El móvil es el dispositivo eterno

El móvil es el dispositivo eterno
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En los albores del nuevo milenio yo andaba aprendiendo el oficio en PC Actual. Tener móvil era la excepción, no la norma, así que cuando por fin comenzamos a comprar teléfonos tontos —qué bonito mi Motorola StarTac, por cierto— también comenzamos a ver cómo otras cosas importantes despegaban. Por ejemplo, lo de los reproductores MP3 o un auge importante de internet.

El PC era el rey absoluto en aquella época. No había muchas esperanzas de que ningún otro dispositivo pudiera desplazarlo de su posición, y los que lo intentaban solo cubrían parte del espectro. Eran complementos, accesorios de un ecosistema fragmentado. Si querías hacer fotos, te comprabas una cámara DSLR o una digital compacta —recuerdo la Canon IXUS 400 como un objeto de deseo—, y si querías escuchar música te comprabas un iPod o, si eras un poco más rebeldillo, un Creative Zen Vision:M.

Pero como digo, esas cosas las hacías "aparte". El PC era el centro de todo, y parecía casi imposible pensar que otro producto podría superarlo. Aún así, algo nos olíamos, y entonces llegó Steve Jobs y confirmando los rumores se sacó de la manga aquel iPhone que lo cambió todo y acabó por desplazar al PC. Ese pequeño ladrillito se convirtió en centro de nuestras vidas.

Quince años después el móvil sigue dominándolo todo, y no porque no hayamos intentado encontrar sustitutos. De eso hablaba con acierto David Pierce el otro día en The Verge: los asistentes de voz, la realidad virtual o la aumentada, y ahora el humoverso han sido tendencias que han tenido más o menos (o ningún) éxito, pero que jamás han logrado desplazar al móvil de su posición de privilegio.

Tampoco lo han logrado los relojes inteligentes —algunos creímos que igual nos íbamos a parecer mucho a Michael Knight— y desde luego no lo han conseguido las tabletas, que quisieron plantear una "era post-pc" para acabar convirtiéndose, irónicamente, en PCs. Las revoluciones y disrupciones pueden haberse planteado en otros campos, pero en tecnología el móvil sigue siendo el rey.

No parece que eso cambie a corto plazo. En Apple parecen tener mucha confianza en que al final viviremos en un mundo de ñafotas, pero yo creo que para muchas cosas el móvil seguirá siendo indispensable. Las gafas, diría, serán una especie de reloj inteligente venido a más, pero que una vez más serán más una extensión del móvil, y no su sustituto.

Tampoco creo que la teórica revolución que plantea la inteligencia artificial —y esa es mucho más palpable— nos haga dejar el móvil en casa. No al menos que alguien se invente un formato mucho más relevante —¿lentillas?— que acabe haciendo innecesario al móvil. ¿Puede pasar? Por supuesto. ¿A corto plazo? Difícil.

Hay un argumento a favor de esa futura disrupción sea la que sea. Estamos ya un poco aburridos del móvil. No como dispositivo en sí, claro, sino de su evolución. Es tan estupendo que es difícil mejorarlo. Los plegables siguen siendo una solución buscando un problema que resolver, y el citado formato "ladrillito" tradicional no tiene parangón. Y como no lo tiene, muchos quizás estarían dispuestos a apostar por la próxima gran cosa, sea la que sea. Igual son unas gafas (de nuevo, esto lo veo más rollo smartwatch), e igual es otra cosa, pero es igual: el móvil tiene mucho terreno ganado.

Quizás demasiado. Pero claro, lo mismo dijimos del PC. Parecía imposible desbancarlo, y míralo ahora. Importante, sí, pero no centro de nuestra rutina tecnológica.

El centro sigue siendo el móvil. Y me da que lo va a seguir siendo durante bastante tiempo.