Es el momento de decir adiós, Sundar

Es el momento de decir adiós, Sundar
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Os voy a contar un secreto: a veces escribo cosas mediocres. No puede estar uno elevando la literatura a alturas nunca alcanzadas todo el rato, queridos lectores. Hay temas que salen mejor y otros que salen peor, eso es así.

Y precisamente ayer publiqué uno que creo que me salió bastante bien. Se trata del post en Xataka que habla de la encrucijada en la que se encuentra Google. Una especialmente delicada, porque como comentaba en ese artículo, antes Google molaba, y ahora no. O no lo hace mucho.

No creo que sea yo con una visión distorsionada quien lo dice. La realidad es que la Google de los 2000 parecía una alucinante fábrica de ideas geniales. Incluso la primera mitad de los 2010 (Glass, Ara, Daydream) fue interesante. Pero entonces llegó Sundar Pichai y todo se torció.

Al principio no lo notamos. Todo parecía ir incluso mejor, de hecho, con la empresa creciendo en valor a lo bestia e impulsando tanto las adquisiciones de hardware (HTC, Fitbit) como la apuesta por la IA.

Pero a Pichai no le gustaba perder dinero y recursos en cosas que no rentaban, y Google empezó a deshacerse de productos y servicios sin importar que tuvieran sentido aunque no fueran especialmente rentables a corto plazo.

En la década pasada se cargaron un montón, y aunque Pichai no era CEO cuando se produjeron esos cierres de proyectos, esa moda de matarlos sin más —o de hacerlos de pago, como ocurrió con Google Fotos— demostraba claramente que a este directivo le importa sobre todo una cosa: los ingresos.

Esa ha sido sin duda una de las razones claras por las que Google está tan tímida con la inteligencia artificial generativa. No es porque quiera protegernos de errores y meteduras de pata como las que acaba de protagonizar su modelo Gemini.

Es por dinero.

Google gana dinero gracias a la publicidad, y la publicidad llega gracias a su buscador. Sustituirlo por ChatGPT (o en este caso, Gemini) no tiene de momento sentido porque si el buscador basado en IA se equivoca tanto como lo están haciendo estos modelos, no nos fiaremos (mucho) de él y dejaremos de usarlo. Y adiós publi, y adiós pasta.

Así que Sundar está teniendo cuidado o intentándolo, y cuando no lo hace ya vemos lo que pasa: que Gemini empieza a generar nazis negros.

En el artículo de Xataka antes enlazado comento cómo son varios los que creen que ha llegado el momento de cambiar de entrenador.  Y estoy de acuerdo. Sundar Pichai ya no da para más. Es algo parecido a lo que ocurrió con Ballmer en Microsoft: también él se centró en la rentabilidad y ciertamente el valor de Microsoft creció bajo su mandato, pero por el camino se cargó la cultura como también se la ha cargado Pichai: la gente antes suspiraba por un empleo en Google, pero desde hace tiempo eso no es cierto. Pasó lo mismo en Redmond, pero ellos cambiaron de entrenador y acertaron. Nadella, con sus luces y sus sombras, ha hecho que Microsoft vuelva a molar (al menos, un poco).

Y eso es lo que necesita Google. Volver a molar. Y me da a mí que eso significa una sola cosa:

El fin de Sundar Pichai.