Emprendedores Made In Spain

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Hasta hace bien poco era un consumidor casi al 100% de contenidos en inglés, pero poco a poco voy añadiendo a mi dieta de contenidos algunos medios y autores en nuestro idioma. Hay ya referentes como JotDown, que simplemente no leo demasiado para no hacer otra cosa (así de bueno es) y otros a los que les voy cogiendo el gustillo, como a Teknautas (el diseño, por cierto, de lo mejor que he visto por estos lares) u Hoja de Router, adonde precisamente hoy me llevaba una conversación en Twitter entre Jose Alcántara y Matías S. Zavia.

En ella ambos debatían sobre el artículo que Analía Plaza había publicado en ese blog, parte de ElDiario.es -un medio que lo está haciendo muy bien, o esa es mi sensación-. En “Desmontando a Pau Garcia-Milà, la gran promesa del emprendimiento español” esta periodista hace un buen ejercicio de desmitificación hacia el que ha sido durante años referente de los emprendedores españoles, signifique lo que signifique esa primera palabra tan de moda.

He tenido la oportunidad de ver un par de veces en acción a García-Milá, y debo decir que la descripción de Plaza es a mi juicio perfecta. Mucha labia, mucha frescura y, (al menos aparentemente) las ideas claras.

La primera de esas ideas claras que tuvimos la oportunidad de conocer fue un petardazo: eyeOS era un escritorio web -no un sistema operativo web o en la nube, como muchos lo han llamado- que llegó justo en el momento perfecto: cuando todo lo de la nube nos sonaba a chino pero a todo el mundo le quería sonar. Los creadores de esta opción vendían un servicio que no estaba mal en aquella primera iteración y que permitía acceder a ciertos datos y editarlos de forma relativamente sencilla.

Aunque la idea tuviese su aquel, su evolución no fue nada destacable. Lo conté hace ahora cinco años, cuando trabajaba en otros medios y de hecho escribía con pseudónimo de cuando en cuando, y recuerdo perfectamente lo decepcionado que me dejó aquel eyeOS 2.0 que tanto prometía tras los millonarios (o eso decían) acuerdos con Telefónica o IBM.

Pero aquello se quedó en nada. No conozco las cifras pero dudo que ante la avalancha de servicios mucho más especializados (Dropbox, Google Drive, etc) eyeOS tuviese mucho mercado tras aquel interés inicial. Fue bonito mientras duró supongo. Pero no para García-Milá, que sacó mucho provecho de sus fortalezas y se convirtió en abanderado del “quien quiere, puede“. Sus libros tienen toda la pinta -que oye, son tan válidos como otros cualesquiera- de enriquecer la sección de autoayuda de cualquier librería o biblioteca, y aunque lo ha intentado por segunda vez con Bananity, tampoco esta jugada le ha salido bien al final. Analía cita las palabras de Marino Pérez, catedrático de Psicología de la Personalidad en la Universidad de Oviedo, que afirma que “El mérito que yo le concedo es el de buen charlatán“.

Es un buen resumen, con un buen ejemplo que lo demuestra, y que es aplicable a un (también) buen montón de gente que se está haciendo de oro con labia y (aparentemente) ideas muy claras al otro lado del chaco. Porque vender motos, arranquen o no, sigue funcionando.

Actualización (24/03/2015): Buena contrarréplica de García-Milá al artículo original de Analía Plaza. Me quedo con eso que dice de que ha logrado "mantener ese optimismo pese a las mareas buenas y malas", cosa que desde luego parece cierta y dudo que sea fácil.