El injusto legado del MacBook Air
Las efemérides tecnológicas —como las que no lo son— molan. Hoy, nos recuerdan en The Verge, se cumplen 10 años de la presentación del MacBook Air por parte de Apple, y con él, de una nueva generación de ultraportátiles que por fin dejaron de ser "arrastrables".
El vídeo, por si no lo habéis visto, es Jobs en estado puro. Aquel Jobs que era capaz de vender cualquier cosa porque cualquier cosa era posible en la Apple que él dirigió. Y curiosamente el MacBook Air era un ejemplo de un producto adelantado a su tiempo.
Demasiado adelantado, de hecho.
Aquel MacBook Air de 2008 era fantástico por diseño, pero también estaba lleno de compromisos, unos más acertados que otros. Por ejemplo, fue el primer MacBook sin unidad óptica, algo asombroso en 2008 en el que los CDs y DVDs aún dominaban nuestra
videoteca piratillavida.
También teníamos que renunciar al puerto Ethernet, enemigo claro de los ultraportátiles, o de algunos puertos tradicionales. Aquellas máquinas se quedaban algo cortas en resolución vertical (1.280 x 800), y también tenían sistemas de almacenamiento algo limitados. Las opciones aquí eran curiosas: o una unidad HD de 1,8 pulgadas de 80 GB, o bien una unidad SSD, súper novedad de la época, de 64 GB, que era una de esas opciones absurdamente caras para este producto. El propio Jobs lo reconocía al hablar de esas unidades:
These are a little pricey, but they're fast.
Me sorprende recuperar mi post de hace 10 años —mola presumir de que Incognitosis ya supera holgadamente la década de edad— y ver cómo el MacBook Air no me pareció gran cosa, y parecía claro para mí que aquello era un nuevo triunfo del diseño de Apple sobre las prestaciones. Y me cito, que mola:
¿Qué me parece? Pues si os digo que la versión ‘básica‘ me parece cara (y me refiero a la versión USA) supongo que adivinaréis qué pienso de la versión con SSD y de los desorbitados y ridículos precios para España. No sé dónde compra Steve los discos SSD, pero está claro que le han tangado. Qué pasada, 1200 dólares más por un disco de 64 Gbytes SSD, y por un micro mínimamente más potente.
Así es: el MacBook Air con HD costaba 1.799 dólares, pero es que la versión con la unidad SSD costaba 3.098 dólares. Alucinante. El día siguiente iba más allá con mi post sobre las decepciones de MacWorld 2008, y hablaba de cómo el precio del MacBook Air me había indignado. Aquel MacBook Air era revolucionario en algunas cosas, pero la revolución tardó en tener sentido (y un precio aceptable).


Ambas cosas, como digo, tardarían un poco en llegar. Yo seguía quejándome en octubre de 2010, cuando se presentó la segunda generación del MacBook Air que llegaba con SSDs de serie y con unas CPUs algo anticuadas. El problema volvía a ser el precio, que ascendía a 1.599 euros.
A pesar de aquellas quejas, eso sí, caí. Me compré aquel MacBook Air en diciembre de 2010 por casi 1.300 euros, y a pesar de sus limitaciones acabé enamorado del formato y de muchas de sus prestaciones, algo que demostré en mi extensísimo análisis unos días después. Mi relación fue aún más allá cuando acabé comprando el MacBook Air (Mid 2012), más potente y que además tenía teclado retroiluminado (como dije entonces, ¡yipieee!). Ese equipo me acompañó durante algo menos de tres años, pero acabé poniéndolo a la venta en febrero de 2015. Era el final de una era.
Poco después me compraría el Dell XPS 13 que con algún que otro susto me ha acompañado en estos casi tres años, y solo puedo decir que no puedo estar más contento con mi decisión. Unificar mi flujo de trabajo para trabajar solo con Windows y usar el portátil como equipo de escritorio único simplificó y mejoró mis rutinas, pero es que además Apple acabó descuidando el MacBook Air. Lo hizo por muchas cosas, pero sobre todo por dejarnos sin ese MacBook Air Retina que yo creí que llegaría una y otra vez.
En lugar de eso, la tragedia. Apple quiso conquistarnos con un MacBook que volvía a apostar por la forma por encima del fondo y que al menos que yo sepa no es un modelo que haya convencido a mucha gente, aunque generara otra tendencia. Llegaron más MacBooks y más Macbooks Pro, pero daba igual porque a mí ya no me llamaban. No entendía a esta Apple, y sigo sin entenderla.
No entiendo a una Apple que ha dejado caer en desgracia al formato ideal de portátil, uno que solo necesitaba unos leves retoques —menos marcos, pantalla Retina, micros y SSDs más potentes— para seguir vendiéndose como churros. Es curioso, irónico, y triste que una Apple que para otras cosas es maestra en pequeñas mejoras iterativas no las haya aplicado al que para mí es probablemente su segundo mejor producto de la historia después del iPhone 3G con su App Store integrada.
es
Y una década después, míralo ahí, muriéndose de asco con actualizaciones de risa. Por si no lo sabéis, el modelo "renovado" de mediados de 2017 tiene los Intel Core i5-5350U o los Core i7-5650U, unas CPUs lanzadas en el primer trimestre de 2015. Yep. 2015.
No sé. A mí me parece que lo que ha hecho Apple con el MacBook Air es totalmente injusto. Esta máquina no se merecía esto. Aún tengo (mínimas) esperanzas de que despierten y se den cuenta de su error. Que saquen ese MacBook Air Retina y que quizás lo hagan con procesadores ARM. Yo que sé. Que hagan algo, pero que lo hagan. Este MacBook Air se merece algo mejor.