Find my iPhone crea una nueva generación de justicieros

Lo comentaba ayer en Xataka Móvil: los servicios que permiten localizar un móvil para tratar de recuperarlo si nos lo roban (la cosa es perfecta si tan solo los hemos extraviado) tienen una desventaja clara: que puede que tratar de recuperarlos nos cueste un buen disgusto.
En The New York Times hablaban con varias personas que habían utilizado estos servicios -en Android hay varias opciones, yo tengo instalado Cerberus- y que se habían enfrentado a los ladrones de sus móviles con mayor o menor fortuna. Había un poco de todo: barrenderos que se encuentran el móvil y se lo agencian, o cacos con cierto peligro que lo robaron con toda la intención del mundo.
En casos como el primero recuperar el smartphone parece posible, pero la cosa se complica en el segundo caso, y a pesar de ello, parece que la gente decide jugársela. Lo confirmaban los comentarios de ese artículo de XTM, pero también un artículo que aparecía hoy en The Wire y que afirmaba que dos terceras partes de los estadounidenses se arriesgarían a la hora de recuperar un teléfono robado.
Yo, sinceramente, pasaría del tema en esos segundos casos, sobre todo porque suelo hacer backup de los contenidos y en el caso de los datos, la pérdida sería poco importante. Si sé que he perdido mi smartphone (aquí Juanky dio sabios consejos hace poco) lógicamente usaría estos servicios para localizarlo, pero no tengo nada claro que tuviera tanto interés como para meterme en un lío serio con la persona que se lo ha agenciado, si lograra encontrarla. Y parece que no estoy entre la mayoría de esa nueva casta de justicieros. No sé. Solo es un móvil, ¿no?