El día que la (buena) tecnología fue bonita

El día que la (buena) tecnología fue bonita
yogabook

Dejamos un poco en segundo plano el tema estrella de estos días: el Dell XPS 13 (gracias por los comentarios y las aportaciones) está ahora mismo en manos de un técnico que va a intentar revivirlo, así que veremos cómo va la cosa.

El caso es que llevo un tute importante estos días. Para los que no lo sepan, estamos en pleno IFA 2016, la feria tecnológica más importante a nivel europeo, una especie de CES en el viejo continente en el que muchos fabricantes aprovechan para presentar novedades en sus respectivos catálogos.

Hay sitio para todo, incluido el lanzamiento de nuevos móviles. Sony, por ejemplo, acaba de presentar esta mañana el Xperia XZ y un algo decepcionante (en mi opinión) Xperia X Compact, pero lo que se ve, sobre todo, son noticias en el ámbito de los PCs y los portátiles.

Uno no esperaría demasiadas sorpresas de este segmento a estas alturas, claro. Como mucho alguna flipada de un fabricante que quiere ganar titulares a base de diseños extravagantes o equipos desproporcionados. Ha habido de estos, claro: el Acer Predator 21X es un canto a la estupidez, por ejemplo, pero ha logrado lo que pretendía, que es arrancar unos cuantos titulares para que la marca al menos sea vista como valiente a la hora de innovar.

El caso es que con engendros como ese uno no esperaría mucho de la feria. Yo andaba relativamente contento con equipos como el Acer Swift 7 -muy de mi palo- o el Asus ZenBook 3 -no está tampoco nada mal- cuando de repente las verdaderas sorpresas llegaron de dos segmentos que parecen heridos de muerte: los PCs de sobremesa y los tablets.

pavilion-wave-3
pavilion-wave-3

El primero de esos prodigios es el HP Pavilion Wave, un ordenador de sobremesa que tiene toda la pinta de un altavoz y que es, en efecto, un altavoz. Pero es mucho más, y en su interior encontramos todo lo necesario para que ese curioso dispositivo acabe convirtiéndose en nuestro equipo de trabajo en el día a día, aunque ando algo corto en materia de gráficos.

pavilion-wave-2

Da igual: es precioso y, además, funcional. Se me ocurre que ya puestos podían haber integrado algún asistente de voz rollo Echo que estuviese siempre preparado en un modo de bajo consumo (Cortana de momento no lo hace, pero dadle tiempo), pero vamos, aún así, chapeau, sobre todo cuando se indica que el precio es más que comedido, 549 dólares.

yogabook1

El segundo de esos prodigios, y este sí que es verdaderamente impresionante, es el Yoga Book. El tablet convertible que ha sido capaz de salirse de lo establecido y que es una demostración de valentía, originalidad y tecnología. Ya lo conté ayer en Xataka y lo repito ahora: ese Instant Halo Keyboard es una absoluta flipada. Algo que, como luego indiqué en The Unshut, parece que no se hubiera podido inventar más que una empresa en otra época. Esa empresa era Apple, claro, pero ahora Apple ya no hace estas cosas.

yogabook2

El Yoga Book sorprende por su hardware, por esa opción de cogerlo con Android o con Windows 10, y desde luego también con ese panel auxiliar que no solo sirve para teclear sino también para escribir o dibujar a lo tableta gráfica. Hasta me dan ganas de pillar uno, pero soy un tipo racional y sé que ese teclado puede estar bien para molar un ratito delante del personal, pero no para escribir esas 4.000 o 5.000 palabras que me escribo en días medio ocupados. Además, estoy esperando a mi Superbook para ese tipo de escenario, con lo que dejaré que el Yoga Book intente convertirse en un éxito sin mi ayuda.

Puede que el Yoga Book no sea para tanto: al fin y al cabo Microsoft le dio sentido al formato de tablet convertible con sus Surface Pro y unos teclados con touchpad basante decentes, y lo "único" que han hecho en Lenovo es sustituir esa carcasa con teclado físico por una que lo tiene oculto tras un cristal y es háptico. Pero es que esa superficie dobla como tableta gráfica, y ese comportamiento tan curioso demuestra que hay vueltas de tuerca tecnológicas que pueden no tener un sentido práctico excepcional -siempre será mejor un teclado físico si lo que haces es escribir- pero que precisamente exploran conceptos que hasta la fecha nadie había explorado. La propia Microsoft trató de llevar a la realidad un concepto similar a este con su proyecto Microsoft Courier, pero ni nosotros ni la tecnología estaba preparada.

Ahora lo estamos. Y si no, da igual. Que vivan estos dos productos. Nos han demostrado que la (buena) tecnología puede ser bonita. Mucho.