El fraude Kaby Lake

No os compréis un ordenador este año.
Ale, ya podéis parar de leer. Esa es la conclusión de este post, que publico indignado tras ver cómo la presentación de nuevos micros Kaby Lake de Intel es una absoluta decepción. Marc Whalton lo expresaba estupendamente en el inicio de su análisis en Ars Technica (negritas mías):
The Intel Core i7-7700K is what happens when a chip company stops tryingHuzzah
Esas primera frase es tristemente real, y de hecho no haría falta leer mucho más. Con ver alguna de las gráficas de rendimiento en pruebas sintéticas la cosa queda clara:


Es solo un ejemplo de cómo Intel ha logrado engañar a toda la industria y convertirse en una empresa perezosa. Una que vive de las rentas y de glorias pasadas. Como Apple, vaya.
Ese análisis del Intel Core i7-7700K en Ars Technica es, con mucho, lo mejor que podéis leer respecto a este micro. Es, de hecho, lo único que deberíais leer, y aquí incluyo a análisis realizados en español y en inglés que dan pena. La dan porque se ciñen al mensaje que Intel quiere ofrecer, y cierran los ojos a la crítica evidente. Intel, simplemente, se ha relajado. Me sorprende y decepciona especialmente ese análisis corto de miras de AnandTech, un medio al que normalmente le tengo un respeto reverencial pero que en este caso publicó su review con un titular y unas conclusiones engañosas. Incluso criticaban en el texto la capacidad de overclocking ("entre normal y pobre") para luego terminar con una sección en la que lo coronaban como "el nuevo campeón", sin más. Mal. Uno puede esperarse (y encontrarse, como es el caso) análisis de medio pelo en español y en diversos medios en inglés, pero desde luego no en AnandTech.
¿Por qué Intel se ha conformado con esto? Yo diría que lo ha hecho por la sencilla razón de que podía hacerlo. De momento no hay competencia en el mercado, y salvo que AMD Ryzen nos diga lo contrario —y las pruebas filtradas no apuntan a ello—, seguirá sin haberla durante bastante tiempo. Parece que Intel podrá seguir en modo perezoso, viviendo de las rentas y sin innovar realmente.
La situación es preocupante y triste, sobre todo porque hace tiempo que Intel va por este camino. Su vieja filosofía tick-tock nos maravilló y nos hizo disfrutar de un ritmo de innovación asombroso, pero entre la realidad que impone la física —la ley de Moore tiene fecha de caducidad, si es que no está ya caduca— y la que se autoimpuso Intel, acabamos con una estrategia lamentable. La de los retrasos y refritos, que es lo que es Kaby Lake. Un refrito en los 14 nanómetros.
Diría más. Es un fraude.
Ahorrad pasta y esperad a Cannonlake. Quizás los 10 nanos sí merezcan la pena, porque Kaby Lake no la merece.