El Superbook al ataque

El Superbook al ataque
Superhero

Casi tres años han pasado desde que aquel 21 de julio de 2016 escribiera sobre el Superbook. El invento era desde luego destacable: un portátil "hueco" que servía como teclado, trackpad y sobre todo pantalla externa para cualquier smartphone. Una forma curiosa de poder extender la capacidad del móvil para convertirlo en un portátil al uso. Más o menos.

Esperando que es gerundio

Llevo tres años esperando por ese Superbook que reservé nada más enterarme del proyecto en Kicktarter. Invertí 180 euros (creo recordar) en la versión 1080p con teclado retro iluminado y algún pequeño extra más. A día de hoy ese SuperBook que había encargado no me ha llegado, y soy parte de un grupo numeroso de personas que lamentablemente se han visto afectadas por esa parte tan negativa de Kickstarter: quienes ponen en marcha el proyecto a veces no logran cumplir con las expectativas ni con los tiempos.

La campaña de Kickstarter fue un éxito: recaudaron casi 3 millones de dólares, pero a muchos de esos 16.732 patrocinadores jamás les llegó su SuperBook. Yo fui uno de ellos.

En el caso del Superbook todo ha sido un desastre. Retrasos, retrasos y más retrasos, problemas de compatibilidad, conflictos hardware... Un sinfín de historias que han hecho que la llegada de los disposivos haya sido tardía y desastrosa. Las quejas en su web de soporte han sido tantas que acabaron creando un canal en Slack para tratar de centralizar el tema. No ha servido de mucho, porque las quejas seguían siendo constantes (siempre las mismas, "¿Dónde está mi SuperBook?") pero nadie del equipo de Sentio contestaba normalmente. La última noticia que dieron los responsables del proyecto dejaba claro que básicamente abandonaban el tema por las dificultades y que ya podía quedarme esperando mi SuperBook, porque lo más probable es que nunca me llegue.

Fue en ese foro de soporte donde coincidí con otro usuario español que había comprado un SuperBook que tampoco le llegaba. Chateamos un poco y quedamos en intercambiar novedades. Fue así como me enteré de que a él sí le había llegado por fin el suyo, pero sin cargador, y tras haberlo puesto en marcha había descubierto lo mismo que todo el mundo:

El Superbook es una castaña.

No lo digo yo, ojo, lo dicen un montón de análisis del producto y los propios usuarios en hilos como este de Reddit. En este análisis lo calificaba de "pesadilla"

Un SuperBook en mis manos

No esperaba ya que me llegase el mío pero visto lo visto tampoco es que me preocupase demasiado. Y entonces, sorpresa. Este chico con el que había chateando se ofreció a mandarme el suyo. No le estaba sacando partido y le daba igual cedérmelo y que así pudiera dar mis impresiones por aquí. Me pareció un gesto alucinante, así que acepté agradeciéndoselo: él prefiere mantenerse en el anonimato, así que desde estas líneas que sepas que este post va por ti, majo.

https://youtu.be/hbp7tg7VNK8

El caso es que ya tengo el Superbook conmigo. Lo recibí hace unos días y ya he podido trastear un poco con él, así que por fin puedo contar cómo es esa experiencia. Para empezar, la puesta en marcha. No es del todo trivial, pero encontré esta fantástica guía en el Wiki de Sentio que lo explican todo muy bien, incluidos esos trucos absurdos que si no te sabes probablemente te compliquen la existencia.

Por ejemplo, que el cable que viene con los SuperBook (en este caso, de USB-C a USB-C) no se puede conectar de cualquier forma. En el conector hay unas pequeñas bandas negra o blanca, y cada extremo va a un lado, pero es que además la orientación tiene que ser específica, con el logo de Sentio hacia arriba, visible. Aquí lo del USB-C reversible como que no.

El caso es que siguiendo la guía la cosa no tiene pérdida. En mi caso el SuperBook no es capaz de cargar mi Xiaomi Mi 6 mientras está conectado, y por eso hay que pulsar las teclas Fn+P para desactivar esa opción o de lo contrario no verás nada en pantalla. Una vez logras hacer mirroring (con DisplayLink Presenter) luego ya instalas Sentio Desktop y ya puedes tirar millas. De repente tienes al fin tu escritorio móvil replicado tanto en tu smartphone como en este mini-portátil.

Aquí prima el trabajar con ventanas maximizadas

Todo bien, ¿no? Pues no mucho. El problema es que el escritorio replica la resolución del smartphone, y eso hace que en el SuperBook lo veas todo con un tamaño exagerado, rollo Barco de Vapor. Es como tener un smartphone de 11,6 pulgadas y resolución 1080p que no tiene opción de escalado, todo se ve demasiado grande, tanto los iconos como las tipografías. Afortunadamente hay solución: hay que conectar primero el smartphone al PC, activar las opciones de depuración y ejecutar un par de comandos en ADB para activar ciertas opciones internas. Lo explican todo en la guía que he enlazado, así que si tenéis dudas podéis remitiros a ella.

Una vez hecho eso, ya sí que podremos usar escalado en el SuperBook, y eso cambia las cosas totalmente. De repente el equipo se convierte en funcional ya que por fin puedes trabajar con herramientas como lo harías en un portátil normal... O casi. En mi caso, he escrito todo este post con el SuperBook, pero he tenido que hacerlo en Chrome. Este navegador sí soporta el modo escritorio que hace que la ventaja de Chrome se adapte a ese escalado y que además lo convierte en una ventana redimensionable, minimizable y maximizable, como lo son las de un entorno de escritorio convencional.

En Firefox no ocurre eso: la ventana aparece siempre maximizada, y su soporte del escalado no existe, pero hay truco: ir al menú de Firefox y activar la opción "Pedir sitio de escritorio" con la que por fin podremos navegar de esa froma más natural. De todos modos gana aquí la partida un poco, aunque es cierto que esa opción de Firefox allana el camino si sois usuarios (como yo) de ese navegador y otros no soportados directamente.

Este post ha sido redactado (que no maquetado) en el SuperBook. Este es el aspecto del post en el editor de WordPress mientras escribía.

La gestión multitarea en el SuperBook es también algo limitada. Podremos habilitar el Alt+Tab en las opciones de Sentio (nos pedirá activar una opción de accesibilidad de Android), lo que desde luego facilita ese camino, pero cuando lanzamos una aplicación redimensionarla tiene truco: el icono en forma de cuadrado de la esquina superior izquierda permite hacerlo, pero si maximizamos la app ya no sé cómo se vuelve a modo ventana para redimensionarla y moverla.

No se pueden tener por dos instancias de Chrome o Firefox en dos ventanas separadas que tener al mismo tiempo en pantalla, algo que por ejemplo yo uso a diario para trabajar. Esto es más de trabajar con aplicaciones maximizadas, aunque intuyo que se puede apañar esa forma de trabajo con algún truquillo. Quizás usando Chrome y Chrome Beta en paralelo, por ejemplo, y redimensionando cada ventana a una mitad de la pantalla.

Pantalla, ratón y teclado

¿Cómo es la pantalla? Pues bastante decente una vez activas la opción de escalado. Es un panel TN con un brillo y resolución aceptable, pero el SuperBook no tiene altavoces, así que es raro querer ver un vídeo en grande en YouTube por ejemplo y que el sonido salga de los altavoces del móvil. Por cierto, Olvidaos de Netflix: no hay soporte DRM en el SuperBook, así que no podremos ver pelis y series "en grande" con esa aplicación.

El teclado es sorprendentemente decente. Tiene un tamaño aceptable quizás algo apretujado por esas 11,6 pulgadas. Existen teclas de acceso rápido a algunas funciones tradicionales de la interfaz Android, y por ejemplo sorprende eso de que el F1, F2 y F3 doblen como teclas de atrás, inició y menú de Android. En la parte inferior en lugar de tecla Windows tenemos tecla Sentio para el lanzador de aplicaciones, y también hay teclas especiales para controlar el brillo de pantalla, la reproducción e incluso la retro iluminación del teclado, básica pero oye, funcional.

El touchpad es otro cantar. Tengo que probar alguna solución que he visto en Reddit para tratar de mejorar su comportamiento, pero en general es errático y la detección de la palma me ha jugado malas pasadas detectando clics donde no los había. Cuando no escalas parece comportarse mejor, pero si escalas (yo tengo el zoom al 300x, hay un máximo de 400x) pierde un poco los papeles. No hay botón derecho del ratón como tal ni soporte de gestos (que yo sepa), pero sí que hay un pseudo botón derecho de ratón que se activa pulsando más tiempo el botón izquierdo del ratón allí donde quieres que aparezcan los menús contextuales.

Al final lo mejor si quieres trabajar con el SuperBook es hacerlo con un ratón externo. Hay un puerto USB perfecto para ello, así queuna vez conectas un ratón normal la cosa se vuelve muuucho más llevadera, y de hecho el flujo de trabajo mejora de forma sorprendente, al menos en mi caso.

El equipo, por cierto, tiene su propia batería interna y una toma de corriente para recargarla. Como decía al principio esa batería puede ser usada para cargar tu móvil si lo soporta, algo que lamentablemente mi Xiaomi Mi 6 no hace. Y como no lo hace, tenemos un problema Houston porque la batería del Mi 6 nota ese trabajo extra que le impone cuando usas el Superbook. En el rato que he estado escribiendo este post la batería ha bajado delo 75 al 50% aproximadamente, y eso hace que si tienes que trabajar de forma continuada la cosa pueda ser un poco problemática. Aún así no es un problema demasiado grave, y basta ser previsor y tener el cargador del móvil a mano por si surge esta necesidad.

Conclusiones preliminares

¿Qué tal el Superbook? Pues a pesar de las críticas negativas que he visto por ahí, mis ratos con el SuperBook han acabado por convencerme de que el concepto no está mal. La construcción es mala, claro. Cruje de vez en cuando y se nota que la atención en el chasis no ha sido excepcional. No es un producto sólido ni destacable en ese apartado. No es bonito ni refinado. Es más bien cutre, casi rollo netbook de la década pasada. Marcos gigantes en la pantalla, plasticurri por doquier y esa ausencia de altavoces que para mí es una pena aunque siempre podremos conectar los auriculares del móvil y olvidarnos de esa pega.

Una vez en marcha, no obstante, la experiencia no es del todo mala. Si lo que quieres es escribir y navegar la verdad es que el producto está sorprendentemente bien resuelto, y todo gracias a un teclado que al menos en mi caso me ha parecido estupendo para sus limitaciones. No he interactuado mucho con otras herramientas del sistema pero por ejemplo sí he abierto SnapSeed para editar alguna foto y lo cierto es que funcióna razonablemente bien. Aquí la percepción es la de que las aplicaciones Android siguen estando para ser toqueteadas y no controladas con el ratón y el teclado, pero la opción está ahí y la verdad es que es interesante.

¿Recomendaría el SuperBook? Creo que no, pero no por el concepto en sí, sino porque el producto ha sido abandonado a su suerte. Lo siguen vendiendo en su página web, algo que me parece bastante vergonzoso teniendo en cuenta que ya no dan soporte y hay tantas quejas por parte de usuarios que como yo jamás han recibido su unidad. Por eso ni siquiera enlazo a Sentio, y recordad, si os pilláis uno olvidaos del soporte futuro, porque probablemente no lo haya. Hay alternativas como NextDock que también persiguen lo mismo, así que los interesados siempre pueden acudir a esa opción.

Cuando invertí en el SuperBook lo hice pensando que sería un invento curioso para llevarse a viajes y vacaciones: un portátil hueco y barato que no importaba si perdías porque no te podrían robar datos de él: toda la inteligencia está en el smartphone, así que la idea me tentaba. Tras probarlo estos días me he dado cuenta de que efectivamente puede cumplir con su objetivo, pero hay una pequeña curva de aprendizaje necesaria y las desventajas quizás superan a las ventajas. A mí me ha molado, insisto, pero creo que el SuperBook (o alternativas similares) no es para todos los públicos. Al final tener un portátil de batalla con Windows creo que es la mejor opción para la mayoría de la gente, pero oye, como invento el Superbook tiene su aquel.

Y recordad: todo este post ha sido hecho con el SuperBook, y al menos en el caso de la redacción el tiempo invertido no ha sido muy distinto del que hubiera invertido en un portátil o PC convencional. Eso, señores, mola.

Post dedicado al anónimo lector de Incognitosis que amablemente me ha cedido su SuperBook para probarlo. Va por ti, compi. Mil gracias.