobre los rumores sobre su salud, parafraseando a Mark Twain:
The rumors of my death have been greatly exaggerated.
Sin embargo, su aspecto no era para bromear. Jobs está aún más desmejorado que durante la presentación del iPhone 3G, y es evidente que algo raro (y malo, probablemente) le pasa. Es normal que trate de evitar y negar esos rumores, porque el valor de la empresa podría verse afectado seriamente si le pasara algo, pero me temo que Jobs no puede ocultar que su salud no es buena.

Fuente: Gizmodo
Al margen de eso, me voy a poner un poco crítico con los nuevos lanzamientos. No es que tenga nada grave contra los iPods (tengo un iPhone, así que...), pero no entiendo la expectación que causan estos modelos, cuando lo único que hace Apple es vestir una y otra vez a la mona de seda. Aceptando que su interfaz de control es muy chulo, estamos hablando, amigos míos, de otra ronda de dispositivos cerrados a cal y canto y que no mejoran más que en cosas superficiales, como la capacidad, el diseño exterior, y atención, los colores.
Vale que el iPod nano ha mejorado sensiblemente (casi se pueden ver peliculitas en esa micropantalla), o que el iPod Touch ahora te sirve también de "espejito, espejito", pero volvemos a encontrarnos con unos dispositivos que apuestan por el control, por las plataformas cerradas/propietarias y por limitar las opciones del usuario.
Y algo parecido ocurre con iTunes 8. Esta aplicación para la gestión de bibliotecas musicales nunca me ha enganchado, pero le quería dar una oportunidad para ver qué tal funcionaba Genius. Esta nueva característica aplica un sistema de recomendación musical a iTunes, y si aceptamos la licencia de uso podremos acceder a la creación de listas personalizadas en base a un artista o canción.

Como veis, el concepto es idéntico al que llevamos años disfrutando en sistemas como Pandora (ahora tristemente inaccesible salvo con truquis), Last.fm, o MyStrands. Sin embargo, los de Apple tienen aún un largo camino por delante, porque se trata de un motor de recomendaciones sesgado. Con música y artistas muy populares/comerciales la cosa va bien, pero en cuanto te sales un poco del guión, olvídate. Genius se convierte en Tontus, puesto que no encuentra recomendaciones, o bien se equivoca de largo en las sugerencias que realiza.

El sistema funciona a base de recopilar datos sobre nuestra biblioteca musical, mandar esos datos a Apple, y conjugarlos con la base de conocimiento de Apple (formada por datos de miles o quizá millones de usuarios que también se han apuntado a este rollo) para obtener recomendaciones en cada momento. Sin embargo, su precisión es muy, muy limitada, y el descubrimiento de nuevos artistas es decepcionante a no ser que, de nuevo, hablemos de músicas populares y que por supuesto también podremos comprar en la iTunes Store.
Eso sí, el amigo Jobs lo ha vendido como una verdadera revelación en la informática actual. Puede que hayan sido de los primeros en integrar dicha característica en una aplicación de este tipo, pero la verdad, podían haberlo hecho mejor. Seguro que el bueno de Gabi les hubiera podido dar unos buenos consejos.