El Mac mini M1 ya es mío

El Mac mini M1 ya es mío
mac-mini

Boom, que diría Steve Jobs. Alucinad, lectores, que vuelvo al redil he vuelto a comprar un producto de Apple. Pero no alucinéis tanto, porque esto es, por ahora, un experimento. Siempre me he considerado agnóstico total en el ámbito tecnológico, y trato de aprovechar en cada momento aquello que me funciona bien y me compensa. Durante años he estado apartado del mundo Apple, pero el M1 me ha parecido una revolución que quería catar.

Pretendía hacerlo desde hace tiempo, pero que no acababa de verlo claro. Casi me parecía un capricho, así que aplazaba el momento. El caso es que al final se han juntado varios factores para decidir la compra. El primero, que llevaba tiempo oteando precios del Mac mini por si en Black Friday bajaba de precio tanto aquí como en USA. Aquí no lo hizo apenas, pero llegué a verlo a 599 dólares en su versión básica (8 GB de RAM, 256 GB de SSD) en Costco en Yanquilandia estos días. Ese precio engañaba un poco, porque en realidad tenía que pagar tasas y envío a un familiar que luego me lo traería en Navidad, y con todo eso al final el precio se quedaba en 680 dólares, que no era mucho menos de lo que hubiera acabado pagando aquí y además sin molestar a la familia.

Quién te ha visto y quién te ve, JaviPas.

Total, que estuve también fichando ofertas en Wallapop. Tras un intento previo fallido, encontré un Mac mini M1 relativamente cerca de casa y a precio interesante. Tras negociar y llegar a un acuerdo con el comprador, un chaval majo que lo había comprado hace poco pero que al final no lo estaba usando apenas, me decidí, y ayer a última hora fui a por él.

Había otros factores clave. El primero, que estoy trabajando con mi PC de sobremesa y eso es un poco sobrada. Va todo estupendo, pero no es un PC especialmente eficiente -en parte por la gráfica, una GTX 1070 que sigue dando muchas alegrías al 'Battlefield 1'- y en cierto modo me siento como que estoy matando moscas a cañonazos. Para hacer lo que hago no necesito esa gráfica la mayor parte del tiempo, y a mi Dell XPS 13 le ocurre lo contrario: últimamente le veo achacoso, y aunque tengo que toquetear, para según qué cosas me hace esperar algún que otro rato o bufa más de la cuenta y eso no me apetece.

Y luego está el otro factor: el que mencionaba en primer lugar, y que es básicamente el fundamental. Quiero experimentar. Quiero ver cómo es volver a currar con macOS tantos años después de deshacerme de mi queridísimo MacBook Air, ese equipo que durante cierto tiempo consideré el mejor portátil del mundo. Luego pasaron cosas y me acabé pillando el Dell XPS 13, y entre las cosas que pasaron fue que trabajaba más cómodo y mejor con Windows.

Dudo que este Mac mini M1 me haga cambiar esa idea: estoy demasiado acostumbrado a los atajos, herramientas y flujo de trabajo de Windows para que ahora la cosa sea mucho mejor. Escribiendo esto en el Mac mini me doy cuenta de que me acuerdo de los atajos -algo de terreno ganado, después de todo-, pero me empiezan a apestar pequeñas estupideces de macOS como la forma de acoplar ventanas a cada lado o que el gestor de tareas no diferencie entre ventanas de la misma aplicación. Seguro que encuentro solución a esa y otras pequeñas chorreces de macOS, pero la verdad es que molesta porque son cosas que en mi opinión son mejores en Windows de serie, y en macOS simplemente o no están o hay que arreglar con algún apaño extra.

Pero como digo, este equipo quizás no sea para trabajar siquiera. Mi peculiar obsesión con organizar bien de una vez mi fototeca sin acudir a Google Photos (y desde luego, tampoco a iCloud) tiene una posible vía para lograr ponerlo todo a mi gusto con PhotoStructure, el proyecto del que hablé hace meses y que marcha por buen camino. También están otros como Photoprism que también puedo probar -lo de comprar un NAS está descartado de momento-, y aquí está la historia: el Mac mini tiene muy buena pintorri como servidor casero. Es eficiente, potente y silencioso a más no poder, así que tenerlo siempre encendido y haciendo las veces de servidor de fotos o de lo que me apetezca -como equipo de trabajo 'always-on', desde luego, también- es una opción.

La pelea estará ahí, claro. En lograr que funcione como yo quiero. PhotoStructure se puede instalar aquí con Node, pero por lo visto no está muy pulido y el creador del proyecto está más a otras plataformas. Con Photoprism lo mismo: recomiendan tirar de Docker, así que voy a tener que empaparme si me decido a tirar por ahí. Luego es conectar una unidad externa con las fotos y vídeos y ale, a indexar y tirar millas.

Es algo que como digo me apetecía hacer desde hace tiempo aunque hay otro cacharro en camino en las próximas semanas que espero sea la solución definitiva. Lo espero pero no lo creo, así que de momento prefiero no hablar mucho de ello. Y como tenía ganas de trastear de todos modos, pues aquí me veis, escribiendo un post 100% en un Mac como hace una década.

¿Cuál es el futuro de esto? Bueno, desde luego intentar trasladar toda mi rutina diaria al Mac mini M1 para probar cómo se porta unos días/semanas. No sé si aguantaré -ya me están empezando a molestar esas pijadas típicas de macOS, como he dicho-, pero en el peor de los casos habré jugueteado un poco, que no está de más. Y si no pirula ni lo de trabajar ni lo de usar el Mac mini como servidor, siempre me queda la esperanza de que en Asahi Linux consigan de una vez que todos podamos instalar Linux en estos Mac. Estos chicos avanzan a buen ritmo, así que yo diría que en 2022 tendremos imágenes de Arch y otras distros disponibles. Si ni por esas me convence quedarme con el Mac mini M1 y no encuentro otros usos (¿equipo para mis enanos?), pues haré lo normal: ponerlo en Wallapop y santas pascuas.

De momento, toca experimentar. Ya iré contando los progresos ;)

Imagen | Charles Patterson