Esperando mi Ubuntu Edge

Esperando mi Ubuntu Edge
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Lo de la prensa tecnológica resulta curioso. Lo demuestra Techmeme, una de las referencias a la hora de informarnos, supuestamente, de lo más relevante de la actualidad tecnológica. Ayer a las 11 de la noche Techmeme tenía como gran titular el rumor de que Apple podría estar evaluando la producción de iPhones e iPads de mayor tamaño. La noticia de portada, la más importante, era un rumor.

Bastante más abajo, casi imperceptible, aparecía la verdadera noticia del día para mi. Puede que del año. Canonical anunciaba su intención de fabricar el Ubuntu Edge, un smartphone diseñado, desarrollado y fabricado por los creadores de Ubuntu. Para lograrlo, eso sí, en Canonical han querido tener certezas. Han iniciado una campaña de financiación colectiva con la que buscan ingresar 32 millones de dólares, y que permite hacerse con uno de los primeros 40.000 terminales que aparecerán en mayo de 2014 por un precio inicial de 830 dólares. Dadas las especificaciones (algunas asombrosas, otras muy prometedoras), parece un precio más que razonable. Durante las primeras 24 horas, eso sí, los interesados pudieron reservar las primeras 5.000 unidades a 600 dólares. Un precio demasiado tentador. Tanto, que por primera vez en mucho tiempo, no lo dudé (fui de los primeros, por lo visto).

Ya he reservado mi Ubuntu Edge.

Esa mezcla de pálpito, lujuria y fiebre consumista del friki tecnológico aparece de cuando en cuando. En mi caso, apareció por primera vez con el Amiga 500, y más tarde lo haría con el iPAQ, la Sony PC5, la PSP y, más recientemente, el MacBook Air y la Raspberry Pi. Algunos muy meditados y otros menos, estos caprichitos tienen un componente común: jamás me han defraudado. Les he sacado (o lo sigo haciendo) muchísimo partido, así que parece que los pálpitos funcionan.

En el caso del Ubuntu Edge, el pálpito fue de los gordos. Llevaba tiempo (1, 2, 3) hablando --al principio, con muchas reservas-- de esa ambiciosa idea de Canonical (la primera señal la tuvimos ya en octubre de 2011), y cuanto más pienso en ello, más evidente me parece que ese es el futuro (o parte del futuro, al menos) de la informática y la informática móvil. Ambas acabarán confluyendo para eliminar sus diferencias. O lo que es lo mismo:

Tu smartphone será tu PC.

El Ubuntu Edge es la primera prueba real que tenemos de ese futuro, y lo cierto es que la ambición de Mark Shuttleworth y del equipo de Canonical es alentadora. Pero además de eso, su forma de resolver el problema es muy inteligente. Incluso pícara, diría yo. Porque el Ubuntu Edge tendrá un arranque dual con Android y con Ubuntu, de modo que el usuario tradicional de Android (y de estos hay unos cuantos milloncejos) podrá acudir a su sistema operativo móvil tradicional. Y si quiere, podrá usar Ubuntu en el smartphone, o activarlo solo cuando vaya a aprovechar este móvil como PC de escritorio.

Brillante.

Y mientras Apple, Microsoft, y Google siguen luchando por darle sentido a dos grandes tipos de plataforma (escritorio y móvil), en Canonical ven claramente que solo debería haber una válida. Ubuntu podría ser la respuesta, aunque obviamente lo tendrá muy complicado teniendo en cuenta esa pereza natural del ser humano a probar cosas nuevas. Antes, desde luego, tendrán que conseguir esos 32 millones de financiación, una cifra que quizás sea demasiado ambiciosa. Las primeras 24 horas han sido espectaculares, con una recaudación de 3,4 millones de dólares, pero ahora viene lo difícil: los otros 28,6 millones se recaudarán a un ritmo mucho más lento sin el apoyo de los medios y sin esa llamativa oferta para las primeras 5.000 unidades.

Veremos si lo consiguen. Ojalá.