El MacBook Air vuelve a la gloria

El MacBook Air vuelve a la gloria
mbair

"JaviPas, a buenas horas", me diréis algunos. Seguro que entre quienes me leéis os extrañaría que la semana pasada no comentara nada de los nuevos MacBook Air o de los nuevos iPad Pro. O que no dijera tampoco apenas nada de los nuevos Magic Keyboard. Lo dije, claro, pero no aquí.

El problema es que la semana pasada fue la semana de las consolas, no de Apple, y como se juntó todo no pude dar rienda suelta a mi pasmosa producción de prosa tecnológica.  Y sin embargo, queridos lectores, tenía ganas de hablar escribir del MacBook Air.

En octubre de 2018 llegaba el primer MacBook Air con pantalla Retina, pero aquello que yo había pedido desde hacía años y por fin llegaba lo hacía con pegas importantes en casi todo lo demás. Sobre todo en cuestión de potencia, con un micro dual-core bastante guarripeich. El precio era una barbaridad: cobraban 1.349 euros por el modelo con 8 GB de RAM y 128 GB de SSD, cuando equipos muy superiores en prestaciones tenían precio comparable o inferior.

La actualización de julio de 2019 fue mínima (soporte para True Tone en la pantalla, 100 euros más barato) pero no por la actualización en sí, sino porque de repente Apple se centraba en este modelo y dejaba abandonado al MacBook al que lo apostó todo desde su lanzamiento. Bueno, lo dejaba abandonado al menos, hasta que lance el MacBook ARM, claro.

Me pregunto qué dirán los que se compraron ese modelo hace unos pocos meses. Estarán que trinan viendo cómo en menos de un año Apple se ha sacado de la manga un modelo que le da sopa con ondas al anterior. No solo es mejor en todo: es el MacBook que yo llevaba esperando desde hace, literalmente, años.

Difícil ponerle peros en su ficha técnica, porque al fin tenemos un MacBook Air con pantalla Retina, con el nuevo teclado de tijera (hasta nunca, mariposita), que es muy decente en potencia y que además tiene un precio realmente estupendo. El modelo base se queda un poco corto para todo el mundo, pero es algo a lo que Apple nos tiene acostumbrados: hacen una versión base que casi nadie quiere porque total, la versión que mola solo cuesta un poco más.

A eso juega desde hace años con la capacidad de sus smartphones, que de base era 16 GB para luego pasar a 64 GB durante años. Escribí sobre ello en 2016 con aquel 'A Apple pasar de 16 a 64 GB en el iPhone SE le cuesta 10 dólares. A ti, 100', y la técnica, como digo, ha sido profusamente utilizada por los de Cupertino para forzarte a que no te conformes con el modelo más bajo de la gama. Es para losers. Losers winners, que para eso compran cosas de Apple, pero losers al fin y al cabo.

Como decía, aquí el modelo que mola —y Apple lo sabe— es el que tiene el Core i5 quad-core (solo 50 euros más) y el que además tiene 16 GB de RAM en lugar de 8 GB. Ahí es donde te la clavan: 250 euros más sale la ampliación. Un verdadero dineral, sobre todo teniendo en cuenta que la RAM hoy por hoy está a precio de risa. Otros fabricantes de portátiles hacen lo propio, claro, pero Apple va también a más y aprovecha esa circunstancia.

Si coges esas dos opciones, de los 1.199 euros de partida pasas a los 1.499 euros, una cifra estupenda para Apple, que logra que te gastes una pequeña fortuna en un equipo que es, atención, el más bajo de su gama actual de portátiles (bueno, algo mejorado con esas ampliaciones).

Y aún así, es mucha mejor opción que el MacBook Pro de 13 más barato (1.499 euros casi con peor configuración), una compra que no tiene sentido teniendo en cuenta que en unos meses —dicen los que saben de esto— sale el MacBook Pro de 14 pulgadas, verdadero hermano menor de los nuevos de 16. Con su tecladito de tijera también, por supuesto.

Me gusta prácticamente todo de este MacBook Air. Me gusta especialmente que tenga lector de huellas con TouchID, me gusta ese touchpad gigante, me encanta que no tenga Touch Bar y me molan bastante esos altavoces laterales que le dan un toque muy chulo.

Incluso me molan los dos puertos USB-C con interfaz Thunderbolt 3, aunque aquí las pegas son dos. La primera, tenían que haber puesto uno a cada lado en lugar de los dos en el lateral izquierdo. Ya sabéis, por si uno quiere enchufar su dongle o el adaptador de corriente a un lado u otro si lo necesita. La segunda, que se podían puesto un lector de tarjetitas, aunque debo reconocer que a estas alturas y en este equipo es no es ya tan importante.

¿Me compraría el MacBook Air a estas alturas? Probablemente no. 1.500 euros son muchos euros y macOS Catalina no me inspira la misma confianza que me inspiraba Mac OS X cuando era Mac OS X. Y con esos 1.500 euros me iría probablemente a otros tercios. Igual me iría al Razer Blade 15 o un Blade Stealth 13, dos de los modelos que más me tientan ahora mismo por diseño y prestaciones aunque tendría que comprármelos en EEUU. Con 1.500 euros me podría agenciar uno muy chulo, aunque claro, también podría agenciarme el MBA con la citada configuración allí y me ahorraría unas perrillas. Aún con esas no lo haría, creo.

Y sin embargo, lo que está claro es que este es el mejor MacBook Air en años. Ya no recuerdo ni cuantos. Lo que es cierto es que la marcha de Jony Ive le está sentando estupendamente a la empresa: durante muchos años estaba claro que la forma triunfaba sobre la función, que el diseño era el fin último. De un tiempo a esta parte estamos viendo cambios en esa filosofía, y aunque Apple sigue intentando colárnosla cuando puede, está retomando el buen camino. Eso, queridos lectores, es una inmejorable noticia.