El Chromecast con Google TV ya es mío

El Chromecast con Google TV ya es mío
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Cuando hace unos días probé el Xiaomi Mi TV Stick lo hice sabiendo que ese dispositivo no iba a sorprenderme demasiado. El pobre dongle HDMI de Xiaomi ya estaba condenado a ser un segundón, porque cuando llegó ya llevaba unos días usando un Chromecast con Google TV. Sí. Hice trampa.

Llevaba un tiempo pensando en comprar uno de estos. Cuando salió al mercado me pareció espectacular por prestaciones, pero lamentable por precio: cuesta 70 euros en España, cuando en Estados Unidos cuesta 50 dólares. Es un precio absolutamente injusto que perjudica a los usuarios españoles (y europeos). Lo comenté cuando expliqué que no tenía intención de comprar un Chromecast con Google TV en España.

Incluso estuve barajando otras opciones, y el Amazon Fire TV Cube era una de las que más me llamaban la atención, sobre todo porque es uno de los dispositivos que mejor se comportan con Kodi y tenía un puerto Ethernet estupendo para actuar en ese escenario. Con el Chromecast el procesador es desde luego más flojo (AMlogic S905D3 quad-core vs S922X hexa-core), pero parecía capaz de lidiar con esos contenidos. Lo que no tiene es conector Ethernet, claro.

El caso es que no tenía intención de comprarlo a ese precio, pero las cosas han mejorado desde entonces. Salieron ofertas durante los días de Black Friday y encontré una estupenda. La aproveché y por fin conseguí el pequeño y preciado dispositivo, que conecté enseguida  esa nueva y flamante Philips 55OLED804 que ha sido el caprichazo de 2020.

Y ahora me diréis: "Pero JaviPas, si la tele que te has comprado ya tiene Android TV, ¿para qué quieres el Chromecast?". Dos razones.

La primera, que Android TV no es exactamente lo mismo que Google TV. Este último es, como explican aquí, "la próxima fase de Android TV", pero no lo sustituye porque Google TV es una nueva interfaz por encima de Android TV.

La idea fundamental es que Android TV está centrado en aplicaciones, pero Google TV está centrado en contenido. Es difícil explicarlo hasta que no lo ves, pero la forma de interactuar con el Android TV de mi tele es distinto a hacerlo con el Google TV del Chromecast en mi tele. Yo quiero ver contenido, y ahí la interfaz de Google TV es —mi opinión, cuidado— absolutamente prodigiosa.

Google TV actúa como un agregador de contenido que no separa las cosas de Netflix de las de Prime Video o Disney+: las mezcla y utiliza todos esos contenidos y la información que le das de ellos (si los has visto y si te han gustado o no) para recomendarte otros. Las recomendaciones por ahora no funcionan mucho en mi caso porque no he entrenado demasiado el sistema y me recomienda muchas cosas que ya he visto, pero la forma de presentar y organizarlo todo es alucinante. Preciosa, diría.

Fácil de ver, fácil de entender, fácil de manejar. Súper intuitiva, como cuando seleccionas alguna serie o película y al meterte en sus detalles te dice dónde puedes verla (puede estar en más de una plataforma) y marcar si la has visto o no y su valoración. Esa interfaz informativa es la pasarela para luego, cuando decides verla, se produce el salto a la plataforma que has elegido, pero a pesar de que ese paso es inevitable, es también muy rápido. La integración es sorprendentemente buena.

Dicho esto, vamos con la segunda razón. Esa se explica mejor con una imagen que con palabras:

Menos es más.

Y no habéis visto el mando de Philips por detrás, con un teclado QWERTY que es bastante infierno usar porque aunque parece buena idea, la distribución no es totalmente natural y además no está retroiluminado. Apenas se ven las letras de cada tecla y eso hace que escribir con ese mando sea bastante tortuoso.

La experiencia de manejo con un mando y otro es absolutamente distinta. Es como estar en los años 70 o pasar al nuevo milenio de golpe. Philips (y otros fabricantes) harían bien en aprender de ese minimalismo, porque la mayoría de los usuarios no necesitamos más que lo que propone Google con el mando del Chromecast con Google TV o lo que propone Amazon con el mando de sus Fire TV Stick, que también van en esa línea.

No solo eso: lo de pedir cosas a través del asistente de voz es ya lo máximo, y evita que en muchos casos tengas que ir con el teclado en pantalla tecleando letra por letra, algo que sigue siendo engorroso con este mando o cualquier otro. Pedir series o películas y hacer más cositas es una gozada con esta función que es la guinda de este pastel de dispositivo.

A eso tenemos que unirle el hecho de que es posible configurar el soporte HDMI CEC para controlar la tele desde el mando del Chromecast. No todo, claro, pero sí el encendido y apagado y el volumen, que es lo que realmente necesito (molaría un botón de fuentes de vídeo, pero qué se le va a hacer). Diría que los accesos directos a YouTube y Netflix sobran y podrían ser botones programables, pero oye, para una primera iteración el mando —cuyo tacto es también suavecito y super agradable, dan ganas de tenerlo todo el rato en la mano— es absolutamente espectacular.

Por supuesto luego están detalles adicionales que se benefician de tener un dispositivo con soporte 4K HDR y una tele 4K HDR. Cuando el contenido lo permite, esas series y películas se ven alucinantes. Lo comprobamos recientemente con 'Los favoritos de Midas', en la que cuando salían panorámicas de Madrid con las cuatro torres yo me quedaba mudo redescubriendo que el skyline castizo, aun siendo más bien modesto, es espectacular a su modo.

Pero esperad, que aún hay más.

Yo no quería esto solo por su capacidad de agregar contenidos. Buscaba un futuro centro de entretenimiento para esa tele 4K. Uno que pudiera gestionar mis contenidos con Kodi (puede, va sobrado) y también uno en el que poder jugar a juegos con xCloud o Stadia (acabo de comenzar a probarlo) en el futuro.

La experiencia con Kodi es fantástica. Rápida, eficiente. No he probado aún plugins y addons de contenido, pero desde luego para tirar de los contenidos que tengo en el NAS el Chromecast con Google TV va sobrado.

Con lo de xCloud y Stadia la experiencia es aún algo irregular. Aquí hay que señalar que ni uno ni otro tienen versión oficial disponible para este dispositivo, y solo puedes acceder a ellos bajándote un APK (buscadlos en APKMirror, y elegid siempre los apk ARMv7, nada de ARMv8) e instalándolos en el Chromecast como exlican por ejemplo aquí.

Lo de irregular desde luego ocurre con xCloud, que he probado con varios juegos y que una vez más veo aún bastante deficiente en el tema de la calidad de la conexión. Ya lo experimenté con mis pruebas con mi móvil bajo WiFi, y ahora la sensación es la misma con el Chromecast con Google TV. Hay juegos que he probado a los que se puede jugar si eres permisivo con la calidad gráfica (el otro día me eché unas partidas al 'Marvel vs Capcom' con los niños y nos echamos unas risas), pero otros son absolutamente infumables. 'Dirt 4' va fatal, con gráficos hiperpixelados para mantener una tasa de fotogramas aceptable, pero el tiempo de respuesta y la latencia son insoportables.

Obviamente las cosas deberían mejorar con red de cable, y esa es precisamente la razón de que llevara un cable desde el salón a la habitación el otro día. Por ahora solo lo he conectado a la tele y allí la app tampoco se porta mucho mejor, así que no estoy seguro ya de si el problema es de la conexión o simplemente que la versión actual de xCloud (bueno, de Xbox Game Pass) no está preparada para rular en teles con Android TV.

Ya he encargado en la Google Store el adaptador de corriente con el conector Ethernet (me duele un poco pagar los 20 euros, pero en fin) y os contaré si la cosa cambia cuando lo reciba, pero de nuevo sospecho que en Microsoft aún tienen trabajo por delante tanto en la emisión de contenidos como en el soporte oficial con aplicaciones nativas que aún no están disponibles pero que llegarán en los próximos meses, al menos a iOS y a PC (esperemos que también a las Smart TVs).

Con Stadia las cosas han ido sorprendentemente mucho mejor, al menos en la tele conectada al cable Ethernet. El otro día compré el NBA2K21 con la oferta que publiqué en los Incognichollos y chico, estuve jugando un partido contra la máquina (y perdiéndolo de forma aplastante) como si estuviera delante de la consola. Sin apenas latencia, gráficos top y fluido como pocos.

Experiencia fantástica que no sé si seguirá así, pero que desde luego me ha convencido de que el cloud gaming tiene muchas papeletas de ser suficiente para más y más gente en los próximos años. Puede que para toda la gente, de hecho. Puede que efectivamente lo de jugar en un PC o una consola dedicada tenga los días contados, veremos.

De momento acabo ya con las conclusiones finales: las de que el Chromecast con Google TV es sin lugar a dudas uno de los mejores cacharritos que me he comprado no ya en este año, sino en los últimos años. Estoy absolutamente enamorado del mando y de la experiencia, y no veo el momento de acostar a los canijos para tumbarme por la noche, darle al botón de encendido del mando y disfrutar de esa interfaz y de los contenidos en esa tele que puede no ser la más grande del mundo, pero desde luego es un absoluto pepino con el que estamos alucinando ojipláticos tanto Sally como yo. Igual es porque el Ambilight no veas cómo ilumina en escenas claras, pero oye, nosotros tan felices.

Que viva el Chromecast con Google TV. De verdad de la buena.

PD: me temo que aunque hace unos días el precio estaba rebajado, ahora ha vuelto a su precio oficial: está a 69,99 euros tanto en Google Store como en Media Markt o El Corte Inglés. Si lo tenéis u os lo vais a comprar, ya me contaréis.