El misterio Fuchsia

Fuchsia me intriga y me inquieta. Lo decía hace un rato en Twitter y lo repito aquí, que es donde me puedo explayar un poco más a gusto. El sistema operativo de Google es un secreto a voces desde hace años: uno del que apenas se habla, pero que siempre que sale a la luz da que hablar.
Hace unos años hablaba de Fuchsia por aquí con mi visión de que Fuchsia quiere cargarse a Windows 10. Hoy diría que la cosa es algo distinta, y que el objetivo, si es el de cargarse a alguien, es el de cargarse a Android y a Chrome OS. ¿Por qué?
Porque ambas dependen de Linux.
No sé si sabéis cómo funciona Google con sus proyectos. La cara vista es estupenda: Android, dicen, es Open Source. Y Chromium también, claro. Esa es la percepción del gran público, pero la realidad es un poco distinta. Hice un tema hace años tratando de explicar que Android NO es Open Source, y que lo que sí lo es es AOSP, que es una parte importante del sistema pero que en mi opinión ya no es la principal.
Eso queda claro cuando hablamos de cómo Huawei se ha quedado sin los servicios y aplicaciones de Google. Esos servicios y aplicaciones (Maps, YouTube, Gmail, y sobre todo Google Play) hacen que un montón de cosas que el usuario espera que funcionen lo hagan, y aunque tengas acceso a AOSP, que sí es Open Source, si no tienes acceso a esos servicios y aplicaciones lo tienes crudo. Y como digo, mirad a Huawei si queréis entender cómo de crudo lo tiene alguien sin ese acceso.
Con Chromium ocurre algo similar, aunque por ahora la situación sea más relajada. El navegador web desarrollado por Google es Open Source y su base es fantástica y maravillosa, pero quizás lo es demasiado: la mismísima Microsoft abandonó su propio navegador y su motor de renderizado para basar el nuevo Microsoft Edge en Chromium, así que básicamente se convirtió en un 'fork' de Chrome. Y lo mismo ocurre con Brave, Opera o Vivaldi, que como Microsoft Edge intentan aportar sus ventajas sobre esa base común.
En It's Foss hacían una clara crítica a Google con Chromium afirmando que "Google solo apoya al Open Source cuando le beneficia". La frase es una estupidez: pues claro que lo hacen, como cualquier otra empresa de este mundo. Dicho lo cual, es evidente que en Google hace tiempo que están intentando no tener que hacer miguitas con Linux y el Open Source.
Ahí es donde entra Fuchsia.
Este sistema operativo, cuyo código es Open Source y está disponible bajo distintas licencias (MIT, BSD, Apache) algo menos restrictivas que la GPL (que es súper copyleft) parece tener un propósito claro: como decía en Twitter, darle el portazo a la dependencia que Google tiene de Linux. Es como si estuvieran ahí de amiguitos, pero solo por conveniencia, y están buscando la forma de decirle a Linux que se vaya a freír espárragos. O pingüinos, ya puestos.
En Ars Technica publicaban en mayo un artículo con un título especialmente relevante: 'Google lanza su tercer gran sistema operativo, Fuchsia'. Ciertamente lo es, y aunque ha empezado entrando tímidamente en los Nest Hub, ya tienen claras intenciones de usarlo en otros dispositivos y formatos. No sé qué significará eso y puede que tardemos en verlo más allá de cacharritos IoT, pero yo diría que a la larga Fuchsia no será el tercer gran sistema operativo de Google: será su único sistema operativo.
¿Por qué? Pues por lo de siempre. Control. Control de tu plataforma software y cada vez más incluso de tu hardware. Lo explicaba también bien Alberto Ruiz —ingeniero en Red Hat, así que sabe de lo que habla— al contestarme en Twitter:
Así es: es una pata en la que yo no había pensado, pero que se une a esa estrategia básica que se resume en "puedo ir a mi bola". Los chips Google Tensor de los Pixel 6 son un claro impulso a esa estrategia, y me da a mí que en Google quieren tener todos sus proyectitos bien controlados y sin dependencias externas. Diría que se han fijado un poco en Apple, que tenía un problema similar, pero inverso: ellos tenían dependencia de Intel en sus ordenadores, así que han acabado desarrollando un chip propio para sus portátiles y sobremesa y ale, asunto arreglado.
Pues con Fuchsia lo mismo, pero para el ecosistema software de Google, que es aún más gigantesco. Esto desde luego tiene una pinta interesante, y me gustaría saber si dentro de diez años seguimos usando Android y Chrome OS o todo ha acabado fuchsionándose en esta plataforma —volvemos a hablar de convergencia— que parece tener un rollo muy Mordor. Ya sabéis: un sistema operativo para dominarlos a todos y toda la pesca.